Del Odio Al Amor

Sofía se encontraba acostada en la cama, mientras el doctor le hacía un chequeo.

— Físicamente, no le consigo nada a su esposa, puede ser que esté pasando por un momento de mucho estrés y la fiebre es la manera que tiene su cuerpo de reaccionar, lo mejor es que descanse un poco y que la fuente de su estrés desaparezca. — dijo el doctor muy amablemente.

— Gracias doctor, bueno nos enteramos de que su papá está muy grave en el hospital y ya estoy preparando todo para salir esta misma noche de viaje. — explico Adrik.

— Lo siento mucho, pero mi recomendación es que al menos esperen hasta mañana para viajar, la señora está muy débil y el viaje podría empeorar su condición. — recomendó el doctor.

— Gracias doctor, lo acompañó a la puerta.

— No hace falta, conozco el camino, señor Ivanov espero que su papá y usted mejoren pronto.

El doctor salió de la cabaña mientras que Adrik y Sofía se quedaron solos en la habitación.

— Ya mandé a ubicar a tu papá en una clínica para que lo empiecen a atender y mi asistente me informo de las deudas que él adquirió, sé que este no es el momento, pero piensa lo que te dije antes, mira yo puedo ayudar a tú familia solo hagamos este trato, tu tienes un hijo mío y apenas el bebé nazca nos divorciamos y obtienes tu libertad.

— En tal caso que yo acepté semejante locura, que pasaría con mi hijo, acaso podría llevarlo conmigo.

— Estarías dispuesta a cuidar de un hijo mío?

— También sería mi hijo, sin importar quien fuera el padre, sería mi hijo.

— Está bien, tú te encargarías de cuidar de él, mientras yo me encargaría de cubrir sus necesidades económicas.

— Como siempre ustedes solo piensan en lo económico, lo que si voy a pedir es que todo esto que me estás diciendo quedé por escrito en una especie de contrato.

— Está bien, lo único que mi familia no permitirá es que ustedes manejen el dinero que le correspondería a mi hijo.

— Tu dinero no me interesa, por mi puedes meterlo por donde no te pegue ni un rayito de luz, gracias al cielo cuento con mi salud para poder ganarme la vida.

— Bien!, entonces mañana mando a redactar el documento, ahora descansa, mañana salimos temprano para la ciudad.

Adrik dejo a Sofía sola en la habitación, el estaba intrigado por la mujer que estaba en la habitación, ella estaba demostrando ser todo lo contrario a lo que le habían dicho, no parecía ser una mujer ambiciosa y mucho menos promiscua, ella realmente había aceptado este matrimonio obligada por su familia.

La cena llegó y Adrik llevo la porción que había pedido para Sofía , al entrar en la habitación, no vio su pequeño cuerpo en la cama y fue entonces cuando supuso que ella estaba en el baño, se sentó en la cama a esperar que ella saliera, pasaron al menos cinco minutos cuando Sofía había salido del baño.

— Qué haces aquí?. — pregunto ella temerosa.

— Vine a traerte la cena y a ver si estabas bien.

— Gracias!, ya puedes irte.

— Mejor me quedo a esperar, que termines tu cena.

— Como quieras!.

Sofía se sentó y empezó a comer, ya se veía mucho mejor, y su elegancia al comer destacaba que venía de una familia de alta sociedad, Adrik estaba hipnotizado con la belleza de Sofía, él nunca había visto una mujer tan bella, y lo que más lo llenaba de orgullo era ser el primer hombre en tocar tan exquisito cuerpo.

— Se te perdió una igual o que?. — la molestia de Sofía no se podía ocultar.

— Solo quería ver qué terminarás de comer, ahora que ya lo hiciste, vamos a caminar un rato para que puedas hacer una buena digestión.

— No gracias!, yo no necesito que me saquen a pasear como si fuera un perrito

Sofía se levantó de la cama y se fue a hacer la caminata ella sola, Adrik salió detrás de ella, a pesar de que Sofía no quería su compañía, él no dejaría que ella anduviera sola debido a su estado actual de salud.

Una vez Sofía se detuvo Adrik se acercó a ella y se sentó a su lado.

— Sabes, soy un hombre que no está acostumbrado a pedir disculpas, pero contigo haré una excepción, quiero que me perdones por lo ocurrido el día de ayer. — dijo Adrik con un tono gélido y que no trasmitía ningún sentimiento.

— No quiero volver a hablar de eso, me parece que lo hecho, hecho esta y no hay vuelta de página.

Las palabras de Sofía dejaron a su esposo anonadado, su manera de pensar era muy similar a la de él, parecía que ella hubiera leído su mente.

— Entonces, hablemos del futuro, sabes que para quedar embarazada tenemos que tener intimidad, crees que puedas soportarlo?

— También existe el embarazo in vitro.

— Eso no es una opción, mi abuelo es muy anticuado y si descubre que hice eso me deshereda y destierra de la familia.

— Al parecer le tiene mucho miedo a su abuelo.

Adrik no supo que decir, así que simplemente guardo silencio, mientras que Sofía miraba el hermoso paisaje.

— Ya es muy tarde, volvamos a la cabaña.— sugirió Adrik.

— Está bien volvamos.

Si estarían viviendo juntos más de un año lo mejor era tratar de llevarse bien con ella, pensó Adrik, así que él pondría de su parte para que eso pasará.

Una vez llegaron a la cabaña, ambos se miraron como diciendo, ahora que?.

— Solo hay una cama y no pienso dormir en el suelo. — Aclaró Adrik.

— No se preocupe, yo dormiré en el suelo. — respondió Sofía.

— Podemos compartir la cama, te prometo que no haré nada que tú no quieras. — Adrik dijo esas palabras levantando las manos en son de paz.

— Como sea, igual pronto tendré que cumplir mi parte del trato.

La resignación de Sofía era demasiado triste, la muchacha busco ropa cómoda para dormir, una vez estuvo lista se metió a la cama quedando de espaldas al lugar vacío que ocuparía su esposo.