Natalia es obligada a casarse con el amante de su hermana gemela. Si no lo hace verá a sus padres morir delante de ella.
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Un accidente
Escuche el sonido de la puerta, abrirse, no podía quedarme aquí. Tenía que moverme a otro lado, O sería la siguiente en estar tendida en el suelo.
__ Señorita Natalia, ¿No estaba con su padre?... _ Escuché la voz de la sirvienta.
__ Quién eres tú, para no bajar la cabeza. Son la mujer que paga tu salario, y debes inclinarte ante mí, cuando esté delante de ti... _ Esa era la voz de Lorett.
__ Disculpe señorita, no pensé...
__ ¡¿Pensé?!...
__ ¿Desde cuándo las sirvientas piensan?... _ Se volvió a escuchar la voz de esa mujer.
No tengo idea de que tan malvada puede ser mi hermana gemela, sin embargo, de algo estoy segura, es que cuando vea a su padre inconsciente, va a querer matar a la persona que lo asesinado.
De inmediato, solté la estatuilla que traía en mis manos. Aunque era la única arma que tenía para defenderme, también podía el objeto con el que me descubrieran.
Rápidamente, me alejé del cuerpo sin vida de Marcelo. Me escondí en el primer lugar que encontré. Era detrás de un pequeño mueble que mi padre usaba como librero.
Cuando era pequeña y estaba triste, me gustaba esconderme en este pequeño rincón. Mis padres duraban horas para poderme encontrar, y eso no era la más sorprendente.
Si no que el hecho de que mi cuerpo todavía entrara en este pequeño lugar... Mi cuerpo desarrolló, con el paso de los años, y pareciera que también ha crecido el mueble.
Era algo incómodo, pero, podía mirar cada uno de los movimientos que hacía la mujer al momento en que entrara...
Unos segundos más tardes, la puerta de la habitación se abrió por completo, una mujer, casi idéntica a mí, entró...
Lorett, se podía decir que era una copia exacta de mí, si no fuera porque ella tiene el cabello largo, y su manera de vestir es mucho más atrevida que la mía. Podía asegurar que ella, soy yo.
Al ver el cuerpo sin vida de su padre, Lorett se arrodilló delante de cuerpo de Marcelo. Llevo sus dedos al cuello cortado de su padre, y luego sacó algo de la bolsa que llevaba en su mano.
Esa mujer parecía tener un témpano de hielo en lugar de tener sangre en sus venas, su comportamiento era tan frío, era algo sorprendente.
Por un momento pensé que ella iba a ponerse loca, cuando viera el cuerpo sin vida de su padre, pero fue todo contrario, pareciera que el hombre no era nada de ella...
Lorett sacó algún tipo de inyección y la clavó cerca de la herida de su padre. Luego, se quitó el pañuelo que llevaba en su cuello y lo clavó en la herida.
No sé qué intentaba hacer, pero, yo cada segundo estaba más nerviosa. Esa mujer supera cualquier tipo de imaginación que pude tener de ella.
Lorett se levantó sacudiéndose de sus rodillas el polvo imaginario, ya que el despacho de mi padre, siempre estuvo limpio, excepto desde que ese hombre entró en él.
La chica recogió su bolsa de color morada, era igual al bolso que yo compre hace una semana.
Lorett dio media vuelta, dejando el bolso encima de la mesa a su lado derecha. Al terminar de acomodar el pequeño bolso, y asegurarse de que no se fuera a caer.
Lorett agarró la jeringa que uso, para inyectar el líquido en el cuerpo de su padre, y la tiró en el bote de basura...
No sé qué demonios es eso, pero, Marcelo comenzó a reaccionar. Sus manos se colocaron en la herida del cuello.
__ Llama a Carlos y dile que busque a esa, ¡Perra, un cada maldito rincón de esa mansión!...
__ No debe escapar de mí... _ Le ordenó Marcelo levantando su cuerpo del suelo, como si se tratara de un muerto viviente...
_ Deja a esa perra aun lado. Debemos curar las heridas que te ha causado... _ Contesto Lorett.
__ ¡No!... _ Gritó furioso Marcelo, para después agregar.
_ Ella no debe escapar, si lo hace tú debes ocupar ese lugar... Y no voy a permitir, que Lawrence termine de descubrir la verdad.
Todo se estaba volviendo cada vez más confuso dentro de mi cabeza, no entendía de que estaban hablando. Lorett se notaba demasiado tranquila, solo un momento su cara cambio.
_ Dejaremos eso pendiente para después... Ahora debemos contentarnos en lo que en verdad nos interesa... ¡Y es evitar que mueras!... _ Lorett lo dijo con frialdad....
_ ¡Dame otra inyección, me está doliendo demasiado!... _ Marcelo le ordenó...
__ ¡No, lo voy a hacer!... _ Contestó Lorett con indiferencia.
__ Necesito, un poco más. El dolor es muy fuerte... _ Marcelo le suplico a su hija...
_ La dosis que te inyecte fue muy baja, debemos irnos de aquí, antes de que alguien nos descubra ... _ Respondió Lorett, mientras ayudaba a Marcelo a ponerse de pie.
Al ponerse de pie, Lorett, dejó a Marcelo sentado en el sofá, para enseguida, caminar donde está en escritorio.
El escritorio esta a un paso de donde estoy escondida, me quedé totalmente callada, no quería hacer ni un pequeño ruido que me delatara.
Lorett agarró el teléfono del despacho, algo muy extraño.
_ Nueve cientos once... _ Exclamó Lorett, muy asustada y agitada.
__ Si, ¿En qué podemos ayudarle?.
_ Mi padre fue atacado en nuestra propia casa, lo han herido del cuello y de la cabeza... _ Gritó como si estuviera loca.
_ Tranquila, ahora mismo vamos a enviar a una ambulancia.
Lorett término la llamada, pero, la cara de Marcelo estaba distorsionada, era como si no pudiera controlar su odio.
__¡Cómo te atreviste a llamar a nueve cientos once!... _ Gritó Marcelo fuera de control.
_ Piénsalo, papá.
__ Debemos ocupar temporalmente esta familia... No podemos escapar ahora, los empleados van a descubrir que hay sangre en todo el despacho, eso solo serian más problemas para nosotros. La policía vendría a investigar, y van a descubrir que la sangre es tuya y no de ese hombre... La policía intentará encontrar a un empresario tan reconocido como Ernesto Montenegro. Eso únicamente va a alertar a Lawrence, de que el hombre que tiene secuestrado no es el verdadero Marcelo.
_ Tienes razón... _ Contestó Marcelo después de terminar de escuchar a Lorett...
No podía creer que fuera cierto y ese hombre tuviera a mis padres, y quizás también tenga a Sofía...