CORAZÓN BLINDADO

9:00 am de la mañana, después de haber tenido más de una hora detenidos en el tráfico los policías llegaron a la Comandancia, Leandro se dirigió a su oficina era la máxima autoridad del lugar debía ser ejemplo en cuestión de cumplir horarios, pero por cuestiones obvias había llegado un poco tarde, era muy común para el Teniente, pero no para el Capitán que suele llegar temprano incluso antes de la hora.

Leandro entró a su oficina donde ya había varios expedientes que chequear, resolver o talvez simplemente archivar, no era un trabajo tan pesado como estar en las calles; a veces solía extrañar su tiempo de patrullaje, al menos podía entretenerse en las infracciones o persecución de bandidos aunque era arriesgado; no cabía duda que la adrenalina por todo su cuerpo te hacía sentir vivo.

Ahora su trabajo era más calmado; ejercitar más el cerebro que su cuerpo, y asignarle oficio a los oficiales a su mando, pero en vez en cuanto era la cabeza de algunos caso, solo los más importantes, no porque se creyera el mejor, si no, por órdenes de sus superiores, para Leandro era su pasión y daba lo mejor de sí para encontrar el culpable y esclarecer lo mejor que pueda el caso, sin dejar cabos por resolver. Era bien conocido como el lobo feroz del comando policial no había presa que se salvara de sus garras y muchos les temían incluso algunos políticos de la ciudad. Pues el guapo capitán ya había encarcelado unos cuantos incluyendo abogados, todos por corrupción.

En medio de papeles había pasado cuatro horas corridas donde el capitán no había descansado ni un solo Memento puesto que esa semana había iniciado con mucho ajetreo era normal todos lo lunes. Puesto que el fin de Semana la gente suele hacer desastres de todo tipo desde el que no posee antecedente hasta el que tiene todo una carpeta llena de fechorías.

El sonido de la puerta lo hace presta atención a su amigo quien es el único capaz de atreverse entrar sin antes dar aviso.

EDUARDO: Amigo salgamos de aquí es hora del almuerzo.

LEANDRO: hoy no podré necesito terminar..

EDUARDO: sabes que no me gusta comer solo.

LEANDRO: porque no invitas a Claudia la psicóloga seguro estaría encantada en acompañarte.

EDUARDO: Lo estaría mas: si tu fueras, vamos amigo sabes perfectamente que esa nena no está interesada en mi. Le vasto un par de conversaciones para conocerme incluso mejor que yo mismo, con ese magnífico Don si ella quisiera me tendrías a sus pies. Gracias a Dios que perdió su interés en mi, ahora quiere un Pes mas gordo grande y no me refiero al tamaño de su hombría porque sabríamos quien lleva la ventaja, habló de rango y posición.

Leandro retiro su anteojos para masajear su sien, Eduardo cuándo se lo proponía era más estresante que el trabajo, tendría que aceptar ir con el a donde dice porque no dejaría continuar..

♡♡♡□♡♡♡

Habia decidido ir a un restaurante italiano que se encontraba muy al este de la ciudad era la primera vez que comian allí pero se escuchaban buenas referencias del lugar y su comida muy exótica algo que a Leandro le encantaba.

EDUARDO: Vamos Leandro no te creo que Claudia te sea indiferente. La mujer esta como quiere, un cuerpo tentador y rostros encantador todos en el comando anda detrás de sus huesitos pero ella sólo tienes ojos para ti.

LEANDRO: Es hermosa no lo niego, pero no me interesa tener una relación con ninguna mujer, solo sexo casual y ya solo para cubrir mis necesidades.

EDUARDO: quien dijo de tener una relación? Puedes follartela sin ningún compromiso.

LEANDRO: olvidas mis principios jamás estaría con una compañera de trabajo eso sería un espectáculo para todo el comando y sabes que me gusta tener una vida discreta. \= Eduardo decidió no comentar mas nada, sabía que Leandro tenía la razón, a pesar que no estaba prohibido relacionarse con los compañeros de trabajo la jerarquía de su amigo recaía en él, muchas responsabilidades sobre todo su cargo, y sabía perfectamente que muchos de sus colegas deseaba el puesto de jefe policial.

Mientras esperaban su pedido, al lujoso lugar enteraron dos chicas que atrajo las miradas de todo los comensales, incluyendo la de los policías, puesto que era la misma motorizada de la mañana, Junto a ella venía otra joven, no más hermosa que la pelinegra pero igual de atractiva.

Ambas fueron ubicadas muy cerca de ellos cosa que no le agradó al teniente puesto que él aún no olvidaba la terrible confusión, un trauma amargo que jamás olvidaría. Leandro lo noto y se burló de él, lo conocía a la perfección y sabía que ese idiota amigo en tan solo minutos había fantaseado hasta no poder con esa chica…

Los dos policías tenía una conversación relevante al trabajo mientras almorzaban; pero en vez en cuando Leandro observaba a la chica de la mesa del frente de momento vino a su mente un dato curioso; él jamás había visto una trans, al menos, no de cerca, le pareció algo increíble en como su rostro era tan delicado y angelical unas horas atrás en el tránsito no la había detallado ahora era imposible no hacerlo por obvias razones, no quería sentirla incómoda, hubo ocasiones que se dio cuenta que la observaba, pero la muy canija se hacía la indiferente.

Puede que no sea todo un don Juan cautivador como Eduardo pero suele ser atractivo para las mujeres de todo tipo, cosa que suele no prestar mucha atención.

Tampoco es que le gustara, pero habia algo en ella que llamaba su atención, talvez era sus lindo ojos azules o tal ves eso labios carnosos donde salía una minuciosa voz.

Leandro se reprendió por eso retrógrados pensamientos, no era homofobico con estas personas, pero le gustaba mantenerse alejado y ahorrarse su opinión, pero sería una locura que después de años sin tener sentimientos hacia alguien llegará.. volvió a concentrarse en la comida ya se les estaba haciendo tarde para volver al trabajo.