DOBLE TRAICIÓN

LAURA

Me quedé completamente en shock ante las palabras de Matthew, así estuve por un rato mientras procesaba sus palabras. Yo lo único que quiera de él, era que estuviera a nuestro lado. Que formáramos la familia de la que tanto hablamos, y planificamos. Es todo, nunca he buscado su dinero, jamás tuve esa ambición con respecto a él.

A Matthew lo amé desde el primer momento en que lo vi, lo nuestro fue literalmente, amor a primera vista. No me importó su posición económica, aunque sé que algunos pensaban que estaba con él por ello. Matt es 11 años mayor que yo, y eso tampoco fue impedimento para que lo amara como lo hice, mejor dicho, como lo hago. ¡Qué injusto todo esto!

Que injusto que él no haya creído en mí, que me haya abandonado a mi suerte, y me haya maltratado tanto por algo sin fundamento. Debió por lo menos haber escuchado a su mejor amigo… darnos el beneficio de la duda, no juzgarnos y condenarnos a la ligera, sin derecho a defensa, menos a apelar.

Y es exasperante, que siga insistiendo en acusarme de algo que no he cometido, sobre todo, porque no tengo una manera certera de defenderme, más que mi palabra, la que él se negó a escuchar, y ahora que la escucha se niega a creer. Es increíble, esto parece una pesadilla orwelliana de grandes magnitudes. Por su obstinación, su desinformación y negación a la verdad, Matthew me condenó por un crimen que no cometí. El tubo la peor percepción de lo que pasó verdaderamente en esa habitación, y con ella se quedó, ahogándose en el odio y el dolor.

También he sufrido y mucho, él no tiene idea de la magnitud de todo lo que pasé después que lo vi partir, sin siquiera decir adiós. Sacudo mi cabeza para alejar todos esos dolorosos recuerdos que quieren invadir mi mente. Ya basta de torturas mentales, yo nada puedo hacer, todo siempre ha dependido de él. Yo sencillamente, soy inocente.

Miré mis manos, y aún tenía la carpeta que él me entregó en ellas, la miré y decidí revisarla de una vez. Necesito distraer la mente del impacto que sus palabras me han causado. Verifiqué hoja por hoja, y constate que todos los requisitos estaban al día y en perfecto orden, hago una mueca, típico de él.

Ante la comprobación de que todo estaba en regla, decidí séllalos y firmarlos. Encendí el computador y redacte el oficio de aceptación con las pautas para la inspección y mande a imprimir dos ejemplares, fui hasta la impresora y espere mientras observaba por la ventana a la nada. Divorcio, él quiere el divorcio, y piensa que le voy a exigir algo, no podría estar más equivocado, no necesito nada de él, por lo menos no económicamente hablando.

Vuelvo a reflexionar en lo mismo, durante estos 5 años esperé que él volviera para estar conmigo y mi hijo, que tonta ilusa soy… realmente no lo puedo creer, pero bueno, no se puede nadar contra la corriente ¿cierto? Si él quiere el divorcio, el divorcio tendrá, que vuelva con su noviecita a Londres, y sean muy felices. Yo no puedo hacer más, ya esperé mucho, sufrí mucho, y estoy cansada. Bien dice el dicho, que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Yo soy inocente, Luiggi es inocente, cierto que no tenemos como demostrarlo, pero nuestra palabra le debió bastar, él nos conocía, y nunca, después del incidente me dio la oportunidad de explicar, al contrario, solo recibí de él, rechazo, golpes y humillación, así que ya basta, es suficiente, ya di y esperé lo que debía. Sencillamente, Nuestro tiempo se acabó.

Escuché el pito de impresora y saco las hojas, en el escritorio, las firmo, sello y organizo para meter en un sobre manila, coloco todo allí con mucho cuidado. Levanté la bocina del teléfono en mi escritorio…

. – Clarissa por favor envíame al mensajero – le digo y cuelgo de una.

Me senté, me siento aún aturdida, quité mis lentes y apoyé los codos a la mesa y llevar ambas manos a la sien, necesito relajar esa zona, y con los dedos doy suaves masajes en círculos, buscando relajarme. Lo que más me duele de todo esto, es que mi hijo no podrá conocer y convivir con su papá, eso me entristece, mi niño no tiene la culpa de nada, él es tan inocente y tan dulce, tiene tanto amor para dar, mi dulce niño, cuanto lo siento. Sonrío al recordarlo e imaginarlo haciendo alguna travesura.

. – Buen día arquitecto – levanté la vista y lo veo confundida - me envió Clarissa - umm cierto, ya me había olvidado hasta de quien es.

. – Si, por favor – tomé el sobre de la mesa y se lo extendí – lleva esto a la Constructora Miller´s, entrega directamente en presidencia por favor – le sonrío

. – Si señora - asiento en agradecimiento y él sale de mi oficina. Me levanté y recogí mi bolso, debo ir a inspeccionar una obra que requiere el permiso de construcción, así que mejor salir de una vez, ocupar la mente en algo es lo mejor. Caminé al estacionamiento en busca de mi auto, ya en él subí y lo puse en marcha, coloqué el mano libre para llamar a Charlotte.

. – Querida, no te vi en la oficina – como siempre, al grano…

. – Hola, bien gracias y ¿tú? – le digo en tono de broma

. – ay sí, sí, pero bien gracias – suelta la risa y yo igual, loca de mierda

. – Jajaja, voy saliendo a supervisar y tú? –

. – estoy pasando informes que debo entregar esta tarde… - me dice afligida, pero es que no aprende!

. – Eso te pasa por terca – la regaño, le he dicho mil veces que no deje acumular trabajo, después anda con sus lloriqueos.

. – ¡Bueno, tampoco me regañes, ya bastante tengo con tener que salir de aquí con el culo como una plancha de tanto estar sentada!

. – Jajaja tu sí que estás loca tonta… pero vamos a almorzar juntas ¿verdad, O necesitaras ayuda para despegar el culo de la silla? – le digo para burlarme de ella

. – ja, ja muy graciosa, tú porque tienes tu culo natural, el mío agarra cualquier forma querida – dice haciendo referencia a los rellenos que se mandó a colocar.

. – Jajaja, un culo versátil – ambas nos reímos – bueno, entonces debes levantarte de esa silla, nos vemos a medio día.

. – Está bien, ¿te espero o nos encontramos allá? -

. – Nos encontramos allá, así no me desvío tanto – le digo, pues estaré relativamente cerca del restaurante donde siempre comemos.

. – Me voy con Luiggi entonces – así es casi todos los días, los tres mosqueteros, aunque a veces nos convertimos en cuatro, con Ana, nuestra otra amiga, la esposa de Luiggi, o a veces solo somos Charlotte y yo.

. – Bien querida, nos vemos allá entonces, besos y que te rinda – me burlo y ella resopla, pero se lo merece por desorganizada. No he podido lograr ayudarla con eso porque es demasiado despistada.

Llegué a la obra y me dediqué a hacer las inspecciones, que las medidas sean exactas, los materiales de primera, que se trabaje bajo los estándares de seguridad, que el plano coincida con lo que dice el permiso de construcción, entre otros detalles. Todo esto lo hago con mucha tranquilidad, y sin afán para no cometer errores, mientras los trabajadores esperan, y el ingeniero me sigue a todos lados ansioso.

Gracias a Dios todo está en regla, no me gusta cuando tengo que parar una construcción, una; porque todos se vienen en contra mía, y lidiar con eso es bastante desgastante, y otra; porque a veces es mucho el tiempo empleado para levantar la sanción, y hay padres de familia que necesitan trabajar día a día, hoy ha sido un buen día en lo que cabe. Conversé un rato más con el ingeniero y luego me dispongo a irme al restaurante a esperar a mis amigos….