BL.
⚠️ Para mayores de 18, la novela puede contener escenas no aptas para menores. ⚠️
Alfred es un hombre que se dedica a desmentir leyendas junto con su hermano. Toda su vida ha sido relativamente tranquila o así lo cree él, en realidad no tiene casi ningún recuerdo. Estos parecen estar tapados con una espesa niebla blanca.
Jamás sintió demasiada intriga sobre el por qué sus recuerdos habían desaparecido, hasta que una extraña leyenda llega a sus manos, de hecho, fue muy conveniente para poder solucionar también el desastre en el cual su hermano se había metido.
Esta leyenda trataba sobre un Ángel y ofrecía una muy buena recompensa, junto con su hermano se embarca en su nueva aventura, que sin que Alfred lo supiera, se convertirá en el camino para desenvolver su pasado y encontrar a alguien que lo ha estado esperando en secreto.
Pd: La imagen de la portada NO me pertenece.
Newt y Thomas son solo una representación.
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Capítulo 14: La hermana de Andy.
Ambos habían decidido volver a la posada, después de todo ya pronto caería la noche con su oscuro manto, un suave aire fresco sacudía sus cabellos trayéndoles algo de alivio ante el calor que había hecho en las primeras horas de la mañana y la tarde. El aroma suave de Andy le produjo cosquillas en la nariz.
Olía a miel y canela.
Por alguna razón Alfred sentía que era correcto que ese fuera su aroma.
—La posada fue una herencia de mis padres—, comento el joven mientras poco a poco iban divisando el techo del lugar. —La dejaron para mi hermana y para mí cuando fallecieron, gracias a ella es que hemos estado viviendo bien hasta el momento.
— ¿Qué edad tienes?
—Veintidós.
Alfred lo miro con algo de perplejidad, este chicho apenas había comenzado la vida adulta. ¿Y sus padres ya habían muerto? Sintió un leve pesar en su corazón y le dio unas palmaditas en el hombro a Andy a modo de consuelo.
—Lo lamento.
—La vejez y la muerte son dos cosas inevitables. Aunque...
Cerró su boca abruptamente y Alf no lo presiono para hablar. Si bien Andy tenía razón, él odiaba hablar de cosas como la muerte, siempre sembraban un aura depresiva a su alrededor, por lo cual evitaba hablar de estos temas. Por otra parte supuso que los padres del joven ya deberían tener cierta edad cuando lo tuvieron, era normal que las parejas tuvieran hijos después de su época buena. Después de todo les gustaba disfrutar su juventud y posteriormente engendrar un ser vivo.
—Es un buen punto—. Hablo finalmente. —Mientras recuerdes a esa persona vivirá en tu corazón, no hay porque estar triste.
Andy le sonrió radiantemente hasta el punto de casi opacar los últimos brillantes rayos de sol en el horizonte. Finalmente habían llegado y este le abrió la puerta para que pasara, se detuvo un momento al ver el lugar con algunas personas comiendo. Era la primera vez que veía un par de seres que no sean ellos mismos en el establecimiento.
—Habrá llegado mi hermana—. No fue una pregunta, sino una declaración.
— ¿Eh?
—Las personas adoran su comida, así que cuando ella está a cargo de la cocina normalmente el lugar se llena por las noches.
— ¿Entonces este lugar es un establecimiento nocturno?
—Si.
Eso explicaría por qué en la mañana no había nadie.
— ¿Entonces por qué ayer...?
—Mi hermana ayer no estaba así que Kerba estaba cerrada.
¿Eso había sido solo una coincidencia? Mirando al muchacho nuevamente no podía sentir que había algo más escondido entre sus palabras.
—Ve a descansar, iré a ayudarla. Luego baja con Hugo a comer, quiero que ella los conozca.
Alfred soltó un suave "mh" y se dirigió directo a su habitación, al entrar se llevó la grata sorpresa de que su hermano aún no había llegado. Así que dispuso el ir a bañarse, la ropa se le pegaba a la piel debido al sudor y no era una sensación agradable.
Tomo prendas limpias y se dirigí al baño, ya en la ducha el agua ligeramente fría causo un escalofrío en su columna vertebral. Las gotas colgaban como pequeñas perlitas de sus cabellos y largas pestañas.
¿Por qué su hermano no había vuelto aun?, no estaría bebiendo. ¿Verdad?
Paso una de sus manos por su cabello y lo masajeo con suavidad.
¡Esta vez había sido muy imprudente al haber dejado que su hermano se quedara con el dinero!
Alfred ya sabía cómo era este y aun así había confiado una vez más en su palabra de "iré a recorrer los alrededores y comprar algunas cosas necesarias", pura mierda. De seguro estaría en algún lugar borracho o con alguna mujer.
Ese maldito libertino.
Ni el agua podía llevarse el enojo que estaba sintiendo ahora, pero era una ira más dirigida hacia sí mismo que hacía Hugo. Se quejaba constantemente de su hermano, pero él no era muy diferente, ¿verdad?
Después de todo siempre creía en las palabras del otro ciegamente, era su naturaleza. Su tonta naturaleza que lo hacía confiar ciegamente en los demás, pero...al final Hugo era su familia. Si no podía confiar en él, ¿qué más podría hacer?
Se sentía como un estúpido.
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Cuando termino de bañarse se vistió casualmente con la ropa más holgada que había llevado: Se trataba de unos pantalones negros que casi tocaban el suelo, por lo cual tuvo que hacerles un pequeño dobles y una polera blanca bastante fina y fresca. Su cabello aún estaba húmedo y se pegaba un poco a su frente.
Hugo aún no había regresado y Alfred suspiro. Su hermano era un caso perdido, cuando apareciera hablaría con él.
Salió de la habitación y camino unos cuantos pasos antes de llegar a las escaleras, se detuvo para ver el viejo reloj: Eran ya alrededor de las nueve de la noche.
Por un momento solo se podía escuchar el suave "tic, tac" del reloj.
—Alfred—. El mencionado le sonrió al rubio apenas la voz de este se filtro en sus oidos, Andy estaba al pie de las escaleras. La cara del muchacho se tiño de un suave rojo al verlo, a sus ojos el mayor se veía muy fresco y llamativo vestido de esa forma. Trago saliva antes de volver a hablar.—La cena esta lista, ¿Hugo no ha regresado?
Alfred notó como la tez del joven enrojecía y su primer pensamiento fue que estuvieron mucho tiempo expuestos al calor del día por lo cual se había quemado un poco.
—No ha vuelto, tampoco sé cuándo lo hará. Comamos sin él—. Cuando termino de hablar ya estaba junto al más alto, por lo cual tuvo que levantar un poco los ojos. Andy asintió de acuerdo y lo guío hasta la cocina.
No quería comer con su hermana y Alfred en el mismo lugar que los clientes, así que él mismo se había tomado la molestia de llevar sillas y una mesa al amplio espacio de la cocina, el cual era más tranquilo que el bullicioso hall principal lleno de voces.
Al principio Alfred estaba algo preocupado por lo que sería la comida, pero no se atrevió a expresarlo en voz alta. Pudo exhalar con alivio cuando los platos que se dispusieron sobre la mesa eran de los más normales: Ensalada y un arroz que había sido dorado hasta el punto de alcanzar un color amarillo parecido al oro y una sopa de pollo con múltiples verduras, todo desprendía un muy buen aroma. Su estómago rugió, avergonzándolo.
—Alfred, prepare esto que sé que te gustará.
—Gracias.
—Oh, ¿así que este es el famosísimo Alfred?— Una voz burlona hablo a sus espaldas, el tono era fluido a pesar de estar hablando en el dialecto de Layare, instintivamente volteo, solo para encontrarse con una mujer de alrededor de treinta años, alta y delgada, su tez era aceitunada y su rostro estaba lleno de pecas oscuras: Daba la impresión de que su piel estaba manchada con tinta, por lo cual, llamaba más la atención.
Alfred ya tenía una suposición de quien era esta chica, si era comparada con Andy, no se parecían en nada.
—Hermana—, murmuró el rubio como reproche y solo se ganó una profunda mirada de la mujer, sus ojos oscuros parecían que querían absorberle el alma. —Alfred, ella es Sea. Sea..., ya lo conoces. Es Alfred.
—Un placer—. Alf se puso de pie y extendió su mano, la cuál fue ignorada rotundamente por la "manchada de tinta" la cual solo lo miro por unos segundos antes de tomar asiento. Su corazón se hundió, al parecer la hermana de Andy no tenía un carácter amistoso como el del chico y ser ignorado de esa manera le produjo una leve sensación de molestia.
—Déjame decirte algo—, su tono era plano.— Podrás ser amigo de mi hermano, pero no mío. La cortesía no es para mí, si te sientes a gusto estando a mi lado, bien. Sino, también.
— ¡Sea!
—No te preocupes, Andy—. Alfred también se sentó y miro a la mujer. —Bien, tampoco pretendo que me agrades. No esperaba que fueras igual a Andy—. Sus palabras hicieron que los ojos negros de Sea brillaran con una intención oculta. —Aunque la cortesía no te guste, deberías emplearla, ser educada de vez en cuando no es malo.
La situación lo había irritado, no planeaba quedarse callado ante la hostilidad de la mujer.
— ¡Tú!
— ¡Comamos antes de que se enfríe!—Intervino el rubio mirándolos a ambos. ¡Jamás se imaginó una situación así!, ¿qué le pasaba a su hermana?, ¿Dónde estaba ese Alfred tolerable?
Lo que Andy no sabía es que ese "Alfred tolerable" estaba molesto por dentro y la irritación bullía en su interior, esta mujer...
No sabía cómo catalogar su personalidad, si "desagradable" o "de mierda", ¿qué clase de primer encuentro había sido este?
Es verdad que siempre mantenía la calma o eso trataba, pero con esta persona se había sentido inmediatamente atacado, no pudo evitar mostrar una leve reacción ante sus palabras, pero ahora se avergonzó y ya no pudo estar molesto. Quería disculparse pero antes de que pudiera hacerlo Andy le tapó la boca con la palma de su mano.
—No.
Parpadeo desconcertado mirando al joven.
¿No?, ¿no qué?
El rostro de Sea se desdibujo mientras ella misma se servía comida.
—No me disculpare.
—Tú comenzaste esto cuando apenas lo viste.
— ¿Cómo esperabas que reaccionara ante él?
—Amable, Alfred no tiene la culpa.
¿La culpa?, estaba aún más perdido. Sus ojos vagaron entre Andy y Sea. Levanto su mano y con suavidad aparto la del muchacho de su boca.
— ¿Eh?
—Nada, es solo que su carácter no es el mejor—. Declaró mientras le servía la comida, el mayor le agradeció con una sonrisa.
— ¿No tienes segundas intenciones con mi hermano?
— ¿A qué te refieres?— Preguntó y por su parte Andy fulmino a su hermana con la mirada. —Andy es mi amigo, nada más.
La expresión de Sea se relajó y finalmente mostro una pequeña sonrisa, por otro lado el rostro del joven pecoso se ensombreció.
— ¿Satisfecha?
—Satisfecha.
Y así, ya con un ambiente más "relajado" la cena comenzó. Andy y Sea de vez en cuando intercambiaban palabras, él solo escuchaba y miraba la interacción de ambos hermanos. Era bastante divertido ver sus diferentes personalidades, y aunque eran muy diferentes el uno del otro descubrió que se llevaban muy bien.
Se llevó una cucharada de sopa a la boca y trago con lentitud.
Extrañaba a Hugo, ¿en dónde se había metido?, si él continuaba sin aparecer comenzaría a preocuparse.
— ¿Qué te trae por aquí, Alfred?— Pregunto Sea de repente.
¿Acaso no lo sabía?, miro a Andy. Pensó que el chico ya le había dicho de ante mano el motivo de su visita.
—Está de vacaciones—, reaccionó rápidamente el más joven. —Como te dije, vino aquí con su hermano.
¿Sea no sabía por qué él estaba aquí?, eso le sorprendió un poco. ¿Ella acaso sabía lo del diario?, mirando a Andy parecía que este le había ocultado eso a su hermana. ¿Eso significaba que ella tampoco estaba al tanto de la recompensa?
Frunció su ceño y miro a Andy como diciendo: "Luego hablaremos".
—Ah, sí. ¿Dónde está él?
—No lo sé.
—Volverá pronto—. Hablaron casi al mismo tiempo.
—Mh, si salió a recorrer y decidió quedarse por ahí, no lo culpo. En verdad Moet es muy hermoso, tiene muy buenas vistas y lugares.
—De seguro.
—Como turista no te veo muy emocionado de estar aquí. ¿Por qué no te fuiste con tu hermano a recorrer los alrededores?
—Salí con Andy—, Sea se atraganto con la sopa, su rostro se puso rojo mientras tosía. Andy le sirvió un vaso de agua y se lo paso mientras le daba unas palmaditas en la espalda. —Me mostro el mercado y demás, no está mal—. Hablo con calma mientras terminaba de comer, luego levanto su vista y sonrió ante la escena. —Es la primera vez que vengo a Moet, no sé mucho de este país. ¿Podrías darme una breve descripción?—Deliberadamente quería conseguir más información.
—Estas en el país de Moet, obviamente. El cuál cuenta con tres grandes departamentos: Moet, que es la capital, en ella no hay pueblos, Molek, que se encuentra al Oeste, tiene tres pueblos, uno al norte llamado Mala, otro al suroeste, ese es Kailia y otro al noreste, Morill—, hablo tan rápidamente que Alfred apenas pudo escucharla. —Y por último, pero no menos importante ,Beille, aquí solo hay dos grandes pueblos, uno al norte llamado Yai y otro aquí, al este, llamado Fu, está muy cerca. No es tan difícil recordarlos, ¿verdad?
—No...—. Recito en su mente el nombre de cada departamento y pueblos, deseando recordarlos. Una comezón cerebral lo ataco, produciéndole una sensación eléctrica que desapareció en su columna vertebral, tenía el sentimiento de ya haber escuchado estos nombres en un pasado. —¿Y respecto a las montañas?
—Mph, solo Moff. ¿Por qué preguntas?— Sus ojos se estrecharon y Andy los miro a ambos.
—Curiosidad por cosas que escuche, nada más.
—Es un sitio prohibido por el Emperador no muy lejos de aquí, solo está a unos cuantos kilómetros.
—Mh.
¿Así que no sería difícil llegar?, eso estaba bien. Lo más difícil sería pasar a los guardias, esta tarea se la pasaría a Andy. Él mismo se había jactado de que conocía Moet como la palma de sus manos, así como el horario de los guardias. Solo esperaba que todo saliera bien y pudieran pasar sin problemas, después de todo cuando la leyenda fuera desmentida, Hugo y él podrían regresar a casa, pagarían la deuda y se dedicarían a vivir en paz hasta morir. Quien sabe, quizá con el dinero sobrante hasta podrían comprar una casa en alguna zona de Eura y vivir pacíficamente en un campito del prospero país, podrían dedicarse a la agricultura y al cuidado del ganado para hacer que entraran más ingresos.
Layare seria dejado atrás y solo sería un recuerdo entre sombras.
El buen humor lo invadió mientras imaginaba el futuro que tanto lo ilusionaba en su corazón.
En ese momento fue sacado de sus pensamientos cuando la puerta se abrió con un golpe, todas las personas que estaban comiendo en el hall principal hicieron silencio. Sea y Andy se pusieron de pie y salieron de la cocina para ver, de inmediato el chico más joven soltó una exclamación, el corazón de Alfred por alguna razón palpito con fuerza y se puso de pie de un salto solo para seguirlos fuera de la cocina.
— ¿¡Hugo!?
— ¿Ese bastardo es tú hermano?— La expresión de Sea era algo complicada.
Alfred se apresuró a apoyar a su hermano, este olía un poco a alcohol, cosa que no lo sorprendió. Por otro lado estaba preocupado, las ropas de Hugo estaban sucias y con rastros de sangre, su labio estaba partido y en una de sus mejillas se comenzaba a formar un hematoma violeta monstruoso. Estaba claro que se había metido en una pelea. Ignoro la pregunta de Sea o simplemente no la escucho, alzo la mirada y Andy se acercó para ayudarlo, rápidamente se llevaron a Hugo a la habitación.
¿Esto solo logro facilitar o dificultar más las cosas?
¡Te invito a seguir leyendo para descubrirlo! 💗
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