Me Quedo Con El Villano

Me desperté ya era de día y el conde no estaba a mi lado\, al parecer había salido otra vez me dejo abandonada\, me levante de la cama pero cuando puse los pies en el suelo mis piernas fallaron\, literal sentía como que un camión me paso en sima\, me quede acostada un momento\, en la cama\, luego entro María\,_ buenos días señorita  \,buenos días María \,_ voy a alistar su baño\, _está bien pero antes tráeme él te anticonceptivo de la ves pasada\,_ si señorita ya se lo preparo\,_ debemos ir al mercado a comprar más\, creo que lo voy a necesitar\, _sabes dónde está el conde\,_ salió temprano señorita\,_ bien alista el paño\, después de un rato el baño estaba listo camine así la tina y me metí sentir el agua tibia era un alivio me relajo pues sentía mi cuerpo\, pesado\, de pronto María comenzó a verme de forma extraña\,_ que sucede\, _señorita\, a su cuello y senos tienes marcas me dijo a avergonzada\, comencé a revisarme\,_ a maldito conde grite\, tenía marca de chupetones en mi cuello y mis senos\, tome el espejo para verme mejor .

También los tenía en la espalda abdomen\, estaba marcada por todos lados esto nunca me había pasado Mario jamás hacia esas cosas\,_ escucha María ese maldito conde no me va a volver a poner ni un dedo encima el muy desgraciado lo hizo a propósito\, por marcar territorio como si yo fuera una vaca o caballo\,_ el\, la lastimo señorita\, me pregunta María\, _mm\, no\, de echo lo disfrute y mucho\, veo como la cara de la poblé chica se pone roja\, después del baño me tuve que poner un vestido de cuello alto que se usaba para el invierno\, me moría del calor\, baje a desayunar pero no te\, que los sirvientes se me quedaban viendo y después se secreteaban entre ellos\,_ que sucede María  porque los empleados murmuran a mis espaldas\, la cara de María se puso roja y apenada me dijo\,_ es que la escucharon gritar a noche señora\,_ que\, hay maldito\, conde lo dicho\, no me vuelve a poner ni una mano encima\, después de terminar el desayuno me fui al despacho\, y comencé con el trabajo de la mansión arreglando cuentas también tenía que administrar\, el sueldo de los empleados.

Después de terminar con la administración de la mansión, me fui a la cocina a preparar un pollo ornado relleno, le dije a María a ayer como lo tenía que preparar, cocinar es mi pasion me encanta, en esta vida pienso volverme tan famosa como lo fui en mi vida, pasada, las diferentes hierbas como el romero le daban, un olor delicioso al igual que las hojas, de laurel una de las cosas que me gusta de esta vida son los hornos de barro pues le dan un sabor especial a la comida, la cocina estaba llena de olor, hasta las chicas que cocinan están sorprendidas, todos los sirvientes me alagan, prepare dos pollos grandes para que todos coman, unos de los empleados, les sorprende, ya que no es común que una señora de sociedad cocine, saque los dos pollos ornados, chicas lleven uno de estos pollos a los guardias  de la mansión, y este otro es para nosotros quiero que me den su opinión, clara señorita dicen las empleadas, sonriendo, después le serví a los sirvientes, y comenzamos a comer señora esto esta delicioso, si señora usted cocina como los dioses, nunca había probado algo tan rico, solo escuchaba a lagos, me sentía tan orgullosa pues el pollo, asado quedando un poco rostizado algo, simple pero una delicia en este mundo, después del almuerzo todos me felicitaban, hasta los guardias, me fui a mi despacho a trabajar, ya era de tarde cuando el conde entro a mi despacho se miraba enojado, conde que desea, supe que preparaste el almuerzo, y le diste a todos los empleados, hasta los guardias, si, hice un pollo rostizado, a todos les gusto, mm, y no me dejaste, aa, ya bueno usted no estaba, y pues a ellos les gusto y repitieron, pero mañana le hago uno a usted si desea, bien lo quiero a hora, pues y es tarde, pero mañana se lo hago, el conde camino hacia la puerta le puso seguro y luego camino hacia mí,_ bueno, ya que no me dejaste pollo rostizado, entonces tendré que comerte a ti, me levanto de la cintura me puso en la mesa y rompió la falda de mi vestido.

Narra la autora.

En el palacio el príncipe\, tiraba las cosas de su escritorio al suelo\, _eso no puede ser mi Lucia no ama a ese hombre ella me ama solo a mi ese tipo debe tomarla a la fuerza los gritos que escuchaste no fueron de placer si no de dolor\,_ majestad yo lo escuche y  realmente gritaba de placer todos los demás empleados lo escucharon\, ella gritaba\,_ duque\, a a\,_ cállate imbécil\, el sirviente solo agacho la cabeza\,_ dime que más\,_  ella ha estado cocinando\,_ entonces esta como una empleada\,_ pues ella por su propia voluntad lo hace\,_ lárgate y mantenme informado de lo que sucede en la mansión del conde\, el sirviente se retira\,_ Lucia tu eres mía\, dice el príncipe enojado.