¿Cuantas veces estas dispuesta a repetir el mismo error? ¿Cuantas veces puedes caerte con la misma piedra?... 4 veces me case con el mismo hombre. 4 veces nos divorciamos. Pero sin dudas ya no existiría una quinta vez, ya había aprendido mi lección de que por más que te aferras a alguien esto no soluciona nada, tampoco te garantiza su amor y al final la única persona lastimada es la que que ama más. Para mí el límite fue esa quinta vez en la que yo misma le pondria un punto final a lo que jamás se debió de alargar tanto.
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Sentimientos.
Narra Cristal:
Francisco se comporta como todo un caballero llevándome de la mano por todo el lugar, mostrándome las bellezas ocultas de este sitio tan encantador e incluso puedo escuchar los susurros de otras parejas hablando de nosotros.
- ¿Te gustó la cena?
- Sin palabras. Simplemente deliciosa.
- Creo que llegó la hora de llamar a mamá para que sepa que llegamos bien.
- Estoy de acuerdo, luego me gustaría ir por algunos obsequios para papá y Eloísa.
- Tenemos tiempo de sobra para todo lo que quieras hacer Cristal.
Últimamente, Francisco provoca más sonrisas de las que podría haber imaginado en mí, eso me gusta ojalá se quedara así hasta que este matrimonio acabe.
La charla con Eloísa era más de lo que los dos podíamos soportar, ella estaba más que feliz de vernos así de juntos, y por primera vez me sentí mal porque todo era una mentira en la que yo era la mayor participe.
Entonces la culpa llegó más rápido de lo esperado.
- Que te pasa, no has dicho nada después de hablar con mamá.
- ¿No te sientes culpable por engañarla? Yo si lo hago.
- Ella lo planeó todo, nosotros solo le seguimos el juego Cristal.
- Aun así esto se siente mal.
- No olvides que fue mi madre la que te obligó a casarte conmigo porque ninguno de los dos quería esta vida, y terminamos atados cumpliendo sus deseos egoístas.
- Pero ella fue generosa conmigo, Me prometió permitir el divorcio luego de que todo se arreglará.
- Ve a dormir, creo que tu cerebro se sobrecalentó, la cama está noche es tuya.
Me gustaría tener un corazón frío como el de Francisco, uno que no siente remordimiento por engañar a las personas que nos rodean. Un corazón que no sienta culpa por fingir cariño que no se siente.
Pero yo no soy así, me conozco a la perfección, y sé que esto a futuro me dolerá muchísimo. Pero lo tengo que hacer por papá.
Cada día era más bueno que el anterior, nos tomamos infinidad de fotografías que terminarían en la basura como la mentira que eran de un matrimonio que no existía.
Y lo peor es que incluso la mentira se comenzaba a distorsionar, porque ya no lograba distinguir que era real y que no. Francisco actuaba como un buen hombre, y me trataba con cariño y respeto haciendo todo mucho más complicado.
Al principio me molestaba que fuera tan duro y frío conmigo, pero ahora comprendo que está nueva versión de él es mucho más complicada.
- Tu esposo te ama muchísimo.
- Ja ja ¿Tú crees?
- Ojalá el mío me viera al menos una vez al día como ese hombre te ve a ti. ¿Cuánto llevan de casados?
- Esta es nuestra luna de miel.
- Ahora lo entiendo todo. Nosotros estamos celebrando nuestro quinto aniversario, así que disfruta de que ahora todo es hojuelas sobre miel, porque cuando empiece a pasar el tiempo las cosas ya no serán de color de rosa, querida.
La idea original es no quedarme tanto tiempo como para ver que eso suceda. No me imagino estar 5 años atada a Francisco porque sé que será Inevitable controlar mi corazón en un período tan largo de tiempo.
Tampoco quiero que salgamos lastimados con algo que empezó como un simple contrato matrimonial, mucho menos quiero pasarme la vida entera fingiendo algo que no soy o siento.
- Lista para volver a casa.
- Ya estoy lista para hacerlo.
- Pensé que lloraría suplicando quedarte unos días más, porque tú repentino cambio de actitud Cristal.
- Porque todo acaba, y nuestro tiempo aquí ya se terminó. Llego la hora de volver a la realidad.
- ¿Qué tanto estabas hablando con esa mujer?
- Nada en especial, está celebrando su quinto aniversario y nos invitó a su ula, pero no creo que sea buena idea.
- ¿Por qué no sería buena idea? Después de todo es nuestra última noche aquí vamos a disfrutarla.
Veo como me extiende un paquete bien decorado y adentro de este hay un vestido hermoso acompañado de sus accesorios correspondiente.
- Vamos Cenicienta no permitas que te den las 12.
- Ja ja Que horrible chiste, y déjame decirte que también es de muy mal gusto porque no eres un príncipe encantador.
- Soy mil veces mejor que uno aunque te duela admitirlo.
Me voy al baño sin responderle, no tiene sentido hacerlo, ya que ahora entiendo que cuando Francisco se pone así no hay nadie que le gane en su ego de super macho.
📩 Buenas noches, Cristal quiero avisarte que ya estoy de regreso.
📨 Que alegría saber de ti Felipe. Me alegro muchísimo de que tu madre ya se encuentre mejor y de vuelta en su casa.
📩 Yo también estoy contento de que solo fue un susto. ¿Cuándo te veo?
📨 Pasado mañana pasó por el café.
📩 Perfecto, estoy ansioso por seguir con el trabajo. Nos vemos.
Sin dudas es hora de volver a la realidad, no quiero quedarme en este mundo de fantasías por más tiempo. También quiero saber de papá, y si necesita ayuda con algo.
- Ya estoy lista.
- Te ves linda.
- Tu igual te ves muy bien. ¿Perfume nuevo?
- Lo notaste, ja ja ¿Tan mal olía antes?
- Sin comentarios.
- Eres cruel, pero te perdono solo por esta noche.
Siento su mano en mi cintura guiándome todo el camino hasta la hermosa carpa preparada a la orilla del mar, la luna está increíblemente llena iluminando todo a su paso. Aquí puedo notar lo que un verdadero esposo hace por la mujer que ama.
- ¿Bailamos?
- No te gusta hacerlo.
- Estoy dispuesto a darte el gran honor a que me enseñes.
No se si fue la bebida dulce que no dejaba notar cuanto alcohol había en ella o si fue el clima agradable con esa brisa que refrescaba incluso el alma más herida. Puede que fuera el amor que flotaba por esa pareja que celebraba 5 años estando juntos, y que pensaban seguir por mucho tiempo más así.
Pero al acabar la noche me vi mirando fijo los ojos de Francisco, con mis manos en su cuello, compartiendo el calor entre nuestros cuerpos. Deseando que el tiempo se detuviera o comenzará a pasar un poco más lento.
- ¿Te puedo besar?
Esas simples palabras pusieron mi mundo entero de cabezas. Sabía que tenia que decirle que no, pero la orden que mandó mi cerebro no llegó a tiempo a mis labios.
- Puedes hacerlo.
Ese era nuestro primer beso, y se sintió más real de lo que me gustaría admitir, porque significaba que yo estaba teniendo sentimientos por mi esposo de mentira.
