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Un Asunto De Estado Y Estilo

Un Asunto De Estado Y Estilo

Status: En proceso
Genre:Romance / Comedia / Amor prohibido / Cambio de Imagen / Polos opuestos enfrentados
Popularitas:6k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Alejandro es un político cuya carrera va en ascenso, candidato a gobernador. Guapo, sexi, y también bastante recto y malhumorado.
Charlotte, la joven asistente de un afamado estilista, es auténtica, hermosa y sin pelos en la lengua.
Sus caminos se cruzaran por casualidad, y a partir de ese momento nada volverá a ser igual en sus vidas.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Un mes interesante

Capítulo 13: Un mes interesante

​El estudio de fotografía de la campaña estaba preparado con precisión casi obsesiva. La sesión estaba programada para obtener la foto oficial que se usaría en vallas publicitarias, folletos de campaña y en el sitio web: la cara pública de la candidatura.

Fondos neutros, luces altas y reflectores cuidadosamente colocados. El fotógrafo, un veterano de la política que había trabajado con varios candidatos, revisaba los últimos detalles mientras murmuraba sobre la rigidez de “la tradición”: trajes oscuros, corbatas sólidas y posturas rectas que transmitieran seriedad absoluta. Para él, Alejandro debía parecer inquebrantable, intocable, un hombre cuya autoridad se sentía antes de escucharlo.

​Charlotte Rossi llegó temprano, con un bloc de notas y un ojo crítico que contrastaba con la visión estricta del fotógrafo. Llevaba pantalón negro, blusa blanca y un blazer ajustado, sencilla pero imponente, lista para comandar la sesión sin perder ni un segundo. Alejandro estaba presente, revisando su corbata frente a un espejo de cuerpo entero, como siempre meticuloso y metódico. Parecía estar preparándose para una ejecución más que para una foto.

—Buenos días, señorita Rossi —saludó Alejandro sin mirarla, ajustando la corbata con su precisión habitual—. Espero que tenga todo listo.

​—Claro, señor Montalbán —contestó ella, con tono seguro y voz firme—. Solo quería sugerir algunas modificaciones antes de empezar. Aún podemos rescatar su rostro de la rigidez.

​El fotógrafo la observó con una ceja arqueada.

​—Modificaciones —repitió con un dejo de desaprobación—. ¿Se refiere a la iluminación? ¿A la postura del candidato…?

​—Ambas —dijo Charlotte con calma, sin inmutarse ante la crítica implícita—. Podemos conservar la formalidad, pero si usamos luz más cálida y posturas ligeramente relajadas, Alejandro transmitirá cercanía sin perder autoridad. Queremos un líder, no una estatua.

​—¿Quiere que parezca un modelo o un influencer.? Solo le falta sugerir una fotografía en la playa —le susurró Paola a Giulia.

​Charlotte escuchó y no pudo evitar sonreír de manera sarcástica, girando levemente la cabeza hacia ellas:

​—Oh, lo lamento. No sabía que mostrar cercanía y seguridad fuera un pecado.

​Alejandro, a pocos pasos, permanecía en silencio, observando la interacción. Alejandro se sintió extrañamente fascinado por la audacia con la que Charlotte manejaba a su equipo sin alzar la voz. Era una fuerza de la naturaleza encapsulada en un blazer de diseño.

​—Señor Montalbán —prosiguió Charlotte—, si me permite, quiero que probemos primero la postura de pie frente al fondo neutro. Mantendremos la corbata azul y el blazer gris oscuro, pero ajuste la mirada hacia la cámara como si hablara a alguien, como si estuviera conversando con un ciudadano en la calle, no como si posara para un retrato de galería.

​—Como desee —respondió Alejandro, con la formalidad habitual, aunque frunciendo ligeramente el ceño. Odiaba la sensación de ser un objeto maleable.

​La sesión comenzó. Charlotte dirigía con precisión, señalando ángulos, inclinaciones de cabeza, posición de manos. Alejandro obedecía con cierto fastidio evidente en sus movimientos, pero sin protestar abiertamente. Cada corrección de Charlotte era clara y concisa, sin perder el tono firme ni profesional.

​—Un paso a la derecha, por favor. Mejor ese ángulo de hombros, y ahora suelte la mano izquierda ligeramente —indicaba ella, mientras ajustaba una luz—. Perfecto, mantenga la mirada natural, no rígida. Piense en algo que le importe, señor Montalbán, algo que realmente le apasione, no su declaración de impuestos.

​El fotógrafo murmuraba en voz baja, sorprendido por la capacidad de Charlotte de lograr que Alejandro se relajara sin que perdiera autoridad.

​—No puedo creerlo —susurró—. Casi parece humano.

​—Humano y político —respondió ella con una sonrisa apenas perceptible—. Pueden ir de la mano si saben cómo dirigirlo. Señor Montalbán, una sonrisa de compromiso, por favor. No de médico dando malas noticias.

​Las fotos siguientes mostraban un cambio sutil pero poderoso: Alejandro ya no parecía solo severo y distante; transmitía determinación, confianza y, al mismo tiempo, cercanía. Cada gesto calculado, cada ángulo, cada sombra, trabajaba en favor de la imagen que Charlotte había delineado mentalmente antes de llegar.

​—Excelente —dijo el director de comunicación, que observaba las tomas desde un monitor lateral—. Esto es lo que necesitábamos. Cercanía y autoridad en una sola imagen. Parece que, por fin, está hablando con la gente, y no desde un púlpito.

​Charlotte asintió, satisfecha, pero manteniendo su compostura: un triunfo profesional, no personal. Alejandro, mientras tanto, bajó la mirada hacia una de las fotos, evaluando su propia expresión con el ceño fruncido de manera habitual. Finalmente, se inclinó ligeramente hacia Charlotte, con un tono neutro y casi calculado:

​—No pensé que alguien pudiera hacerme parecer menos severo sin ridiculizarme. Debo admitir que esperaba algo mucho peor.

​—No era cuestión de suavizarlo, señor Montalbán —contestó Charlotte con calma—. Solo de mostrar lo que los demás no ven. Lo guapo ya lo tenemos; la humanidad es el reto.

​Hubo un instante de silencio. Alejandro la observó con una mezcla de respeto genuino y curiosidad. Nada romántico, nada que delatara atracción; solo reconocimiento profesional, aunque el respeto se sentía peligrosamente cercano a la admiración. Por primera vez, parecía ver no solo a la joven que cuestionaba sus decisiones de vestimenta y postura, sino a la experta capaz de transformar la percepción de su imagen ante cientos de personas y cámaras.

​Charlotte volvió a su bloc de notas para anotar los ajustes finales, mientras Alejandro permanecía unos segundos más mirando las fotos en la pantalla. Giulia y Paola intercambiaron miradas, conscientes de que la nueva integrante del equipo acababa de ganar un respeto silencioso, y que sus propios murmullos de celos no habían hecho mella alguna. Charlotte era indispensable, y eso era un problema para el viejo orden.

​El estudio se llenó del sonido de cámaras, flashes y breves indicaciones del fotógrafo. Charlotte seguía al mando, firme y elegante, demostrando que incluso en medio de un equipo acostumbrado a la rigidez, su visión tenía peso y autoridad.

​Al final de la sesión, Alejandro se retiró hacia la salida del estudio, deteniéndose junto a Charlotte:

​—Bien hecho —dijo, con voz neutra, sin un solo adjetivo de más.—. Tomaré en cuenta sus observaciones para la próxima sesión. Ya no lo cuestiono; lo espero.

​—Gracias, señor Montalbán —respondió ella, cerrando su cuaderno y recogiendo sus cosas—. Me alegra que mi trabajo pueda ayudar a que su mensaje llegue de la manera correcta.

​Él asintió y, sin añadir más palabras, se alejó, la imagen de su nuevo retrato ya grabada en su mente. Dejó a Charlotte con la sensación de haber completado algo significativo. No era triunfo personal, ni juego de poder, ni siquiera admiración; era la constatación de que su profesionalidad había marcado la diferencia.

​Mientras Charlotte salía del estudio, no pudo evitar pensar en voz alta, como si hablara consigo misma:

​—Si algún día alguien me dice que la política es aburrida, le mostraré estas fotos. Autoridad con humanidad, sin un solo gramo de aburrimiento. Y sin corbata, si se porta bien la próxima vez.

Un par de días después, Charlie fue citada nuevamente al Comité. La situación le resultó extraña, ya que llevaba anotado en su agenda el itinerario de reuniones, actos y presentaciones que Alejandro tenía previstos. Al llegar, la recepcionista la saludó con una sonrisa.

—Buenas tardes, Charlotte. El gran jefe te espera en la sala de reuniones. —la muchacha asintió y se dirigió al ascensor.

Mientras caminaba por el pasillo se dio cuenta de que no había nadie en los escritorios, así que supuso que algo grande estaba por ocurrir.

Y no se equivocaba.

—Bienvenida, señorita Rossi —saludó Alejandro apenas la muchacha ingresó a la sala.

—Buenos días, señor Montalbán —saludó ella —Buenos días a todos.

—Muy bien —dijo Giulia poniéndose de pie —Ahora que estamos todos presentes, vamos a ponernos con la programación de la gira por todo el Estado.

​Giulia desplegó sobre la mesa un calendario impreso lleno de marcas y flechas de colores.

—El recorrido abarcará las principales ciudades del Estado —anunció con un tono casi triunfal—. Iniciaremos en la capital y terminaremos en San Rodrigo, justo antes del cierre de campaña. Será un mes intenso, con conferencias, cenas benéficas y encuentros con líderes locales.

Charlotte asintió, aunque no pudo evitar una leve mueca al oír la duración. Un mes entero fuera de su entorno habitual, durmiendo en hoteles, lidiando con cámaras y discursos interminables… No era lo que había imaginado al aceptar ese puesto.

Giulia captó el gesto al instante.

—¿Ocurre algo, señorita Rossi? —preguntó con una sonrisa afilada, cruzándose de brazos. Su voz sonaba dulcemente venenosa—. ¿Le parece demasiado esfuerzo acompañar al candidato?

El silencio en la sala fue inmediato. Algunos asesores fingieron revisar sus carpetas, otros se removieron incómodos. Alejandro levantó apenas la mirada, pero no intervino todavía.

Charlotte, en cambio, alzó el mentón con esa calma suya que siempre precedía a una réplica ingeniosa.

—No, en absoluto —respondió, dejando que una sonrisa se dibujara en sus labios—. Solo estaba calculando si me alcanzará el espacio en la valija para todos los atuendos que exige un mes de eventos públicos. Ya sabe, hay que mantener la imagen del candidato impecable.

Un par de risas ahogadas se escaparon de los asistentes. Alejandro la observó de reojo, intentando disimular una sonrisa. Giulia frunció el ceño.

—Bueno, espero que entienda que no estamos aquí para desfilar —replicó, tajante—. La imagen es importante, sí, pero lo esencial es el trabajo y la disciplina.

Charlotte inclinó la cabeza con fingida inocencia.

—Oh, no se preocupe. La disciplina la tengo desde niña —dijo, mirando fugazmente a Alejandro—. Pero si hay algo que aprendí trabajando en producción es que una buena imagen también puede salvar una campaña entera.

El comentario cayó como una daga envuelta en terciopelo. Alejandro dejó escapar una risa breve, casi imperceptible.

—Tiene razón —intervino él, apoyando los codos sobre la mesa—. No subestimes el poder de una presentación bien cuidada, Giulia. Tú misma lo sabes.

Giulia apretó los labios, y Charlotte aprovechó para tomar nota en su cuaderno con absoluta serenidad.

—Entonces, ¿cuándo partimos? —preguntó, rompiendo la tensión.

—El lunes a primera hora —respondió Giulia con frialdad—. Y espero que venga preparada para largas jornadas y poco descanso.

Charlotte levantó la vista, sonriendo con esa mezcla de ironía y encanto que ya comenzaba a ser su marca registrada.

—Tranquila —dijo—, el café y yo tenemos una relación estable. Puedo sobrevivir a cualquier gira.

Alejandro soltó una carcajada abierta esta vez, y hasta algunos de los asesores asintieron divertidos. Giulia, roja de incomodidad, cerró la carpeta de golpe.

—Perfecto —dijo con un hilo de voz—. Entonces, queda todo claro.

Charlotte se recostó en la silla, satisfecha. Había dejado claro que no sería una asistente temerosa ni mucho menos una marioneta. Y aunque notó la mirada desaprobadora de Giulia, también captó algo distinto en los ojos de Alejandro: una chispa de respeto… y de curiosidad.

Cuando la reunión terminó, Giulia salió primero, con pasos firmes y sin mirar atrás. Charlotte recogió sus cosas con calma. Alejandro se acercó a ella, con las manos en los bolsillos.

—No suelo ver a Giulia perder terreno tan fácilmente —comentó, divertido.

—No suelo dejar que nadie me intimide sin motivo —respondió ella con naturalidad, guardando su libreta.

—Lo tendré en cuenta —dijo él, sonriendo antes de girarse hacia la puerta—. Y prepárese, Rossi. Este mes va a ser largo… pero interesante.

Charlotte lo siguió con la mirada, sin poder evitar sonreír.

"Sí. Muy interesante." pensó.

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Suleima Dominguez Guzman
gracias Angeluz un súper capítulo
Mine Romero
Excelente novela 👏👏, me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos, muchas gracias
Marshaan Sanchez: por favor ya una pequeña tregua y que muestre un pequeño avance de acercamiento entre ellos un 💋 por muero de ganas leer un capítulo entero de pasiot😜🥰🤭
total 1 replies
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo cada día es más interesante me encanta tu novela
Suleima Dominguez Guzman
excelente novela súper recomendada
Suleima Dominguez Guzman
gracias angeluz por cada capítulo excelente novela me encanta lo engancha de una te felicito
Suleima Dominguez Guzman
felicitaciones autora muy linda tu novela me encanta cada capítulo es única
Suleima Dominguez Guzman
gracias autora por cada capítulo excelente novela
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar y regalarnos tú enorme talento 👏👏😊😊
Marshaan Sanchez
está novela para mí me tiene de emoción en emoción y deseando que la imaginación de la escrictora haga su magia por favor ya no más me tiene de muerte lenta
Carmen Palencia
más capitulos por favor que está novela está súper emocionante
Nairobis Cardozo Portillo
🤭🤭🤭🤭
Nairobis Cardozo Portillo
Celos celos 😍😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️❤️
Carmen Palencia
gracias por actualizar me encanta esta novela
Marshaan Sanchez
sin duda está novela tiene todo los elementos que le dan al lector todo los matices para vivir como propia cada momento que viven los personajes y anhelos de cuando ellos tenga un roce que encienda lo que se espera magia polémica me tiene cautiva en tu novela mi querida escritora 🥰
Sorany Quintero Bernal
🥰 No lo quiere aceptar pero ya se enamoró de ella pero puede más su orgullo y la arrogancia que aceptar que le gusta ella que está enamorado hasta los huesos me gusta mucho esta novela cada capítulo que leo me meto más en ella
Mine Romero
Muchas gracias por actualizar. excelente novela me encanta, por favor nos puedes regalar más capítulos 😊😊👏👏
Nairobis Cardozo Portillo
Alejandro Charlie te gusta admitelo 😍❤️😍
Nairobis Cardozo Portillo
❤️❤️😍😍❤️
Mine Romero
Excelente novela me encanta muchas gracias por actualizar 👏👏por favor nos puedes regalar más capítulos
Marshaan Sanchez: de cuerdo y mucho mas👏para ella en cada capítulo no deja ver y leer el talento que tiene son novelas que no quiere dejar de leer y espera un gran final jajajaja a hasta con hijos 😜🤭😂
total 1 replies
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