NovelToon NovelToon
El Reino De Los Engaños

El Reino De Los Engaños

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Secretos de la alta sociedad / Pretendiendo ser otra persona / Romance
Popularitas:710
Nilai: 5
nombre de autor: Gianna Viteri (gilover28)

El Rey Arturo y su hermana de sangre, Neferet, compartieron un amor prohibido que dio origen a dos gemelas. Para ocultar su romance ilícito y evitar el castigo de sus padres, idearon un plan desesperado: Neferet se llevó a una de las niñas, mientras Arturo confió la otra a una madre adoptiva, una princesa de un reino lejano. Dieciocho años después, las gemelas han crecido en mundos separados, ignorando la existencia de la otra. Pero cuando el destino las cruza, una cadena de secretos, mentiras y traiciones sale a la luz. En El Reino de los Engaños, nada es lo que parece...

NovelToon tiene autorización de Gianna Viteri (gilover28) para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 4

Sade

Mi respiración se hizo lenta y Milos empezó a darme un poco de aire con sus manos. Aquella impresión ha sido muy fuerte para mi pobre corazón.

—Sade...¿Quieres que vayamos al castillo y llamemos a nuestro médico de cabecera? —Susurró intentando calmarme. Tuvimos que regresar hasta la mitad del puente para que nadie viera que me sentía mal— Sade, por favor di algo que comienzas a preocuparme. No has dicho ni una sola palabra desde que...

Se calló pues creo que no quería mencionar lo antes sucedido. Cerré los ojos una vez más y luego de dos minutos por reloj, los cuales conté en mi cabeza, me controlé y le dije a mi hermano:

—Qué nadie se entere de lo que vimos en el pueblo —Le pedí limpiando mis lágrimas con mis propias manos con éxito—Nadie además de nosotros necesita saber eso.

—Tampoco pensaba en decírcelo a nadie —Me sonrió— Esto confirma que aquello que dije mientras estábamos en el bosque es real: existe una razón por la que no has venido al pueblo nunca.

—Nuestro padre no luce como una persona que oculta cosas, pero ya veo que no es así. Quiero irme a casa, pero no puedo volver con las manos vacías pues lucía emocionada por comprar varias cosas...

—Compraremos lo primero que veamos en el camino —Me aconsejó haciendo que diéramos la vuelta y fuéramos en camino al pueblo otra vez— ¿Qué tal algo de artesanía? ¿Te gustaría?

—Claro que sí —Sonreí con tristeza y dejé que tomara mi mano— Lo mejor es que intente olvidar lo que hemos visto para que nuestros padres no se den cuenta del miedo que sentimos. Hablaremos nosotros dos en la noche en mi dormitorio y me ayudarás a tomar una decisión adecuada.

Asentí con lástima, pero lástima por mí misma. Permití que me guiara al mercado artesanal del pueblo y fijé mi vista en un precioso collar.

—¿Ese collar que está por allí te gusta?—Le cuestioné con una tímida sonrisa— En lo personal me parece bonito.

—¿Quieres que te lo compre? Deja que lo pague yo, tómalo como un regalo de tu hermano para que tu alma se libere un poco de tanta pena.

—Siempre eres un buen hermano  que ha sabido guiarme por él camino correcto ¿No se supone que eso tengo que hacerlo yo al ser tu hermana mayor?

—No importa quién es mayor o menor entre tú y yo—Rió y me acompañó hasta llegar al puesto de trabajo de aquella señora que poseía ese hermoso collar— Buenos días, me gustaría que me vendiera este collar.

Mientras Milos compraba el dichoso collar, mi mente se fue a otro lado. De la nada, una mujer de unos cuarenta años se puso a mi lado.

—¡Rania, qué gusto que hayas venido! —La señora que nos vendía el collar saludó a la desconocida que pasaba por ahí— Hace un tiempo que no me has venido a visitar.

—He estado ocupada con Lina —susurró— Solo pasaba por aquí, sin embargo ya necesito irme a casa.

—Qué descanses, Rania —Le sonrió.

La señora nos entregó el collar y nos despedimos de inmediato. Caminamos con lentitud y volví mi mirada hacia la mujer que ahora ya tenía un nombre, Rania, y noté que esta caminaba hacia el otro lado.

—Sigamos a esa mujer —Le propuse a Milos— Me parece haberla visto alguna vez.

—¿Cómo la vas a ver? Si nunca has venido al pueblo.

—Tú sólo cállate y hazme caso. Yo sé por qué te lo digo —Fruncí el ceño y empecé a seguir a la mujer junto a mi hermano con sumo cuidado.

Permanecimos el silencio y vimos que Rania se encontró con una mujer de ojos cafés y larga cabellera.

—Escondámonos detrás de ese árbol —Le susurré y después de ellos, continué hablando— ¿Acaso esa mujer no se te hace conocida?

—¿En verdad me estás diciendo algo como eso por segunda vez en el día? —Mencionó con ironía— Ya me parece algo un tanto estúpido...

—Lo que digo no es ninguna broma, Milos. Tómalo con seriedad.

Rodó los ojos, pero no volvió a decirme absolutamente nada después. La dichosa mujer que acompañaba a Rania, se parecía a alguien de mi familia.

—Mira a sus ojos, Sade. Tiene los ojos de la difunta hermana de nuestro padre —Su voz sonaba temblorosa.

—¿Te refieres a esa mujer que fue devorada por varios lobos en el bosque? ¿La mujer de uno de los retratos que están en la sala familiar?

—Ella exactamente —Asintió— ¿No te parece un poco extraño que tenga sus mismos ojos?

—No es ninguna coincidencia —Le respondí casi de inmediato— Muchas personas pueden tener el mismo color de ojos, sin embargo nadie tiene la misma mirada. En los ojos, se refleja el alma de cada persona.

—Sade...Creo que ya estamos excediendo nuestros propios límites .

—Sólo quedémonos unos segundos más, por favor. Deja que vea algo más, no pienso quedarme con la duda.

—Sade...

—Milos, nada más que dos minutos.

Intenté que ambas mujeres no se dieran cuenta de mi mirada sobre ellas. Las dos entablaban una conversación que no era capaz de oír y se sonreían mutuamente. Unos veinte segundos luego de eso, entraron a la casa y decidí que era el momento de irnos:

—Necesito regresar a éste lugar en un par de días. Apostaría mi vida a que esas dos mujeres nos llevarán a descubrir la verdad...

—¿La verdad sobre? —Enarcó una ceja sin entender.

—Ni siquiera yo misma me entiendo... Sólo confía en mi instinto, confía en mí.

Me dio un cálido abrazo y dimos la vuelta para encaminarnos al castillo al fin. No sabíamos cuánto tiempo pasamos en el pueblo, siendo testigos de sucesos tan extraños y sospechosos. No solté la mano de mi hermano en todo nuestro trayecto. Al llegar al lugar que llamábamos hogar, suspiré por última vez y me aseguré que mi rostro se vea bien. Rosa apareció y nos dijo:

—Han venido los reyes de Enchanted Forest para que conozcas a su hijo, Sade. Tu madre me ha dicho que quiere que luzcas ese vestido rojo que tanto le gusta.

—Supongo que iré a cambiarme antes de que sea más tarde. Deben estarnos esperando —Fingí una sonrisa y corrí hacia mi habitación a buscar el vestido.

Dejé que me ayudaran con el vestido y arreglaran mi cabello lo más rápido posible. A pesar que no tenía interés por conocer al hijo del rey, no obstante no pensaba en ser descortés.

—Permiso —Mi hermano entró a mi alcoba —Ya te están esperando en el salón principal, Sade.

—Espérame por favor, quiero ir contigo —lo tomé del brazo.

Junto a Milos nos dirigíamos al salón principal, mi brazo estaba entrelazado con el suyo y yo sonreía tímidamente. En el interior, sólo me encontraba ideando un grandioso plan que tenía como objetivo descubrir que clase de parentesco compartíamos.

—Despeja tu mente...Si continúas con esa expresión todos se darán cuenta de que ha sucedido algo.

—¿Cómo es que puedes mantenerte tan tranquilo cuando vimos todo lo que vimos? —Hice un puchero.

—No hay otra opción para nosotros... Por lo que te ruego que mantengas la compostura.

—No te prometo absolutamente nada.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play