OCTAVO libro de la serie ENTREGANDO MI CORAZON.
Tal vez muchos no recuerdan sus vidas en la temprana infancia, yo tampoco, pero lo que si recuerdo es que era feliz. No podía relacionar qué, quién o quiénes me daban ese sentimiento; pero si recuerdo que los perdí. Años después volví a ser feliz, pero no era algo duradero. Era un ida y vuelta que me dejaba vacía. En mi adolescencia, supe que buscar ser feliz era un sentimiento que ponía más presión y estrés en mi vida. A mis 18 años, renuncié por completo a esa tonta sensación... Para que, unos años después, poco a poco venga un tipo creído a querer destruir mi bien estructurado credo.
No recuerdo mucho mi temprana infancia, pero si recuerdo una sensación de malestar cuando estaba mi padre. Cuando no estaba él, todo era felicidad. Después, con su partida, fui feliz. Crecí rodeado de personas que me aman y que yo amo con todo mi ser. Crecí siendo sociable, seguro de mi mismo y el terror de los bullys. No me molestaba presionar los boton
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YUE (CAP. 05)
El había tenido unas empresas como compensación por unos diamantes robados, pero después de varios años estaban robando información delicada. Llegó un momento cuando no pudo ignorarlo y fue a US. Fue con la nueva generación fantasma de Oriente, que eran como unos 19 letales y leales chicos. Siempre que me habla de ellos le doy una mirada afilada, porque debe sacarse de la cabeza que las chicas somos delicadas. En una gran habitación lujosa estaban todos y esos vende patrias que solo buscan llenarse los bolsillos a expensas de su país y familia. Luego se abre la puerta y traen a una pareja. El chico tranquilo y despreocupado con cabello largo. La chica con afilados ojos dorados tuvo duelo de miradas con mi papá. Desde ya la respeto. En desventaja y ella bien segura de si misma.
^ Me hizo recordarte y a tu mamá. Con esa fuerza y temple, sin titubear. Cuando me habló de ti, sin que otros oyeran, supe que era de confianza. Le devolví las empresas y me lleve a la escoria vende patria y a su tío. Una cosa es que la situación te sobrepase y pierdas a tu familia; otra muy distinta es ocasionar daño directo a ésta. Esa chiquilla, por más que tranquilamente pudo darles la espalda, ahora es la cabeza de su familia y han escalado a niveles muy altos.
Escucho muy atenta, como si me estuviera contando mi cuento favorito.
^ Otro de los motivos por la que confió en ella es que ama a su familia. Los rebeldes de Oriente estaban haciendo de las suyas y se toparon con un primo de ella. Lo secuestraron y también a la pareja de éste. En ese momento me di cuenta, incluso con todo el pesar que sentía me advirtió. No quería desbaratar la amistad que hicimos. Gracias a ese inconveniente supe de que nos estamos pudriendo por dentro. Salvé la vida de la pareja por pura coincidencia y no me dará pena usar eso para tenerte segura. Yo sé que te debo mucho, mi niña, y espero que gracias a ellos puedas encontrar lo que sientes que te falta.
Estiro mi brazo para apretar su mano. No somos afectuosos, pero en lo poco que podemos estamos para el otro.
Después de 8 días llegamos a un lugar llamado Chattanooga en US. Tranquilamente pudimos llegar en 1 día, pero no; el viejo quiso probar todos los medios de transporte que existen. Lo bueno es que me divertí. Parecía un viaje de carretera que haces con tu familia y ven lugares absurdos. Al inicio, compramos un poco de ropa, ya que cuando salimos solo teniamos lo puesto en el momento. Ahora que estamos en el lugar, lo veo buscar algo. Una vez que lo encuentra se dirige a una cámara de seguridad y se queda mirándolo. Levanto una ceja y lo fastidio.
- Ahora si perdiste tu último tornillo. No saldrá Samara, la chica del aro, de esa cámara.
Antes que me conteste, le llega un mensaje.