La Perdida

En la ecribania de San Benito los Maslov escuchaban atentamente las cláusulas del contrato de compra y venta que les leían en voz alta.

Ferreira estaba impaciente sin saber si tendrían o no el dinero.

Estaba aprensivo cuando firmaron los papeles, eso no importaba demasiado.

Era solo romper los documentos si no estaba la suma fijada.

La señora Sara abrió su cartera y le pasó a su marido algunas bolsas de nylon que antes eran de azúcar y que ahora contenían la suma acordada.

Maslov,fue quitando el dinero finamente acomodado con notas iguales, en paquetes de diez.

El escribano empezó a contar lo entregado y a Ferreira se le iban los ojos.

No podía creer que ese ruso que andaba a veces andrajoso y en bicicleta pudiera tener con que pagarle el campo.

—Bueno,está todo ,¿ quiere contarlo Ferreira?. — finalizaba con el recuento.

— No es necesario, usted ya lo contó.— aún seguía consternado.

—Aqui tiene un comprobante que las tierras son suyas, tengo que registrar las escrituras don Maslov .

En unos 15 días ya puede venir por ellas o si quiere se las guardo como lo hago con todos mis clientes .— era un servicio que estaba acostumbrado a brindar.

— Bien, me las guarda.— era mejor que quedasen en un lugar seguro y no se estragara con la humedad.

— Nos queda sólo una cosa,¿cuando nos podemos mudar?.— los interrumpía doña Sara impaciente por ver el lugar que habían adquirido.

—Deme el fin de semana,es que no se que se quiera llevar de la casa mi mujer,pero el precio va con todo lo que hay,fuera objetos personales.— afirmaba Ferreira para sorpresa de los compradores.

—Si ,algo me dijo, pero de los bichos que estaban en el campo.

Es bueno hacer negocios con usted. — miraba Maslov a su esposa sin saber que hacer mas que darle la mano y sellar la compra.

Después de levantar todo lo que necesitaban en el almacén y las semillas en la veterinaria, regresaban a casa en silencio.

— Usted si que es tacaño Maslov,debería comprar un cachilo para hacer éstas vueltas con su familia.—le decía el vecino que los llevaba de regreso a la Colonia y siempre les hacía de transporte.

—Cuando haya dinero,la cosa no está nada fácil.— respondía preocupado con todo lo que había gastado recién.

—¡¡Ahh.!!..si para usted está fea la cosa..........¡¡que dirá para nosotros Maslov, que dirá para nosotros!!. — bromeaba con el, sabiendo de lo seguro que era con respecto a las finanzas.

Lo conocía con maña y todo,a veces no comía un huevo para no tirar la cáscara y fuera lo que entregaba a la iglesia de buen agrado,hasta un par de hortalizas cultivadas al fondo de su casa eran vendidas para pagar lo que fuera necesario.

Después de descargar todo lo del camión, le entregó a su vecino el dinero del combustible y se retiró.

Raquel le comentaba entusiasmada de la visita de Alice y su encargue de dulce de leche para cuando fueran al pueblo.

Pero su madre, no tenía el más mínimo interés,sólo quería saber de la visita del pastor y tener la certeza que lo que habían combinado hablar con Raquel cuando les dejó el pan , habia ocurrido.

— ¿Vino el pastor con su familia??.— la cortó haciéndose la que no sabia de su llegada con ellos.

—Vino si ....le di el diezmo y don Tolentino dormirá más cómodo,porque ya trajeron el colchón.— no pretendia hablar de la charla con la pastora.

— ¿Solo eso??.—preguntaba intentando que comentara algo más.

—Si,los invite con chocolate, pero creo que hice muy poco,pensé que vendria sólo, o tal vez con los niños,no quedó nada..— no tenía intenciones de darle motivos para fastidiarla.

—Está bien Raquel, tenemos con tu papá dos buenas noticias para darte.— empezó diciéndole.

— ¡Me encantan las buenas noticias!!.— aplaudia, como una niña pequeña ,finalmente se terminaban los misterios de sus padres,eso pensaba.

— No vino pan,la panaderia estaba atrasada con los pedidos ,así que haremos pan casero mañana ,esa es la primera buena noticia.— pensaba que tal vez la pastora no había tenido oportunidad de sugerirle nada,o que Tolentino hubiera estado presente todo el tiempo.

— Gracias mamá te quiero mucho.—la llenaba de besos.

— ¡Deja de ser interesera,!!,te tiene que durar hasta el lunes,no pienso gastar la poca harina que me queda en eso.

Vas a ir conmigo a levantar en el Alberto la harina que llega en el tren y el pan que enviarán.— eso indicaba que la acompañaría al centro poblado que estaba cerca de la Colonia y que quedaba a medio camino de San Benito.

— Tenemos que hacer más dulce entonces,Alice quiere un par de frascos y de paso vendemos los demás por allá.— sabía que su madre pensaba igual que ella en esos momentos.

—Mañana lo hacemos Raquel ,me vas a tener que ayudar,porque tenemos demasiadas cosas pendientes.

Continúo con las noticias .

Hay otra cosa más que queremos decirte con tu padre y es la segunda cosa buena.— hacia un suspenso que la dejaban ansiosa.

—Los escucho.— miraba como su padre se sentaba para unirse a la charla en familia.

— Nos vamos a mudar .— eso no parecía ser para nada una buena noticia y ya no le agradaba lo que le decían.

Le invadió unas ganas tremendas de llorar,amaba su casa,solo no le gustaba quedarse sola.

— ¿Porque??, ¿a donde nos vamos??..

A San Benito, o se van conmigo para que estudie.— podría ser una posibilidad que no estaba para nada mal.

— ¡No!!...compramos la tierra de los Ferreira, nos vamos a mudar para allí, ¡¡me tienes harta con lo de los estudios!!.— protestaba su madre enojada,parecía que su hija sólo pensaba en eso.

—¿La de los Ferreira?...— no podía creer, todos decían que era un lugar hermoso,ella mismo lo había espiado algunas veces cuando su padre la enviaba a buscar las ovejas.

—Si... la de los Ferreira, tu padre va a empezar la semana preparando tierra allá y te tienes que hacer cargo de todo hasta veamos que nos llevaremos de aquí.

Parece que casi todos los muebles se quedan en la otra casa,así que no hay demasiado que cargar.

Tu padre va a hablar con Tolentino para que se quede aquí y cuide de lo que quede sembrado ,incluso la quinta.— eso la sorprendia aún más.

—Está bien,yo puedo con todo mamá. —no tenía la más mínima idea de las dimensiones de lo que sucedía a su alrededor.

Por un lado entendía que sus padres no le podían dar dinero para pagarle los estudios y por otro compraban tierra como si fuera una olla nueva.

En su inocencia no comprendía que la realidad económica que tenía su familia,no era la que le profesaban.

El sábado llegó y todos se reunían para un culto más .

Era la despedida del hermano Ramón y su familia.

Todo estaba animado,incluso Alice con su esposo y su hijo Rodrigo acompañaban a doña Dominga que aún enferma ,no quería dejar de despedirse de sus amigos más queridos.

Aunque el alcohol estaba prohibido, algunos hombres tenían guardado entre sus pertenencias algo fuerte con la excusa de espantar el frío .

Los pastores hacían la vista gorda,pero todo se descontrolo en algún momento.

En un lío por cualquier cosa y bajo los efectos del alcohol se armó una trifulca que don Maslov y otros hombres que no habían bebido, intentaban apartar sin suceso.

Tolentino miraba a lo lejos divertido, más alegre y hablador también un poco alcoholizado .

— Se pelaron us irmãos,né.

Los agarró el demonio,parece .— decía entre risas señalándole a Raquel como los pastores intentaban parar los golpes que se daban a diestra y siniestra.

— Creo que están golpeando a mi papá. — se preocupaba Raquel queriendo defenderlo a cualquier costo sin que Tolentino pudiera atajarla para que no se metiera.

Hasta algunas mujeres más entraron en la pelea defendiendo a sus maridos agredidos.

Se agarraban de los pelos y los niños lloraban mirando como se revolcaban en el piso.

Algunos empujones más y la pelea se terminó por cansancio.

La fiesta no tenía mas sentido,ya no había clima para festejos y Tolentino no paraba de reírse en forma discreta al ver a las mujeres todas despeinadas y embarradas.

Hasta Raquel queria reírse, pero la mirada inquisitiva de su madre la frenaba a hacerlo,su vestido de salida estaba descocido por meterse donde no era llamada.

Después de colaborar en la limpieza, Maslov y doña Sara se acercaron a despedirse de la familia que se marchaba de la Colonia ,para retirarse también.

—Voy al baño mamá,no me demoro nada. — pidió permiso y se perdió en la parte trasera del templo.

Cuando volvía se frenó al ver al pastor Luis hablando con dos hombres extraños,que al percibir su presencia se marcharon inmediatamente.

— Estuvo todo bien bonito a pesar de lo sucedido,¿ no le parece??.— Luis buscaba un motivo para conversar con Raquel a solas.

— Si...eso,vine al baño pero ya nos vamos,me esperan.— sentía los nervios a mil solo de pensar que le habían sugerido casarse con ese hombre.

— Que descanse hermana Raquel,está muy bonita hoy.— la halagaba dando un paso adelante para estar más cerca.

—Gracias.— se apuró a alejarse y alcanzar a sus padres que estaban montados en el sulky.

Ya empezaba a oscurecer y la noche seguía mas fría de lo normal.

La frazada volvía a cubrirlos en el regreso y Tolentino los seguía mareado, encima de un caballo.

Menos mal que el animal sabía el camino de regreso y después de sentir que no podía guiarlo lo dejo hacer lo que quisiera,solo necesitaba llegar a lo de los Maslov y dormir algunas horas hasta que el efecto del alcohol se disipase.