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"Entre La Justicia Y El Deseó"

"Entre La Justicia Y El Deseó"

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Reencuentro / Escuela / Amor-odio
Popularitas:967
Nilai: 5
nombre de autor: Ari Alencastro

“Lo expuse al mundo… y ahora él quiere exponerme a mí.”

NovelToon tiene autorización de Ari Alencastro para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 5: Declaración de guerra

El amanecer del lunes llegó cargado de murmullos.

En cada rincón del colegio, los teléfonos estaban encendidos mostrando la misma imagen: una serie de capturas de pantalla donde Isabella aparecía “filtrando información” del consejo estudiantil y hablando mal de sus compañeros.

Todo era falso. Pero el nombre que encabezaba la publicación no lo era.

Damián Montenegro.

Su perfil, su sello, su poder.

“La chica del video no es tan inocente como parece.”

Esa era la frase con la que él había acompañado las imágenes, publicadas desde su cuenta oficial en la red interna del instituto.

Cuando Isabella llegó, no tardó ni cinco minutos en notar las miradas.

Algunos cuchicheaban, otros fingían no verla.

Lucas corrió hacia ella apenas la vio entrar al aula.

—Isa… no mires tu teléfono.

—¿Qué pasó ahora? —preguntó con voz cansada.

—Solo… no lo veas.

Demasiado tarde. Su pantalla vibró.

El nombre de Damián Montenegro encabezaba el mensaje que ya tenía más de mil reacciones.

Sus manos temblaron.

—No puede ser… —susurró—. ¡Esto es mentira!

Lucas la tomó del brazo.

—Tranquila, seguro fue una confusión, podemos hablar con el comité—

—¿Confusión? Lucas, ¡puso su nombre.

Sus ojos verdes brillaban entre rabia y miedo. Era la primera vez que sentía tanta impotencia.

En otro extremo del pasillo, Damián Montenegro caminaba como si nada.

El uniforme perfectamente arreglado, la mochila colgando en un solo hombro, esa mirada arrogante que hacía que el resto se apartara cuando pasaba.

A su lado iba Tomás, su inseparable amigo, alto y con una sonrisa pícara.

—Hermano, te pasaste —rió Tomás—. No pensaba que lo harías tú mismo.

—¿Y por qué no? —respondió Damián con frialdad—. Si alguien intenta humillarme desde las sombras, lo mínimo que hago es enseñarle cómo se juega con fuego.

Tomás lo observó con curiosidad.

—¿Y si resulta ser inocente?

—Entonces que aprenda a no meterse donde no la llaman —replicó él, indiferente, aunque sus ojos azules brillaban con una satisfacción casi peligrosa.

El rumor se esparció como pólvora.

A la hora del almuerzo, Isabella ya no aguantaba más.

Entró a la cafetería con paso decidido, los murmullos siguiéndola como un eco.

Lucas trató de detenerla.

—Isa, no hagas una locura—

—Ya la hicieron por mí —dijo ella, soltándose de su agarre.

Cruzó todo el comedor, hasta llegar a la mesa del centro, donde Damián estaba sentado, tranquilo, con su grupo.

—¿Tú hiciste esto? —preguntó, conteniendo la furia.

Damián levantó la vista apenas, arqueando una ceja.

—Depende de qué “esto” hablas. Hago muchas cosas.

—¡Deja de hacerte el gracioso! —replicó Isabella—. Publicaste mentiras sobre mí, ¿por qué?

El silencio cayó sobre la cafetería.

Damián se incorporó despacio, sus ojos fríos fijos en ella.

—Porque alguien debía enseñarte las consecuencias de jugar con fuego, “chica anónima”.

Isabella palideció.

—¿Sabes quién soy…?

Él dio un paso hacia ella, su voz bajando, grave.

—No es tan difícil cuando tienes dinero, contactos… y memoria.

Lucas apareció entre ellos, empujando levemente a Damián.

—Aléjate de ella, Montenegro.

Damián lo miró, sonriendo con burla.

—¿Y tú quién eres? ¿Su guardaespaldas o su fan número uno?

—Su amigo. Y no voy a dejar que la trates así.

El ambiente se tensó al máximo. Las risas nerviosas se apagaron.

Sofía, desde otra mesa, observaba cada segundo, fascinada.

“Perfecto…” pensó. “Ahora que se odian, todo será más fácil.”

Damián inclinó la cabeza, sin apartar la vista de Isabella.

—Esto no ha terminado. Apenas empieza.

Ella lo miró con valentía, aunque la voz le tembló al responder:

—Entonces prepárate, Montenegro. Porque no pienso quedarme callada.

Esa noche, mientras el colegio se apagaba, Damián revisaba desde su laptop las reacciones del día.

Su plan había salido perfecto.

Pero, por alguna razón, no sentía satisfacción completa.

La mirada de Isabella, esa mezcla de miedo y desafío, le había dejado un eco molesto en la cabeza.

Tomás entró al cuarto.

—¿Sabes que todos hablan de ti?

—Siempre lo hacen.

—Sí, pero esta vez… también de ella.

Damián cerró la laptop.

—Entonces, que se acostumbre. En este colegio, yo decido quién brilla y quién se apaga.

Esa misma hora, en su habitación, Isabella miraba el techo sin poder dormir.

Su celular vibró con un mensaje de Lucas:

“Isa, pase lo que pase, te creo.”

Sonrió débilmente, pero sus pensamientos estaban en otro lugar.

En esos ojos azules que la miraron con desprecio, en la promesa silenciosa de una guerra que recién comenzaba.

—No me vas a ganar, Montenegro… —susurró—. No esta vez.

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Rocio araceli
no me gusta elogiar nada cuando dejan sin terminar una novela excusarme 🤣🤣🤣🤣
Rocio araceli
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Rocio araceli
en serio eso fue todo lo k escribiste
Rocio araceli
no me gustan las novelas k no terminan
Desi Oktafiani
Increíble, no dejes de escribir
Khansarila Adisoga
¡Me encanta, sigue así!
REIN
¡No puedo más! 😵 Tu historia me ha tenido completamente enganchada y necesito saber qué pasa después, por favor actualiza pronto.
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