Vivió su vida llena de mucha adrenalina, cuando renació en su nueva vida no fue diferente, las primeras horas de su vida tuvo que luchar para sobrevivir
¿que pasara cuando encuentre nuevos seres, o descubra que en este nuevo mundo la magia no es una simple fantasía?
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UN PALACIO DE CUENTOS DE HADAS
Jeinnys: de acuerdo, te espero (te espero ni que nada, esto es una locura, él está bueno y todo, pero no sé ni donde diablos estoy y ahora resulta que, si me case de verdad, verdad y no de mentiritas)
Gustavo: excelencia le dejare unos guardias para su cuidado, si necesita algo solo pídalo
Jeinnys: gracias, no te preocupes
Náhu: ¿Qué es eso de excelencia?
Jeinnys: debemos escapar, resulta que si me case de verdad
Náhu: claro que sí, todos los vimos
Jeinnys: vamos, debemos explorar el lugar donde estamos y, además, huir del papasote de mi esposo (nos escabullimos sin ser detectadas por los guardias, cuando salimos fue que me fije en lo que estaba a mi alrededor, cuando baje del barco no le di importancia por ir concentrada en las últimas páginas de mi libro, las mujeres tienen vestidos pomposos, demasiada tela, no hay coches, no hay nada de tecnología, que bendición)
Náhu: ¿A dónde vamos?
Jeinnys: no lo sé, sigamos caminando, que lugar tan cálido y hermoso
Ramsés: ustedes dos deténganse un momento
Jeinnys: (son guardias, pero no de mi esposo, estos tienen un uniforme diferente)
Ramsés: eres igual a su majestad, estas un poco desaliñada, pero estoy seguro que eres su hija, la princesa ha vuelto, envíen el mensaje al palacio urgente, ustedes dos tendrán que acompañarme
Jeinnys: (le hice señas a Náhu que lo siguiéramos, que tal y que este sea el imperio de mi familia, o bueno la de este cuerpo que habito hace una década, soy una princesa si mal no recuerdo, como pude dejar pasar ese detalle, por cierto, ese guardia dijo que estamos desaliñadas, pero es que para poder huir nos tocó enmugrarnos un poco, sinceramente parecemos pordioseras, sin ofender)
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Gustavo: regresemos mañana, su majestad no puede atendernos hoy
Magnus: ¿le dijiste que era una emergencia?
Gustavo: si, pero dijo que algo urgente había sucedido
Magnus: regresemos entonces, nos caerá bien descansar un poco
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Silvana: ¿estás seguro muchacho?
Guardia: no lo sé majestad, solo obedecí al capitán, él es quien dice que encontró a la princesa
Francisco: ¿Qué sucede mi emperatriz?, salí a toda prisa para recibirte, me toco cancelar la audiencia que tenía con el emperador Magnus, por fin lo conocería
Silvana: la encontraron, por fin encontraron a nuestra hija majestad
Bruno: ¿estas segura de lo que dices madre?
Silvana: lo averiguaremos en unos minutos, ya el capitán Ramsés viene con ella
Bruno: esto es una maravillosa noticia, pero madre espero que no sea una estafa como la última vez, tú no estás bien de salud
Francisco: nuestro hijo tiene razón, iremos, pero si no es ella cariño tendrás que aceptarlo
El puerto del imperio de Barta estaba repleto de banderas ondeando y flores esparcidas en las calles, después de una década, el milagro había ocurrido: la princesa perdida había regresado del mar.
Los nobles, el pueblo y hasta los soldados se reunieron para presenciar el arribo de aquella figura legendaria, pero cuando Jeinnys descendió del carruaje donde la traían, no encontraron a la niña delicada que alguna vez había sido, sino a una joven alta, delgada y con mirada salvaje, sus pies descalzos, su cabello mal cortado y sus gestos toscos contrastaban con el brillo de la corte.
Los murmullos fueron inevitables:
—¿Esa es la princesa?
—Parece una bestia salida de la selva.
—Diez años… ¿cómo pudo sobrevivir?
Jeinnys: (Cada mirada era un peso, cada gesto de desconfianza un recordatorio de que no pertenezco aquí, mis padres, el emperador y la emperatriz, bajaron los escalones del palacio, los ojos de la emperatriz se llenaron de lágrimas al verme, en serio que nos parecemos, de eso no hay duda; corrió hacia mí y me abrazó con fuerza, sin importar el desastre que traía conmigo)
Silvana: ¡Jeinnys, hija mía!
Jeinnys: (susurró la emperatriz, llorando como si temiera que, al soltarme, desapareciera otra vez)
Silvana: por fin, por fin regresas a casa
Jeinnys: (El emperador, en cambio, me observó con una mezcla de orgullo y desconfianza, no dijo nada al principio, solo posó una mano sobre mi hombro, firme y pesada, como una promesa y al mismo tiempo como una advertencia.
Detrás de ellos apareció un muchacho alto y elegante: mi hermano mayor, el príncipe heredero, me miró con sorpresa, y aunque sus labios sonrieron, sus ojos mostraban un desconcierto profundo, la niña a la que había protegido y mimado había regresado convertida en una desconocida)
Bruno: mi pequeña princesa, por fin estas aquí, bienvenida a casa
Jeinnys: (termine de recibir los abrazos de mi familia, eso si Náhu no se despegaba de mi lado, Y entonces, entre los pliegues de la multitud, apareció ella.
Una joven de cabellos oscuros, ojos dulces y sonrisa tímida, que se adelantó con pasos suaves y respetuosos, su vestido era impecable, su voz melodiosa.
Lyria: Padre, madre… ¿No deberíamos darle un respiro a Jeinnys? Ella debe de estar agotada
Y tu Jei deja de ser impulsiva y mantén distancia con ese William!
Ta buena esa