**"EL Eco Del Pasado"** es una novela de romance contemporáneo que sigue la historia de Dante y Emilia, dos almas marcadas por un oscuro pasado y un matrimonio forzado. A medida que enfrentan peligros, traiciones y fantasmas de su historia, descubren que el verdadero amor puede florecer incluso en los momentos más difíciles. Juntos, emprenden un viaje hacia la redención y la paz, buscando dejar atrás las sombras y construir una vida llena de esperanza y nuevos comienzos. Es una historia sobre la fuerza del amor para sanar, perdonar y renacer.
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Capítulo 5: El Precio de la Libertad
El invernadero se había convertido en un refugio para Emilia, un lugar donde podía escapar de la pesada atmósfera de la mansión y encontrarse a sí misma en medio de la naturaleza. Cada día, después de cumplir con las obligaciones sociales y familiares que su nuevo rol le exigía, se dirigía allí para cuidar las plantas, perdiéndose en el trabajo manual que tanto la reconfortaba.
Sin embargo, con el paso de los días, Emilia comenzó a darse cuenta de que ese pequeño paraíso no podía protegerla de las sombras que empezaban a extenderse en su vida. La relación con Dante, aunque cada vez más cordial, aún estaba llena de vacíos. Había momentos en los que sentía que estaban avanzando, que realmente estaban empezando a construir algo juntos, pero en otros, el muro entre ellos parecía más alto que nunca.
Una tarde, mientras regaba las plantas en el invernadero, escuchó pasos acercándose. Se giró, esperando ver a Dante, pero en su lugar, encontró a un hombre de edad avanzada que la observaba con una mirada penetrante. Llevaba un traje oscuro impecable, y su presencia imponía respeto. Emilia no lo había visto antes, pero algo en su porte le resultó familiar.
"Disculpe," dijo, rompiendo el silencio, "¿puedo ayudarlo en algo?"
El hombre la miró con una leve sonrisa, aunque sus ojos seguían siendo fríos. "Soy Giovanni, el abogado de la familia Moretti. He venido a hablar contigo, señora," dijo, haciendo una pequeña reverencia que parecía más un gesto formal que una muestra de cortesía.
Emilia sintió una punzada de inquietud. "¿Sobre qué asunto?" preguntó, intentando mantener la calma.
Giovanni hizo una pausa, como si estuviera evaluando cómo continuar. "Sobre tu posición en esta familia," respondió finalmente. "Veo que te has adaptado bien a tu nuevo entorno, pero hay cosas que necesitas entender sobre la vida aquí, y sobre tu matrimonio con Dante."
Emilia dejó de lado la regadera y se acercó al hombre, sintiendo que lo que iba a decirle era importante. "Estoy escuchando," dijo, intentando sonar segura, aunque por dentro sentía que su corazón latía con fuerza.
"El matrimonio que has contraído con Dante Moretti no es solo una unión entre dos personas," explicó Giovanni, con voz firme. "Es un contrato, un pacto entre familias que implica más que simplemente vivir juntos. Hay compromisos, obligaciones… y consecuencias."
Emilia frunció el ceño. "¿A qué se refiere exactamente?"
"Las expectativas que se tienen sobre ti," continuó el abogado, "no se limitan a ser una buena esposa. Tienes un rol que cumplir, y eso incluye mantener ciertas apariencias, seguir las reglas que la familia ha establecido durante generaciones. Dante puede haberte mostrado cierta consideración, pero no te engañes. Esta familia tiene normas estrictas, y cualquier desviación de ellas podría tener un alto costo."
Las palabras de Giovanni cayeron como una losa sobre Emilia. Sabía que su matrimonio no era convencional, pero no había anticipado que sus movimientos serían vigilados con tanta rigurosidad. "¿Dante está al tanto de esto?" preguntó, sintiendo una mezcla de temor y frustración.
Giovanni asintió lentamente. "Dante es consciente de todo. Pero no siempre comparte esa información con quienes le rodean. Él… prefiere proteger a las personas que le importan, aunque eso signifique dejarlas en la ignorancia."
Emilia sintió que la ira comenzaba a crecer dentro de ella. ¿Era eso lo que Dante había estado haciendo? ¿Protegiéndola al mantenerla en la oscuridad sobre lo que realmente se esperaba de ella? ¿Y cuál era el precio que tendría que pagar por esa protección?
"Giovanni," dijo con voz firme, "quiero saber exactamente cuáles son esas expectativas. Si hay normas que debo seguir, no quiero enterarme de ellas a través de terceros. Hablaré directamente con Dante."
El abogado la miró con una mezcla de sorpresa y aprobación. "Esa es una respuesta que esperaba escuchar," dijo. "Dante te verá esta noche en su estudio. Es mejor que esta conversación la tengan ustedes dos."
Cuando Giovanni se marchó, Emilia se quedó sola en el invernadero, el lugar que antes había sido su refugio ahora parecía más una prisión. Las plantas y flores que había cuidado con tanto esmero ya no le ofrecían consuelo. Sabía que la conversación con Dante sería difícil, pero estaba decidida a enfrentarlo. Si había algo que debía saber, lo sabría de él, no de otros.
Esa noche, después de la cena, Emilia caminó hacia el estudio de Dante con el corazón latiendo con fuerza. No había forma de evitar lo que venía, pero estaba decidida a enfrentarlo con la cabeza en alto. Tocó suavemente la puerta, y cuando escuchó la voz de Dante llamándola, entró en la habitación, lista para exigir la verdad.
Dante estaba sentado detrás de su gran escritorio de madera, con algunos papeles dispersos frente a él. Al verla entrar, levantó la mirada, y en sus ojos Emilia vio algo que no esperaba: preocupación.
"Emilia," dijo, dejando a un lado los papeles, "sabía que vendrías."
Ella se acercó lentamente, sintiendo la tensión en el aire. "Giovanni me visitó hoy," comenzó, sin rodeos. "Me habló sobre las expectativas que la familia tiene sobre mí, sobre nosotros. Pero no quiero escucharlo de él, quiero escucharlo de ti, Dante. ¿Qué es lo que no me has dicho?"
Dante suspiró, pasando una mano por su cabello, un gesto que revelaba su incomodidad. "Emilia, no quería que te preocuparas por esto tan pronto," dijo, su voz más suave de lo que ella esperaba. "Pero sé que tienes derecho a saberlo. Nuestra familia es poderosa, pero con ese poder vienen responsabilidades y reglas que han sido parte de nuestra tradición durante generaciones."
Emilia se acercó más, plantándose frente a él. "No me importa el poder, Dante. Solo quiero saber qué se espera de mí. No puedo vivir en esta casa, en este matrimonio, sin saber a qué me estoy enfrentando."
Dante la miró a los ojos, y por un momento, Emilia vio en él al hombre que estaba empezando a conocer, alguien que podía ser vulnerable, que luchaba con sus propias sombras. "Se espera de ti que seas la esposa perfecta," dijo finalmente. "Que cumplas con tus deberes, que mantengas la imagen de la familia intacta, y que no cuestiones las decisiones que se tomen en nombre del honor de los Moretti."
"¿Y qué pasa si no cumplo con esas expectativas?" preguntó Emilia, con la voz temblando ligeramente.
Dante bajó la mirada. "Habrá consecuencias," murmuró, "y no solo para ti. Las repercusiones podrían afectar a todos los que amas. Esta familia… no perdona fácilmente."
El peso de sus palabras cayó sobre Emilia como un golpe. Ahora comprendía que su libertad, ese pequeño espacio que creía haber encontrado en su matrimonio, era solo una ilusión. Estaba atrapada en un juego de poder donde cada movimiento tenía consecuencias, y donde cualquier error podría costarle caro.
Pero en lugar de retroceder, Emilia sintió que algo dentro de ella se endurecía, una determinación que no sabía que poseía. "Dante," dijo con firmeza, "no sé qué tan lejos puedo llegar en este juego que tu familia ha impuesto, pero te prometo una cosa: no voy a ser solo una pieza más en su tablero. Si voy a vivir en esta casa, lo haré bajo mis propios términos, tanto como me sea posible."
Dante la miró con una mezcla de sorpresa y respeto. "No esperaba menos de ti," dijo, con una leve sonrisa que no alcanzó sus ojos. "Solo ten cuidado, Emilia. Este es un juego peligroso, y quiero que salgas de él sin ser herida."
Emilia asintió, sabiendo que esa noche había marcado un antes y un después en su relación con Dante. Las cosas nunca serían sencillas para ellos, pero al menos ahora, ambos sabían dónde estaban parados. Mientras salía del estudio, Emilia sintió que su lucha apenas comenzaba, y aunque el camino que tenía por delante estaba lleno de incertidumbre, estaba decidida a enfrentarlo con toda la fuerza que tenía.