¿Tenías Que Ser Tú?

Madrid, España.

Emma Raducanu.

Ante está situación, lo único que me queda es seguirle la corriente a Jordi por qué de lo contrario podría termina muy mal.

— Eso es lo que acabas de escuchar, lo preferías a él, fue por su su dinero, fue por la posición social. ¡Eres una p***a — Lo miro con disgusto, con ganas de matarlo.

— Ya que me encargué de ese viejo, podemos reconciliarnos — menciona el imbécil.

No puedo creer mi mala suerte, estoy secuestrada por un hombre que no supera que su ex lo dejo, y a mi me confunde con ella

— ¡Ay, no seas así, ya podemos estar juntos! — Lo miro con ganas de matarlo.

— ¡Nunca! — le grito

— Y tu novio, ¿qué opina de esta historia? — pregunta irónicamente.

— ¿De qué estás hablando?.

— Cuando se entere que tu y yo, hemos vuelto — definitivamente no puedo tener más mala suerte.

— ¡Reza para que no se entere! — le digo.

—¡Él no hará nada!— Ahora, ¿le agradará saber que, además de hacerme el amor, siempre estamos hablando por teléfono?

— ¡Dios mío, Jordi, estás loco! — expreso, agotada por tanta lucha

— ¿Loco?.

— Sí, estás loco, ¿de verdad crees que me quedaré contigo después de que me digas esto?.

—¿Y de verdad crees que ese viejo se va a quedar contigo? — contrataca.

— ¡Sí, me ama! — Respondo con seguridad.

— ¿Estàs molesta? — pregunta Jordi.

— ¡Estoy disgustado contigo!.

— Nada, quiero verte darme disfrutar cuando volvamos a hacer el amor.

— ¡Prefiero morir que ser tocado por ti! — grito molesta.

— Morir... um... sería una buena idea! .

—¿Sabes lo que no entiendo? Esas personalidades tuyas que presentas cada cinco minutos en nuestras conversaciones, eso es realmente una locura.

—Oh, quieres morir, ¿no?— El me amenaza .

— ¡Ya te lo dije, si quieres matarme, solo dispárame! — lo reto.

Escucho un ruido fuerte, y el alivio que me da es enorme.

— ¡Voy a bajar a ver quién se metió aquí, y te arrepentirás!— él amenaza, y rezo para que Saúl no salga lastimado.

Jordi se va y tarda unos minutos. Trato de liberarme para escapar, y no puedo. No pasa mucho tiempo, escucho pasos rápidos y, cuando creo que era Jordi, me encuentro cara a cara con mi príncipe azul. Y viéndolo allí rescatándome, me pongo a llorar.

—¡Oye, no llores! — me dice, dándome un beso. Extrañaba sus besos. Pronto nuestras bocas se separan, pasa el cuchillo a lo largo de la cuerda y me suelta.

— Saúl, igracias a Dios que lograste encontrarme! — Lo abrazo y veo que está herido. —¿Estás herido?

— ¡Estoy bien, y cálmate, estás a salvo!— ¡Vamos salir de aqui!

— ¡Sí, vamos! ¿Dónde está Jordi?.

—Mi princesa — escucharlo llamarme me hizo sonreír felizmente —No quiero que te preocupes por nada más.

— ¡Saúl, puede venir por nosotros!—

—Va a estar fuera por unas horas — me dice muy seguro.

Empezamos a caminar rápido. Saúl llama a un taxi, y cuando entramos lo escucho decirnos que vayamos directamente al hospital.

— ¡No quiero ir al hospital!— Digo, queriendo estar con él.

—Lo siento, mi princesa, pero tenemos que ir a ver estas heridas, y también llamaré a tu hermana para ver si todavía está allí.

No podía esperar a verla. Emery siempre ha sido mi gran apoyo.

—¿Sabes lo que más extrañé? — digo, y de repente estoy en sus brazos.

— ¿De qué?

—Ser llamada tu princesa.

— ¡Pero tú eres y siempre serás mi princesa!— dice, con devoción. ¿Te lastimó en algún otro lugar?— Me asusto, Jordi piensa que su su ex.

—¿Así que qué está loco?— pregunta, incrédulo.

— Sí, así es.

—Sí, y no tienes por qué avergonzarte, cuando lleguemos al hospital quiero que te hagas un examen.

— ¿Que examen? ¿Crees que a***o de mi?

— ¿No lo hizo?—pregunta con cautela, y noto su alivio.

— ¡Gracias a Dios no! — me da un ataque de risa y digo — Sería muy mala suerte para mí haber sido violada dos veces, ¿no? — luego empiezo a llorar, y Saúl llora conmigo.

— ¡Voy a matar a ese hijo de p**a!.

— ¡No! aunque quiero que muera Jordi, no quiero que te arresten, Saúl.

—Se merece morir por mentirme, diciendo que te violó dos veces. ¡Quiero volver allí y matarlo! ¿Por qué no quieres que lo mate? — puedo notar la molestia en su tono de voz.

— ¡Él va a recibir lo que se merece, y sé que lo golpeastes mucho! ¿Y por qué crees eso?

— Porque tienes las manos lastimadas, y tampoco quiero que te arresten por matar a ese gusano.

Por más que Jordi no tuvo justicia en el mundo de los hombres, sé que en el mundo de Dios lo pagaría muy caro.

Llegamos al hospital y nos abrazamos. En el camino, pregunto por qué Emery estaba allí.

Cuando entramos, veo a Saúl llamando, y al poco tiempo escucho la voz de Emery, gritando mi nombre, y pronto estamos uno en los brazos del otro. Emery se libera y va a Saúl:

— ¡Cumpliste tu promesa!— Menciona Emery

—Siempre cumplo lo que prometo—.bromea, y vuelvo a caer en sus brazos. — Y ahora necesito de nuevo tus besos, mi bella princesa.

— ¡Yo también necesito tus besos otra vez! —Su boca se encuentra con la mía, y nos extrañamos. Doy gracias a Dios que todo terminó bien al final. Ahora el siguiente paso es que Jordi esté tras las rejas. Y ese fue mi último pensamiento antes de rendirme por completo a sus besos. No me importaba quién estaba viendo esta escena.