El Beso Que Me Enloqueció

La casa de Samuel Montes está a 5 horas, por lo tanto fue cerca del medio día cuando por fin llegaron.

Tal como Soledad había pensado para ese momento sus golpes eran peores de lo que realmente eran.

Tal era el caso que tenía un fuerte dolor de cabeza y le dolía hasta la punta de cabello, cosa que jamás pensó que podría ser posible.

Tanto era el dolor qué pensó que en el caso de que se hubiera quedado en casa soportando no solo el dolor sino, también el hambre y la falta de atención médica muy posiblemente su salud lo resintiría.

Esto le recordaba a aquella primera y última vez que su padre la había golpeado.

Recuerda como si fuera ayer la impotencia y el coraje que le dio el no haber podido tener la fuerza necesaria para defenderse o al menos poder aceptar un golpe, con uno se hubiera conformado.

Pero en ese momento aún era pequeña, además en esa época no se le permitía comer lo suficiente, por lo tanto estaba algo desnutrida.

Y no es que ahora sea diferente porque aún no se le permite comer suficiente con el pretexto que debe lucir estilizada para una mejor oportunidad de conseguir los mejores pretendientes.

Sobre todo ahora que mostraba claros signos de sobrepeso, por supuesto esto es en opinión de su padre y hermana.

Esto significa que a diferencia de cualquier damisela de la actualidad que eran delicadas y tendían a comer como pajaritos.

Ella comía en cantidades mucho mayores, es decir ella comía tres veces la porción de una comida normal para una señorita de su edad.

De hecho había escuchado comentarios que decían que comía como un hombre adulto incluso tal vez comía más que eso.

Ella no podía opinar, si era cierto o no, ya que como parte de su vida diaria no se le permitía socializar con chicas de edad, por lo tanto no había con quién compararse y con su hermana pues mucho menos.

En su vida anterior no entendió porque había sido aislada desde temprana edad no fue hasta que se vio sola enfrente de un jurado y sin la oportunidad de que alguien hablara a su favor se dio cuenta.

En realidad lo que ellos no saben es que antes podían someterla tan fácilmente porque aún deseaba la atención de su familia, pero ahora eso ya no importa.

Ahora lo único importante para ella, es vivir la vida sin preocupaciones de él qué dirán, al fin y al cabo, la reputación que contando ahínco había cuidado no le sirvió de nada, por qué al final murió sola y en desesperación.

...Samuel Montes...

Estaba en mi casa de campo viviendo mi vida de vejez.

O al menos eso se supone, si no fuera por el inútil de mi hijo realmente disfrutaría de esta etapa de mi vida.

Más, sin embargo, en vez de eso tengo que estar al pendiente de los negocios, de las rentas, para que el condado no se vaya a la quiebra.

Mi hijo nunca fue capaz de hacerse cargo de nuestra familia, tal vez yo tuve la culpa, pues después de que mi esposa murió quise darle todo a él que era lo único que me quedaba de ella.

Por lo tanto mi afán de hacerlo feliz nunca medi las consecuencias de darle todo a manos llenas; creció con la idea equivocada de que merecía todo solo por el hecho de ser quién es.

Para cuando me di cuenta ya era demasiado tarde y ahora tengo que asumir las consecuencias.

Si no fuera por mi nieta menor tal vez ya hubiera buscado a alguien más para tomar el papel de Conde después de todo a pesar de todo él es mi único hijo.

Eso no significa que no haya alguien que pueda hacerse cargo del condado.

Por supuesto que sí lo hay solo que sería de un pariente lejano.

Aunque esto tampoco garantiza que el condado sobreviva a ese prospecto de Conde.

Además, cuando alguien lejano toma las riendas de la familia por lo regular deja de lado a las hijas legítimas del heredero directo y eso no es lo que quiere para sus nietas y menos para su pequeña nieta la cual es idéntica a su querida esposa.

No solo en belleza sino también en su actitud y altanería así como en su fuerza de voluntad y carácter.

Lo único malo, es que al haber sido ignorada por mucho tiempo y lo único objetivo de esa pequeña niña es llamar la atención de su padre para que por fin le dé amor.

Es por eso que aunque tenga las armas para poder ser una gran mujer solo es una pequeña niña en busca de atención.

Hoy como cualquier otro día y otros días había estado pensando en su nieta aunque lo extraño era que hoy pesaba mucho más de lo que regularmente lo hacía.

También estaba ese presentimiento de que algo estaba sucediendo, en momentos como estos él preferiría vivir en la ciudad y estar cerca de su nieta para poder protegerla.

Su nieta era una hija fuera del matrimonio e irónicamente también la única que tenía rasgos claros de la familia.

Que Dios lo perdonara, pero a veces sospechaba que era la única hija de la familia, ya que su nieta mayor era totalmente diferente, no heredaba ninguna cualidad digna de la familia es decir, en su físico no tenía ningún tipo de rasgos distinguibles, ni de su hijo, ni de él ni de su esposa.

Incluso muchas veces pensó que tal vez no era hija de su hijo.

El nunca estuvo de acuerdo con ese matrimonio, la mujer que había elegido para esposa de su hijo era otra chica de buena cuna.

Sin embargo, antes incluso de concretar un compromiso con la familia elegida su hijo había llegado con una mujer que decía estar esperando un hijo suyo.

Y para evitar el escándalo que dañará la reputación familiar tuvo que aceptar dicho compromiso.

Y escasos siete meses después de la boda su primera nieta nació. Y por mucho tiempo creyó que esa mujer había mentido con respecto a la legitimidad de esa niña.

De no haber sido por la traición de su hijo a su nuera lo seguiría creyendo.

Lo malo es que al parecer su nieta mayor había heredado la crueldad de su padre.

Al final su nuera perdió la vida en raras circunstancias, pero antes de eso le dijo la verdad del origen de su nieta menor.

Fue hasta entonces que supo la verdad y está era que al igual como la madre de sol, su nuera mayor también fue violada por su hijo.

Al parecer su hijo se había obsesionado con su esposa cuando esta era soltera.

Incluso ella ya tenía un compromiso pactado desde la infancia sin embargo no descansó hasta destruir su compromiso y la forma que encontró fue comprometiendo su virtud.

Pues así como terminó siendo la esposa de mi hijo eso, también le causaba un poco de arrepentimiento ya que por mucho tiempo Samuel había juzgado a su nuera, una mujer interesada y aprovechada.

Hay muy pocas personas que saben esto y es que mi nieta menor realmente la sobrina de mi nuera mayor es decir que las dos hermanas no solo eran hermanas de padre sino también primas maternas.

La madre de soledad era media hermana de mi nuera, una hija no reconocida.

Esta pobre chica tuvo la desgracia de parecerse a su hermana mayor, por lo tanto, al ser conocida por mi hijo paso a ser la nueva obsesión de este.

Su nuera mayor se resignó a su destino y aceptó casarse con su hijo incluso le dio un amor incondicional a su hija que era producto de aquella bajeza.

Por lo tanto, era lógico que tratará de proteger a su sobrina que también era hija de su marido, la diferencia en este caso es que su hermana menor había nacido y crecido de manera débil, por lo tanto, al quedar embarazada de manera violenta su salud decayó mucho más de lo que debería.

Y por difícil del embarazo fue debilitándose más y más y fue un verdadero milagro que la niña pudiera nacer.

La joven pidió a su hermana mayor que protegiera al bebé y la criara como a su hija.

Que ella no la sentía como suya porque le recordaba aquel suceso traumático que le había sucedido sin embargo incluso aunque no la quería no podía soportar pensar que pudiera sufrir de alguna manera, ya que ella comprendía cómo era ser una hija ilegítima y jamás le deseo que alguien más sufriera lo que había sufrido al tener ese estatus.

Así que su último deseo fue que su hija sea protegida no como a ella no la pudieron proteger o más bien nadie quiso hacerlo.

Samuel Montes estába como otros días recordando este pasado, cuando un empleado entró corriendo agitado y gritando que su nieta había llegado pero que se tenía que calmar y tratar de estar tranquilo ya que su nieta había llegado herida.

El no se dio cuenta que era el, el que estaba más sobresaltado y aún así trataba de calmar a su jefe de cocina.

El hombre mayor salió rápidamente para ver lo que él sirviente decía.