Mika, la hija del temido líder de la mafia, ha vivido toda su vida bajo el yugo de su padre, quien no solo asesinó a su madre, sino que también la separó de sus hermanos para convertirla en una máquina de venganza despiadada. Su padre tiene grandes expectativas para ella: debe convertirse en la reina de la mafia y llevar su apellido a nuevas alturas, o enfrentarse a las consecuencias más terribles, que incluyen la vida de sus hermanos.
Dimitri, un joven rival que también aspira a ser rey, compite contra ella en un juego mortal donde las alianzas son efímeras y las traiciones son habituales.
NovelToon tiene autorización de sweets dalia para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
“SOLO UN JUEGO”
Después de unos minutos conduciendo llegué al hospital y subí con min-ji en mis brazos hasta la habitación privada donde están mis hermanos.
—Sr. xu, mi hermana esta drogada, dile a una de las enfermeras que traigan otra camilla y le pongan una destroza con suero hidratante—digo mientras acuesto a min-ji en uno de los muebles de la habitación.
—Enseguida señorita—dice dando la vuelta para hacer lo que le ordene.
En poco tiempo min-ji está en la camilla que trajo una enfermera, tiene en su brazo derecho una destroza con suero hidratante.
—Sr. xu ya han pasado alrededor de dos horas desde que Yeon y Jeong están inconscientes, ¿por qué aún no despiertan?—le digo viendo el rostros de mis hermanos.
—El médico dijo que ambos están muy agotados, puede ser que no durmieran mucho es por eso que ahora solo estan durmiendo, y en cualquier momento pueden despertar.
—Entiendo, ¿ya tienes la información que te pedí?.
—Por supuesto, yeon y jeong son acosados desde que estos 5 chicos fueron transferidos de otra escuela—me entrega una imagen de 4 chicos y 2 chica—fueron constantemente acosados por estos chicos, hasta iban a la casa de sus hermanos para molestarlos y hacer que actúen como sirvientes para ellos, sin embargo min-ji abandonó la escuela para trabajar en el bar…
Con cada palabra que el sr. xu decía mis puños se cerraban y apretaban mas y mas, no podía ni imaginar cómo fueron esos años para ellos y de solo imaginarlo hacía que me odie más por haberlos dejado.
—En cuanto a sus padres, son empresarios altamente reconocidos—me pasa una imagen de los padre de los 5 chicos—por lo que el director era chantajeado para no hacer nada al respecto, y la respuesta del director cuando los profesores le decían la situación de sus hermanos fue “es solo un juego de niños”.
—¿solo un juego?, le enseñaré un verdadero juego…—por cierto, quiero que esos 5 chicos pasen 5 veces peor el dolor que les hicieron pasar a mis hermanos, que queden con un daño mental irreparable, ¿entiendes?.
—Sí señorita, entonces pagaré para que los secuestren y los metan a un manicomio que dirige un amigo mío, se que con gusto hará lo que usted desea.
—Que no los maten y después de 2 meses los regresen con sus padres con una nota que diga,“nuestro juego aquí ha terminado”—digo con una sonrisa de medio lado.
—Si señorita.
—Bien iré a encargar me del director, cuando despierten todos me avisas—digo dando vuelta para irme y a lo lejos escucho al sr. xu “sí señorita”.
Camino por los pasillos hasta el ascensor y bajo hasta el estacionamiento, camino hasta la camioneta negra y me subo en ella, conduzco hasta llegar a la escuela…
Me bajo de la camioneta y caminó a la entrada y camino por los pasillos hasta la oficina del director.
—Buenos días querido director—digo con una amplia sonrisa.
—Buenos días señorita, ¿en qué puedo ayudar a esta muy hermosa dama?—dice mordiéndose el labio lo que es totalmente asqueroso.
—Soy la hermana mayor de yeon y jeong—digo acercándome a su escritorio hasta quedar frente a él.
—Ohh ya veo—traga saliva, toa una botella de whisky y se sirve un poco en un vaso para finalmente tomárselo de un solo trago.
—No se asombre, solo vine para invitarlo a un juego “batting cages”, essss un director por lo general están muy estresados por los chicos—me inclino hacia él acariciando su mano que posa en el escritorio—y supongo que ahora no está muy ocupado o ¿si?.
—amm, claro que no, además usted tiene razón últimamente he estado muy estresado.
—Entonces vamos, podemos ir en mi camioneta—dogo luciendo la mujer más “entusiasmada por ir a jugar con un director”.
Salimos de su oficina, caminamos hasta llegar a mi camioneta, subimos y se sienta en el asiento delantero junto a mi, enciendo la camioneta y empiezo a manejarla minutos después se da cuenta de la botella de agua que hay en la consola central del carro la cual contiene droga para dormir, bebe de ella y se queda completamente dormido.
Después de unos minutos llegamos al lugar el cual alquile para estar solo los dos y sin molestias, conduzco hasta el estacionamiento, bajo al director que por cierto es muy pesado, entró al lugar donde caen las pelotas al ser lanzadas por el bate, tomo una silla y lo siento en ella, prosigo a buscar una cuerda con que amarrarle las manos, encuentro dicha cuerda y le amaro la manos, finalmente mi plan es que cuando la máquina automática lanza las pelotas hacia mi, yo bateo las pelotas que van a impactar en el director, si, mi plan es realmente brillante y malévolo…
La máquina lanza su primera pelota que impacta mi bate y cae sobre el director haciendo que se despierte confundido por la situación en la que está.
Viene hacia mi la segunda pelota que impacto más fuerte con mi bate y ¡jonrón!, justo en la cara del director que suelta un grito al sentir el golpe logrando despertar del todo.
—¡AHHH!, ¿que está pasando?...¿que es esto?.
Salgo del gabinete donde bateo las pelotas y entro en donde se encuentra el director, me acerco a él y tomo su mentón y lo alzo para que pueda mirar me a los ojos…
—¿Esto?, es su castigo…Usted decía que “solo era un juego”, cuando esos malditos niños golpeaban y abusaban a mis hermanos sin parar, día tras dia mis hermanos vivían un infierno y para usted, ¿solo era un juego?.
Es por eso que hoy jugare con usted, y recuerde que el que dijo que solo era un juego era usted.—digo dándome vuelta para volver a la cabina
—¡¡Lo siento!!, perdóname no debí decir eso, por favor, ¿si?
Lo miro bajo mi hombro.
—Eso no cambiará lo que pasó, y sé que esto tampoco, pero al menos le haré saber que lo que hizo estuvo mal, se supone que es un director—volteo y quedo frente a él—¿cómo puedo decir tal cosa solo por dinero?.
En ese momento el directo rompe en llanto.
—¿Que pasa?, ¿ya no es divertido el juego?—digo soltando una liegera carcagada.