AMOR Y MAFIA

Julian despertó a las 11 AM, no había dormido bien últimamente, salio al pasillo al escuchar todo en silencio, camino de regreso a la recámara de la omega y no la vio en la cama, escucho la regadera y supo que se estaba bañando, salio a la cocina donde encontró frutas y le llevo varias, entre ellas las bananas caracteristico olor de su feromona, el aroma le encantaba, entro al cuarto y la regadera seguía, así que se sentó en la cama, aspiro todo ese aroma que lo volvía completamente loco, es una locura que una escencia te haga perder la razón en minutos.

La Omega salio del baño completamente desnuda por debajo de aquella camisa que llevaba, la camisa blanca del alfa, Julián casi se atraganta con su propia saliva, el ver el hermosos cuerpo de su Omega bajo la transparente tela blanca de la camisa lo hizo erizarse, de inmediato el deseo llegó marcando la semiereccion que se formaba bajo su pantalón, contrario a lo que sintió Julián Nayla nisiquiera se inmutó.

-Oh… lo siento no quise .. no quise entrar así, sin permiso yo creí que aún dormías… yo (nervioso)

-No te preocupes, lo siento, no tengo ropa, me trajeron sin ropa… ¿podrías tratar de encontrar algo para mí? No puedo salir así ..

-S.. sii claro dame, dame un minuto.

Julián salio por el largo pasillo, en dónde trato de tranquilizarse para no entrar y hacer suya a la omega que tenía allí dentro, camino lento para llegar hasta aquella puerta donde el alfa y la Omega habían llegado anoche, tocó la puerta y espero a la adormilada Omega que salía a recibirlo con la puerta entreabierta.

-Hola Julián, ¿Qué se te ofrece? -pregunto Laura aún adormilada.

-Laura, podrias prestarme algo de ropa para Nayla, ella ammm no tengo ropa de mujer…

-Ah si.. claro, claro dame un minuto

La Omega entro a buscar un poco de su ropa, Julián miro de reojo el cuarto, el aroma de su padre estaba allí pero de el nada, nunca se imagino que Rushiel estaba justo tras esa puerta desnudo escondiéndose como colegial mientras su hijo estaba allí, Laura dio la ropa al alfa y le sonrió.

-Julian… ¿como está ella?, Le puse una mucama a su servicio pero he visto que no sales de el cuarto de ella desde que llegó, ¿Por qué?

-La… Laura, me gustaría hablar contigo, ¿se puede?

-Claro, voy en un ratito… tomaré un baño.

Julián regresó al cuarto dónde la chica estaba, le dio la ropa y ella sin pena alguna comenzó a cambiarse, Julián tiñó de rojo su rostro y la Omega lo notó.

-Perdon, no creas que soy una descarada, es solo que en el ambiente que crecí, aprendí a perder la vergüenza, me obligaban a desnudarme frente a todos, al inicio me daba pena, me resistía, después simplemente me resigne, eso es lo que les depara a los omegas de Simón Mcnel.

-¿Simón Mcnel, el narco?

-Oh, veo que no lo sabes, mi nombre es Nayla Mcnel Colens soy sobrina de Simón Mcnel líder de la mafia del sur… soy sobrina de la mafia.

Julián solo se quedó callado, aún trataba de procesar todo lo que había pasado, Nayla miro la expresión del alfa y lo supo, su corazón se arrugó al notar el su alfa la expresión de miedo y rechazo, sonrió mientras pensaba como sería de irónico el destino, el alfa era sin duda bueno, un alfa noble y puro, jamás había visto un arma en su vida seguro, jamás tuvo que luchar por sobrevivir ni entrenar hasta desfallecer, o pasar hambre y frío, tampoco tuvo que prostituirse a fuerza… Julián de hecho no debía saber nada de eso.

Julián solo apretó los puños pensando en ¿Qué tipo de vida habría llevado antes su omega? Todo lo que tuvo que aguantar para solo sobrevivir, pero eso cambiaría a partir de ahora, por qué ellos estarían juntos y vivirían lejos de ese mundo de drogas y armas.

Laura entro a la recamara y miro a la omega, Julián como siempre a su lado, Rushiel los miro y olió en ella todo el aroma del alfa, toda aquella feromona de seducción y dominio y entonces lo supo, Nayla era la destinada de su hijo, no quiso decir nada y ser imprudente, pero el que había vivido en ese mundo de mafia y muerte, sabía que no sería nada fácil esa relación.

Julián escucho atento cada palabra dicha por Laura, el hecho de que Max fuera su hermano y estuviera ahora secuestrado, todo lo pudo entender hasta que escucho aquellas palabras de la Omega.

“Tu eres Laura Ferel “la bala”, esposa y Omega de la mafia rusa”

Julián sonrió nervioso, quizá había escuchado mal, si, debía ser eso, por qué, no tenía caso, Laura era un oficial de la policía y luchaba contra toda aquella podredumbre que inundaba las calles de Nueva York, esa que precisamente Nayla llamaba ‘mafia*, si, debía ser un error, Laura no era así, definitivamente no.

-Nayla, jejeje no, te equivocas, Laura no es… ella es policia…

-Bien, tu sabes quién soy yo, pero, ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres?.

Julián entonces entendió todo, no supo que decir, solo miro a su padre agachar la cabeza y no mirarlo a los ojos, entendió que era verdad, su padre trabajaba en eso y jamás se lo dijo, aquellos trabajos “especiales” para los que su papá entrenaba, las armas, los trajes tácticos… todo era por eso, ahora entendió por qué en el colegio los demás chicos lo evitaban, y cuando sus pocos amigos se lo decían, “le temen a tu papá” “tu papá es un mafioso” “tu papá controla el país” Julián siempre ignoro todos esos malos comentarios pero ahora, todo tenía sentido, ató cabos y escucho cada parte de la conversación, en esa parte donde Laura pregunto

-¿Qué es lo que quieres para decirme quien putas secuestro a mi hijo?

Las palabras que escucho le dieron la respuesta, en definitivamente no podía contra eso, Julián jamás había estado en ese mundo, no lo conocía y debía admitir que jamás se acostumbraría a el.

-Le diré todo, pero a cambio quiero dos cosas, la primera, que después de que maten a toda la gente de Simón, quiero el territorio del sur, lo que me toca por herencia como Nayla con el apellido Colens, y la segunda, no mates a Simón, a ese perro, lo quiero matar yo, déjamelo a mí, ¿Lo harás?.

Julian solo escucho y con miedo de preguntar, solo se quedó callado.