Amor Entre Enemigos

(Eriks Ivanova)

Tengo media hora aquí esperando a que llegue el hijo de Franco, aunque la espera no ha sido aburrida hay mujeres meneando el culo, y pasadome las tetas por la cara no lo voy a negar lo estoy disfrutando, no veo la hora de acabar con esto y llevarme a la chica que tengo en la piernas a una habitación, la chica me besa yo aprovecho de manosear sus grandes pechos, de un momento a otro la chica se detiene y miro a la dirección que está mirando la chica.

Mis ojos se que quedan fascinados con la pelirroja que está en la puerta junto a una chica rubia, me tomo mi tiempo detallándola y no puedo apartar la mirada de sus pechos, el top de cuero que trae hace que se le vean provocativos, el vaquero de cuero hace ver la maravilla de sus curvas y esos labios carnosos y rosados tientan a cualquiera querer comercelos, vuelvo en si cuando uno de los hombres de Franco se le acerca de forma coqueta.

Hola, muñequita que hace una preciosidad como tú en este lugar — dice acercándose a ella.

La chica no hace nada solo lo mira seria y es cuando el chico empieza a tocarle el rostro.

Puedes quedarte conmigo te trataré bien estaré disponible en un par de hora que te parece — le dice acariciandole el rostro.

Si no quieres quedar sin dedos deja de tocarme — le dice la chica agarrándolo por la muñeca

Si no vienes a complacer a nadie, puedes largarte estamos en una reunión de negocios — dice el hombre dando un paso atrás.

Sácame si puedes — dice la chica pasado por su lado.

El hombre la agarra por el cabello llevándola hasta su pecho, el hombre alto que vino con ella y la otra chica se iba acercar pero ella lo detuvo.

Salte de aquí por las buenas o por las malas — le dice haciendo más fuerza — si el señor Fabián se entera que una puta está interviniendo en su negocio te volará la cabeza.

La chica sigue teniendo la misma actitud, ni siquiera una mueca de dolor hace, se pega más al cuerpo del hombre pasando su mano por el pecho de este, y baja hasta llegar a su espalda y....

suéltame o te vuelo la cabeza — le dice apuntándole con el arma en la cien del hombre.

Este la va soltando poco a poco, retrocede pero el guardia de la chica le detiene el paso.

No sabes, con quien te estás metiendo muñequita — le dice el hombre — estás rodeada de puros asesinos si me matas de aquí no saldrás viva.

Mmm...puede ser pero el que no sabe con quien se está metiendo eres tu baby — le dice aún apuntándole — vamos ponte de rodillas

Sabes que puedo dar la orden para que te maten — dice el hombre.

De rodillas te dije — dice la chica cargando el arma — te lo dire una última vez, de rodillas o te vuelo la cabeza

El hombre al ver que nadie hace nada obedece.

Sabes que puedo dar la orden de que te maten cierto — dice el hombre arrodillado — trabajo para la Familia Rojas, y debes de saber que con esa familia no se juega, cuando el señor Fabián se enteren que te estás metiendo donde no te importa te harán pagar y créeme que no será una muerte rápida.

Si te da la gana puedes dar la orden de que disparen — lo desafía la chica

Mátenla — ordena el hombre, pero ninguno le hacen caso

Eres nuevo trabajando para la familia Rojas — pregunta la chica.

Si, por qué — dice el chico

Bueno, tienes que sabes qué Fabián no perdonará el que hayas llamado puta y que te atreviste a tocarle el cabello a su hermanita — dice la chica

Todos quedan en shock incluyéndome el chico se puso pálido sin saber qué hacer.

Her...hermana — tartamudea el chico

Hay cierto que malos modales tengo — dice la pelirroja — mucho gusto Flor Rojas, ahora si me disculpas tengo cosas que hacer, espero y sufras mucho con lo que mi hermano te hará.

La chica le da la orden al hombre que vino con ella para que se lleve al hombre y esté esta suplicando por su vida, la chica le entrega el arma a su hombre y se acerca con la rubia que vino con ella.

Pido una disculpa por lo que acaba de pasar — dice la chica

Tranquila — dice David acercándose y estirando su mano en forma de saludo — mucho gusto David Vicencio

Mucho gusto Flor Rojas — dice la chica — y ella es mi hermana Fabiana Rojas

Las dos corresponde el saludo de David.

El es Eriks Ivanova — dice señalándome — el líder de la mafia Rusa

La chica que vuelve a hacia mi y levantó mi copa en modo de saludo ella asiente pasa a sentarse, no despegó la mirada de su trasero cuando me da la espalda para sentarse esto no es una mujer es un maldito estimulante sexual, con solo verla mi miembro sé pone como una roca, y eso me pone de mal humor por la maldita es miembro de la mafia enemiga y eso es lo que me pone de peor humor.

Siempre he tenido lo que quiero, pero esta vez me tocará quedarme con las ganas, ella está hablando llegando a un acuerdo pero no le presto atención, toda mi atención está puesta en sus pechos que me tientan a que los tenga dentro de mi boca, malditas ganas que le tengo no creo poder aguantar tanto tiempo.

Flor Rojas

Eriks Ivanova