Se dice que cada cien años la madre de todos los lobos reencarna para vivir una vida plena en la tierra por cierto tiempo, pero no se le a vuelto a ver a lo largo de quinientos años, ahora todo parece leyenda y escuchar sus historias pareciera un cuento de adas, pero todo eso cambiará con el nacimiento de Talisa.
NovelToon tiene autorización de Deba para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 6.
"Juro que no miento mi rey, los lobos tienen a un guerrero potencial, no debería, pero estoy muy agradecido con ella por curar mis heridas. Jamás había visto a un mago entre los lobos ¡Incuso podría ser la diosa misma en persona!"
El guerrero dragón le daba el informe a Leo, rey de las montañas del Este.
Ya le había informado de la retirada de las tropas del rey del sur, y Leo estaba rojo de furia que apenas pasaba saliva.
"¿Entonces la diosa misma eee..?" Pregunta Manu en una esquina en la casa de campaña, ahí era el cuartel donde planeaban la guerra.
"Quién eres tú" Pregunta Leo, ni siquiera había sentido su presencia ni la hora en la que entró a la tienda de campaña.
"¡A si por supuesto! Acabo de llegar hace un momento, perdón por no presentarme primero. Soy Manu y estoy con el rey del sur, su aliado eso creo" Dice con cinismo.
"Dile a ese hijo de puta que lo mataré cuando lo vea."
"En ese caso" Manu corre a una velocidad increíble, tomando a Leo de la ropa y lo levanta azotando su cuerpo a la mesa.
Fue tan rápido que nadie pudo detenerlo.
"Entonces tendré que matarte yo mismo" Sostiene su cuello mientras todos lo señalan con espadas"
Manu se molesta y escupe fuego a cierta distancia para alejarlos.
"Quién rayos eres" Le pregunta Leo al verlo escupir fuego.
Ningún dragón en la actualidad ha vuelto a escupir fuego, solo los antepasados podían hacerlo.
"Soy Manu, ya te lo dije. ¿No lo recuerdas?"
"Entonces dime que quieres" Dice nervioso, apenas podía hablar dado que Manu seguía sosteniendo su cuello.
Le parecía justo ser razonable, así que lo libera de su agarré.
"Fácil, quiero que termines esta guerra"
Leo comienza a reírse, y sus guardias también con él.
"Espero que te parezca gracioso cuando te mate, eso sí sería gracioso para mí. ¡Tienes este día para regresar a tu reino y renunciar a la guerra! Si no lo haces te mataré frente a todo tu pueblo"
Las palabras de Manu cayeron como cuchillos al rey Leo.
Manu sale de la tienda, los mira rodearlo una vez afuera, pero sus escamas comienzan aparecer y se transforma en un enorme dragón negro con pecho rojo.
Con un rugido todos se apartan y caen al suelo de miedo
Manu se eleva al cielo y lanza fuego hacia arriba en señal de amenaza.
Leo tiembla al verlo volar, y se da cuenta de que ese enorme dragón se trata de un enorme y antiguo dragón que podría destruir todo su reino.
"Qué hacemos mi rey, seguirá con la guerra" Pregunta su primer oficial.
"Hay que ir a casa, ha puesto a que mis hijos y esposa me esperan" Dice resignado.
Talisa había dormido por cinco días seguidos después de haberse desmayado.
Al despertar comienza a estirarse y uno que otro hueso comienza a tronar sintiendo algo de alivio.
Se levanta de la cama y mira a su alrededor, la habitación le parecía agradable y muy hermosa a comparación de su estadía en el calabozo con el alfa Logan.
Se preguntaba donde estaba y como había llegado hasta la habitación.
Al acercarse a la ventana su mirada comienza a brillar. La vista que tenía era de lo más bonito que había visto.
Se podía ver todo el reino, y a lo lejos se apreciaba el mar y el atardecer, estaba más que feliz por disfrutar de la vista.
Un olor nada agradable invade su nariz, cuando se da cuenta se percata que el olor proviene de ella.
Levanta su axila y frunce el ceño al ver que apestaba.
Explora la habitación y se percata que cuenta con una tina y regadera. Aplaude de alegría y comienza a bañarse.
Al salir no contaba con ropa, únicamente con un camisón para dormir, pero ya olía mal.
Abre el closet de Saac y toma una camisa del armario.
La camisa le queda grande a comparación de su delgado y pequeño cuerpo, así que únicamente toma eso.
Se mira al espejo y da una vuelta para verse, era la primera vez que podía apreciarse, y le gustó lo que vio.
Cepillo su largo cabello con un peine y luego salió de la habitación, pero para su sorpresa, tras esa puerta se encontraba un reino mucho más grande que el de Logan.
Había pinturas por todas las paredes y floreros y esculturas en cada esquina, también había un candelabro enorme en la entrada, y todo esto iba viendo mientras bajaba las escaleras.
Tenía curiosidad de saber a quién le pertenecía este hogar, las criadas limpiaban el lugar, pero ninguna volteaba a verla.
Al ser ignorada decide salir por la puerta trasera y ve un enorme campo verde con árboles grandes y muchas flores, ella no lo sabía, pero era solo el patio trasero del castillo, donde la madre de Saac a veces tomaba el té.
Comenzaba a tener demasiada hambre, había comido solo una vez desde su nacimiento y su estómago gruñía.
Los lobos tienen un olfato agudo, así que lo utilizó para llegar a la cocina.
El chef era un hombre joven llamado Ian, eran casi las siete de la noche y tenía que tener lista la cena dentro de media hora.
Todos sus ayudantes comenzaron a llevar los cubiertos al comedor para tener todo listo a la hora de servir.
Talisa ve un postre de manzana frente a sus ojos y corre para meter el dedo y probarlo.
La explosión de sabores en su boca la vuelven loca y sin pensarlo toma un pedazo enorme con la mano y lo lleva a su boca.
"Pero que haces, quien te dio permiso de entrar" Grita Ian al ver su postre hecho pedazos.
"Lo siento, dice Talisa con la boca llena, aun así no deja de comer "Esto te quedó muy sabroso, no resisto el hambre, perdón, pero no aguanto" Dice mientras comienza a chuparse los dedos.
Ian se da cuenta por los ruidos en su estómago que está pobre alma no ha comido en días.
"Si el alfa se entera de que un intruso entró a su palacio y come su comida se enojara mujer. ¡Ven, ya que, puedes comerlo si quieres! Pero toma asiento donde pueda verte, luego puedes marcharte de aquí."
Talisa sonríe y asienta con la cabeza, así que come el pay de manzana con más tranquilidad.
Todos los platillos comienzan a salir y las sirvientas comienzan a llevar todo a la mesa.
Ian personalmente lleva el cordero hasta la mesa, y el aroma hace babear a Talisa.
Ian sin darse cuenta por llevar el platillo principal, no se percata de que Talisa lo sigue.
Saac al verla caminar tras de Ian se sorprende, no se había dado cuenta de que había despertado.
La madre de Saac la ve llegar, descalza y con una sola prenda encima.
Ian acomoda el cordero en la mesa y se exalta al ver a Talisa detrás de él.
"¡Por la diosa, que susto me diste!" Expresó Ian.
"Tú" Señala Talisa a Saac. "Eres mi amigo. ¿Lo recuerdas? ¡En la guerra!" Dice emocionada.
"Te dije que te quedarás sentada" Le susurra Ian con una sonrisa angustiada.
"Me dijiste donde tus ojos me vieran, y en la cocina ibas a dejar de verme"
Saac comienza a gruñir, pero no por las mismas razones que su chef piensa.
"Lo siento alfa, me la encontré en la cocina, suplico que la perdone"
"Pero que dices, ella es la pareja de mi hijo, déjala comer si eso quiere" Dice Aleya, la madre del Alfa.
"Entonces pido su perdón por mi insolencia alfa, no tenía idea de la identidad de esta joven" Se inclina pidiendo perdón, pues se sabe muy bien que Saac castiga a todo aquel que le falte el respeto.
"Ya vete, la comida se enfría. Mejor regresa a la cocina" Le ordena Saac.
"Gracias alfa" Dice mientras se aleja.
"Qué bueno que despertaste, toma asiento y come algo"
Talisa sonríe al ser invitada a la mesa, e inmediatamente se sienta al lado del beta de Saac.
"Ahí no" Golpea la mesa, en ese instante recuerda que logan lo hizo una vez cuando se sentó a comer. "Siéntate de este lado" Señalando un lugar a su lado.
Talisa obedece, pero una vez que se sienta golpea la mesa con su puño. "Es divertido, ahora veo porque lo hacen" Dice sonriendo a través de sí ignorancia.
Saac fija sus ojos en ella, no le ve lo gracioso, pero su omega y beta e incluso su madre, si, y dejan salir una risa.