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LA NOCHE DE LAS BRUJAS

LA NOCHE DE LAS BRUJAS

Status: En proceso
Genre:Equilibrio De Poder / Demonios / Ángeles / Poderosas criaturas sobrenaturales
Popularitas:3.7k
Nilai: 5
nombre de autor: lili saon

¿Alguna vez han pensado en los horrores que se esconden en la noche, esa noche oscura y silenciosa que puede infundir terror en cualquier ser vivo? Nadie había imaginado que existían ojos capaces de ver lo que los demás no podían, ojos pertenecientes a personas que eran consideradas completamente dementes. Sin embargo, lo que ignoraban es que esos "dementes" estaban más cuerdos que cualquiera.

Los demonios eran reales. Todas esas voces, sombras, risas y toques en su cuerpo eran auténticos, provenientes del inframundo, un lugar oscuro y siniestro donde las almas pagaban por sus pecados. Esos demonios estaban sueltos, acechando a la humanidad. Sin embargo, existía un grupo de seres vivos—no todos podrían ser catalogados como humanos—que dedicaban su vida a cazar a estos demonios y proteger las almas de los inocentes.

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CAPITULO CINCO

Con un acuerdo tácito, el grupo se dirigió hacia la salida de Milisuku, dejando atrás la tienda llena de misterios y volviendo al bullicio del pueblo. Mientras caminaban, Zaios seguía vigilante, asegurándose de que los gemelos no se desviasen de su camino nuevamente, porque ya sabía cómo eran. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo con tonos de naranja y rosa, y el pueblo, aunque bullicioso, parecía más acogedor con los cuatro juntos.

Se dirigieron al puerto, donde el agua se movía con violencia, pero no lo suficiente para derribar a los grandes barcos que salían y entraban con sus velas desplegadas. Las olas rompían contra el muelle, creando una sinfonía natural que acompañaba el constante ir y venir de los marineros y comerciantes. Sin embargo, lo más llamativo de la escena eran los dragones gigantescos que dominaban el cielo. Sus escamas brillaban bajo los últimos rayos del sol, y sus alas enormes creaban corrientes de aire poderosas a su paso. Estos majestuosos seres lanzaban llamas por doquier, iluminando el cielo con destellos de fuego que reflejaban en el agua, creando un espectáculo impresionante y un tanto aterrador. Aquellos dragones eran conocidos como los Guardianes del Puerto. Se decía que eran los protectores de la bahía, asegurándose de que ningún barco enemigo pudiera acercarse sin ser detectado. Sus llamas eran capaces de incinerar cualquier amenaza en cuestión de segundos, y su presencia era tanto una bendición como un recordatorio de la fuerza incontrolable de la naturaleza.

Perseus, con su habitual entusiasmo, no pudo evitar exclamar:

—¡Miren esos dragones! Nunca me canso de verlos en acción. ¡Son increíbles!

En la noche, los cuatro se dirigieron hacia el estadio. Pasaron por un puente que, mientras lo atravesaban, un tibio viento soplaba en su dirección, trayendo consigo el aroma de una flor que parecía estar a kilómetros de distancia. Al llegar al estadio, Ivelle se sintió abrumada por la multitud y la diversidad de escuelas y campamentos presentes. Sin embargo, lo que más llamó su atención fue una escuela donde observó a muchas personas vestidas con atuendos oscuros y una mirada que enviaba escalofríos por su espina dorsal.

—¿Qué es esa escuela negra? Parece ser una escuela para villanos, ¿o estoy siendo demasiado absurda? —cuestionó Ivelle, con una mezcla de curiosidad y temor.

—No eres absurda—respondió Seth, apareciendo de la nada y causando que Ivelle diera un pequeño salto del susto—. La Academia Oberon, también conocida como la Academia Oscura, es una institución que se destaca por su enseñanza de los Poderes Oscuros. Es un lugar que infunde temor y aversión en muchos, y con razón. Los estudiantes de esta academia poseen habilidades extraordinarias, pero no siempre las utilizan para el bien. El don del fuego, el aire, la tierra y el agua está presente en ellos desde su nacimiento, otorgándoles un poder inigualable que, lamentablemente, a menudo se desvía hacia fines oscuros y malintencionados.

—¿Ellos son los que la profesora Mirta detesta? —preguntó Ivelle, tratando de recordar las advertencias que había oído.

—Sí. Es crucial mantenerse alejado de ellos, ya que su influencia puede ser peligrosa. Aunque algunos de ellos pueden no ser hostiles, la mayoría ejerce su poder de manera irresponsable, causando estragos y desorden dondequiera que van. Durante la semana en la que estén en nuestro pueblo, es probable que su presencia se vuelva más evidente y, en ocasiones, molesta, pero no creo que ellos se atrevan a formar alboroto en este lugar. Tenemos a nuestros grandiosos y gentiles cazadores que se encargarán de ellos—dijo con sarcasmo—. Vamos, vamos. Quiero estar en el medio para poder mirar mejor.

Ivelle, aún un poco perturbada por la información, siguió a Seth, Zaios, Perseus y Percy hacia el centro del estadio. La estructura colosal vibraba con la energía de los presentes. Las antorchas que rodeaban la arena brillaban intensamente, proyectando sombras danzantes en las gradas. La diversidad de escuelas y campamentos era impresionante. Había delegaciones de lugares lejanos, cada una con sus banderas y colores distintivos, exhibiendo una variedad de habilidades y talentos. Pero los de la Academia Oberon se destacaban por su aura oscura y el poder palpable que emanaban. A medida que se acercaban a sus asientos, Ivelle no pudo evitar sentirse inquieta. Aunque sabía que estaban rodeados por amigos y aliados, la presencia de la Academia Oscura era como una nube negra que amenazaba con desatar una tormenta en cualquier momento.

Después de minutos de haberse acomodado en su lugar, la oscuridad envolvió repentinamente el estadio, sumiéndolo en un silencio expectante. De pronto, pequeños destellos rojos comenzaron a parpadear en las gradas, iluminando el lugar con un resplandor misterioso. Una melodía de flauta, suave y cautivadora, resonó en el aire, acompañada por el ritmo de tambores que pulsaban con energía. En ese momento, unas telas rojas se desplegaron desde lo alto del estadio, extendiéndose hasta el cielo, mientras unas figuras misteriosas emergían de la oscuridad, como si fueran estrellas en el firmamento, pero de color rojo.

Eran las señoritas de la Escuela del Dragón, ubicada en una colina en el sureste de China. Ataviadas con vestimenta tradicional china, adornadas con sombreros rojos con forma de escamas y elegantes túnicas del mismo color que ondeaban al compás de su movimiento, su presencia irradiaba dignidad y majestuosidad. Comenzaron a danzar con gracia y destreza, moviendo las telas de sus largos vestidos en una coreografía perfectamente coordinada. La música envolvente y el baile hipnótico de las mujeres mantenían a todos los presentes cautivados.

El punto culminante llegó cuando un estruendoso rugido resonó en el estadio, haciendo temblar el suelo bajo sus pies. El sonido del rugido fue seguido por un asombroso espectáculo: la aparición de un dragón, cuya majestuosa figura se alzaba sobre el escenario, deslumbrando a la multitud con su imponente presencia. El dragón tenía escamas iridiscentes que reflejaban la luz en un caleidoscopio de colores, y sus ojos brillaban con una inteligencia ancestral.

Las bailarinas se movieron en sincronía con el dragón, sus movimientos eran una danza de respeto y adoración. Con cada giro y salto, las telas rojas parecían cobrar vida, creando la ilusión de llamas que rodeaban al dragón. La criatura, a su vez, respondía con movimientos elegantes, casi como si estuviera participando en la coreografía.

El dragón abrió sus enormes alas, y una ráfaga de aire cálido barrió el estadio, llenando el aire con el aroma de incienso y flores. A medida que se elevaba más alto, lanzó una columna de fuego al cielo, iluminando la noche con un brillo dorado. La multitud estalló en aplausos y vítores, completamente fascinada por el espectáculo.

Ivelle, con los ojos muy abiertos, no podía apartar la vista del dragón y las bailarinas.

—Esto es increíble—susurró, más para sí misma que para los demás.

Zaios, a su lado, asintió con una sonrisa.

—Sì, è davvero impressionante. La Scuola del Drago sa sempre come lasciarci senza fiato.

Perseus y Percy, igualmente asombrados, no podían dejar de aplaudir.

—Nunca había visto algo tan magnífico—dijo Percy, con una mezcla de admiración y asombro en su voz. — El año pasado fue increíble, pero no tanto cómo este.

El público estalló en aplausos y vítores, impresionado por la magnificencia del espectáculo que tenían ante sus ojos. Aquel baile se realizaba para dar inicio al festival y a los diferentes torneos que abrían, pero en especial al torneo del dragón, también conocido como el ALOmpio. La danza presenciada era una invocación destinada al dragón, el gran Blazefire. Es una ceremonia honorífica y, al mismo tiempo, un gran desafío. Cualquier error durante la danza podría provocar la ira del dragón, y créanme, no querríamos estar cerca si eso sucediera.

Los tambores tocaron más fuerte, los tirones de las flautas se oyeron más claramente y entonces, una llamarada de fuego rojo, amarillo y negro explotó en la arena, en el centro de la danza. La explosión de fuego se elevó hacia el cielo, iluminando la noche y arrancando exclamaciones de asombro de la multitud.

—Esto es tan emocionante—dijo Percy mientras saludaba al dragón con las dos manos, claramente emocionado—. Recuerdo cuando vine por primera vez a este torneo. Era pequeño y una rata casi me devora. Qué hermosa época.

Perseus rió al escuchar a su hermano.

—Sí, siempre has tenido una forma peculiar de recordar los buenos tiempos.

Zaios, aunque más contenido, no podía ocultar su admiración.

—La cerimonia è sempre impressionante, ma non avevo mai visto niente di così grandioso. Blazefire si è davvero superato questa volta.

El dragón, Blazefire, voló majestuosamente sobre la arena, sus alas creando corrientes de aire que agitaban las vestiduras de las bailarinas y las banderas en las gradas. Sus escamas brillaban con una intensidad que parecía desafiar a las estrellas. Cada movimiento del dragón era seguido con atención y reverencia por parte de los espectadores, sabiendo que estaban presenciando algo verdaderamente extraordinario. Las danzantes de la Escuela del Dragón seguían ejecutando su coreografía con una precisión impecable, sincronizadas perfectamente con el dragón y la música que llenaba el estadio. La danza alcanzó su clímax cuando Blazefire descendió lentamente, posándose en el centro de la arena. Las bailarinas formaron un círculo alrededor de él, moviendo sus telas en un último homenaje al poderoso ser.

Con un rugido final, Blazefire lanzó una última llamarada al cielo, marcando el final de la ceremonia. Las llamas se disiparon y la música se apagó gradualmente, dejando un silencio reverente que solo fue roto por los aplausos y los vítores del público.

—¡Bravo! ¡Increíble!—gritó Percy, aún con las manos levantadas en señal de saludo y admiración.

Los participantes comenzaron a hacer su entrada en el estadio, cada uno con una apariencia más inusual que el anterior. Sin embargo, uno de ellos en particular atrajo la atención de Ivelle. Vestía un traje de payaso terrorífico, con el cabello alzado como si hubiera sido alcanzado por una descarga eléctrica. Su piel tenía un tono verde, con algunas partes que resaltaban en blanco, dándole un aspecto fantasmal y perturbador.

Este competidor era solo uno de los veintiocho en total, todos ellos con aspectos extravagantes y llamativos, salvo uno. Este último estaba completamente cubierto de pies a cabeza con una túnica oscura y un sombrero de ala ancha, pareciendo ser humano en su totalidad, aunque su rostro permanecía oculto en las sombras, lo que solo aumentaba su misterio.

Ivelle observó con curiosidad a los participantes, maravillándose ante la diversidad de formas y colores que se presentaban ante ella. Cada uno parecía tener una historia única detrás de su apariencia, y no pudo evitar preguntarse qué habilidades o poderes poseían que los hacían aptos para participar en un torneo tan peligroso como el ALOmpio.

—Mira a ese payaso—dijo Percy, señalando al competidor que había captado la atención de Ivelle—. Me pregunto si su apariencia es parte de su estrategia para intimidar a los demás.

— Potrebbe essere —respondió Zaios, sin apartar la vista de los otros participantes—. Ma in un torneo come questo, l'apparenza può essere ingannevole. Quello che conta sono le abilità e la capacità di sopravvivere alle sfide.

Mientras seguían observando, un grupo de competidores con alas emplumadas y piel brillante entró en la arena, seguidos por otro grupo que parecía estar hecho de piedra y metal. Cada nuevo participante aumentaba la sensación de expectación en el aire.

—Ese de la túnica negra me da escalofríos—dijo Ivelle, señalando al competidor encapuchado—. No puedo ver su rostro, pero algo en él me hace sentir intranquila.

—Puede que esté tratando de ocultar su identidad o sus habilidades—dijo Seth, que había vuelto a unirse al grupo—. En estos torneos, la sorpresa puede ser una ventaja crucial.

Los tambores volvieron a sonar, marcando el inicio de la ceremonia de presentación de los competidores. Una voz resonante anunció a cada uno de ellos, describiendo brevemente sus habilidades y procedencia. El payaso fue presentado como "El Bufón del Caos", conocido por su capacidad para manipular la energía eléctrica y sembrar el pánico entre sus oponentes. El encapuchado, en cambio, fue anunciado simplemente como "El Enigma", sin más detalles sobre su identidad o poderes.

La multitud murmuraba con emoción y anticipación, y los competidores se alinearon en el centro del estadio, preparados para lo que vendría. Ivelle sentía un nudo en el estómago, mezcla de nervios y excitación por lo que estaba a punto de presenciar.

—Este torneo será inolvidable—dijo Perseus, con una sonrisa de expectativa—. Solo espero que podamos ver algunas habilidades asombrosas.

—Certamente le vedremo. —respondió Zaios—. Qui sono riuniti alcuni degli esseri più potenti e unici del mondo. Sarà uno spettacolo degno di ricordare.

Con todos los participantes listos, la voz del anunciador volvió a resonar, dando la señal para que el primer desafío comenzara. La arena se transformó rápidamente, revelando obstáculos y trampas que pondrían a prueba la destreza y el ingenio de los competidores. El ALOmpio había comenzado, y con él, la promesa de una serie de desafíos épicos y enfrentamientos que mantendrían a todos al borde de sus asientos.

Después de varios minutos de atención intensa, tres de los tantos competidores fueron completamente eliminados, y no me refiero a que solo quedaron fuera de la competencia, sino que fueron eliminados por el dragón. Ivelle sabía lo que conllevaba la competición, pero no sabía que el castigo de perder era la muerte. Sorprendida, notó que sus amigos mantenían una expresión completamente normal, así que ella también trató de mantener la compostura.

Todos salieron del estadio para dirigirse a Kih, el lugar designado para la festividad. Al llegar, quedaron impresionados por la magnitud del lugar; era como una casa gigante sin pisos, abierta y acogedora. La atmósfera estaba impregnada de música y deliciosos aromas que invitaban a probar una variedad de manjares. Entre la bulliciosa actividad, se podían ver criaturas mágicas como duendes y elfos, cada uno con su propia belleza y misterio.

Los elfos, en particular, llamaban la atención con su aspecto etéreo y delicado. Eran de estatura más baja que los humanos, con cuerpos esbeltos y extremidades elegantes. Su piel variaba en tonalidades: algunos tenían un tono verdoso con puntos blancos, mientras que otros presentaban una piel más oscura o pálida, e incluso algunos mostraban un tono azuloso. Sus ojos, grandes y almendrados, parecían reflejar la luz de las estrellas, y sus orejas puntiagudas estaban coronadas con mechones de cabello plateado que fluían como hilos de plata. Vestían túnicas tejidas con hojas y musgo, otorgándoles una apariencia que les permitía fundirse fácilmente con la vegetación del bosque.

—Este lugar es increíble—dijo Ivelle, maravillada por el entorno—. Nunca había visto nada parecido.

—Kih siempre es así durante el festival—respondió Zaios—. Es un lugar donde la magia y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía.

Perseus y Percy, que habían estado explorando los alrededores, regresaron con una expresión de asombro en sus rostros.

—Hay tantas cosas por ver y hacer aquí—dijo Percy—. No sé por dónde empezar.

—Podríamos empezar por probar algunos de esos manjares—sugirió Perseus, señalando un puesto cercano que ofrecía una variedad de platos exóticos—. Siempre he querido saber a qué sabe la comida élfica.

Se acercaron al puesto y fueron recibidos por un elfo de piel azulada y ojos plateados.

—Bienvenidos a Kih. ¿Qué les gustaría probar? Tenemos una variedad de delicias, desde frutas encantadas hasta pasteles de miel silvestre.

Ivelle escogió una fruta que brillaba con una luz suave y dorada. Al probarla, sintió una explosión de sabores en su boca, como si cada bocado contuviera la esencia del sol y la tierra.

—Esto es delicioso—exclamó—. Nunca había probado algo tan increíble.

Los demás también probaron diferentes platos, todos igualmente sorprendidos por la calidad y el sabor de la comida. La música, que provenía de varios músicos elfos esparcidos por el lugar, añadía un toque de magia al ambiente, creando una sensación de alegría y celebración.

Mientras disfrutaban de la comida y la música, Ivelle no podía dejar de pensar en los competidores que habían sido eliminados. La brutalidad del torneo le pesaba en la mente, pero decidió enfocarse en disfrutar el momento con sus amigos.

—Dobbiamo ricordare che siamo qui per celebrare e divertirci —dijo Zaios, notando la preocupación en el rostro de Ivelle —. Il torneo è solo una parte del festival. Ci sono molte altre cose da scoprire e esperienze da vivere.

Ivelle asintió, dejando que la atmósfera festiva de Kih la envolviera. Observó a los duendes y elfos moverse entre los asistentes, cada uno con su propia gracia y misterio.

—Vamos, hay mucho más por explorar—dijo Seth, uniéndose al grupo—. Este festival solo ocurre una vez al año, y no querrás perderte nada. Tenemos suerte de que este año haya sido en nuestro pueblo.

Ivelle se alejó del grupo y se acercó a una carpa de donde salía una hermosa melodía. Al abrir la carpa, se encontró con un baile donde tanto mujeres como hombres estaban envueltos en una danza clásica, al estilo de princesas y príncipes. Su rostro se iluminó con una sonrisa, recordando los bailes de su escuela. Los hombres elevaban a las mujeres y les daban vueltas, todo al unísono, creando un espectáculo de elegancia y armonía. Encantada por la escena, Ivelle quiso adentrarse más en la carpa para observar de cerca, pero un choque en su espalda la hizo detenerse bruscamente. Al volverse, se encontró cara a cara con un estudiante de la Academia Oscura. Su expresión mostraba molestia y desdén.

—¿Podrías tener más cuidado?—dijo el estudiante con un tono frío, sus ojos brillando con una intensidad inquietante.

—Fuiste tú quien chocó conmigo —respondió Ivelle, tratando de mantener la calma y ser cortés.

El estudiante la observó de arriba a abajo, como si evaluara cada aspecto de su ser.

—Tan patética culpando a los demás de tus errores —agregó con una sonrisa sarcástica antes de darse la vuelta y desaparecer entre la multitud.

— ¿Y esa lagartija con piernas quién se cree para tratarme de esa manera? —exclamó Ivelle con indignación, refiriéndose al estudiante de la Academia Oscura que la había abordado con molestia.

Los amigos de Ivelle la miraron, sorprendidos por la intensidad de sus palabras.

—Wow, Ivelle, eso fue bastante directo —comentó Perseus, con una ceja levantada.

—Parece que te has ganado un enemigo, Ivelle —dijo Seth, con un tono de preocupación.

Zaios se acercó a ella y puso una mano en su hombro.

—Non preoccuparti per lui. Sembra che all'Accademia delle Tenebre siano proprio così... affascinanti —dijo con una sonrisa irónica.

Ivelle asintió, tratando de calmarse. Aunque se sentía molesta por el comentario del estudiante, decidió no dejar que arruinará el resto de su noche en el festival.

—Tienes razón, Zaios. No vale la pena preocuparse por personas como él —dijo, respirando profundamente para relajarse.

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Alexaider Pineda
me encanta este inicio ,tienes un gran talento
dana hernandez
Solo con este texto, empiezo a amar el libro 😍
Lourdes Castañeda
hola, podrías tradicirnos el francés, para saber que dice, muchas gracias y está muy buena la historia.
Rimur***
Retiro lo dicho anteriormente, ya no entendi nada.
Rimur***
No hablo francés pero creo que de momento entiendo lo que dice.
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