Alianza Y Sangre

El sol se estaba poniendo, tiñendo el cielo de un color naranja apagado mientras la villa permanecía envuelta en un tenso silencio. Las horas parecían avanzar despacio, como si cada minuto fuera una nueva carga para los corazones de Anya y Luca. Ambos estaban sumidos en sus pensamientos, luchando con el peso de sus responsabilidades y los sentimientos que empezaban a desbordar.

Anya miraba por la ventana, el rostro de Dimitri aún fresco en su memoria. Recordaba la última conversación que tuvieron antes de su muerte, un consejo lleno de advertencias sobre la vida que estaba a punto de asumir.

Flashback – Conversación con Dimitri

—Ты должна быть сильной, сестра— le había dicho Dimitri con su característica frialdad. ("Tienes que ser fuerte, hermana.")

Anya había fingido una sonrisa, como siempre hacía frente a él, pero en el fondo sabía que no estaba preparada para lo que vendría. Nunca había pensado en tomar el control de la mafia rusa, no mientras Dimitri viviera. Pero ahora… todo había cambiado. La muerte de su hermano había dejado un vacío que ella sola debía llenar. Su vida ya no giraba en torno a sus deseos o a sus sentimientos hacia Luca; ahora se trataba de poder, de sobrevivir en un mundo donde el más débil siempre caía.

—Я не подведу тебя, брат— murmuró en voz baja, hablando al viento como si él aún pudiera escucharla. ("No te decepcionaré, hermano.")

Sabía que no podía permitirse ser vista como una niña, ni siquiera como una esposa desatendida. Tenía que ser una líder, alguien que inspirara miedo y respeto. Dimitri siempre lo había hecho, y ahora ella debía seguir sus pasos. Anya inhaló profundamente, llenándose de determinación. No era solo por su hermano, ni por la mafia. Era por ella misma.

Pero, mientras se preparaba para asumir ese papel, algo seguía tirando de ella… Luca.

Luca – Pensamientos en Conflicto

Luca estaba sentado en su despacho, observando los informes sobre los movimientos de las otras familias. Sin embargo, su mente estaba lejos de las estrategias y alianzas. No podía dejar de pensar en Anya. Cada vez que cerraba los ojos, la veía mirándolo con esos ojos intensos, desafiantes, como si supiera lo que él estaba intentando ocultar.

—Non posso innamorarmi di lei…— murmuró para sí mismo, con la mandíbula tensa. ("No puedo enamorarme de ella.")

Sabía que lo que sentía por Anya era peligroso. No solo porque estaban en medio de un matrimonio arreglado, sino porque esos sentimientos le hacían perder el control. Desde que Dimitri murió, Luca había sentido un cambio en su interior, algo que le aterraba admitir. Cada vez que miraba a Anya, ya no veía a la "niña malcriada" que solía fastidiarlo. Veía a una mujer fuerte, decidida y, lo peor de todo, alguien que despertaba en él emociones que no debía permitirse sentir.

Se levantó de la silla con brusquedad, su frustración palpable. Caminó hacia la ventana, como si el aire fresco pudiera ayudarle a aclarar su mente. ¿Cómo había llegado a este punto? Se preguntaba a sí mismo.

—Questa è follia— gruñó, apretando los puños. ("Esto es una locura.")

Había visto a Anya transformarse desde la muerte de su hermano. La niña que antes apenas sabía manejarse en el mundo oscuro de las mafias ahora mostraba una fuerza que lo sorprendía. Y esa misma fuerza lo atraía como un imán. Luca se maldecía por sentir lo que sentía, pero no podía negarlo más.

Sin embargo, lo que más lo preocupaba no era solo la atracción, sino lo que significaba para su control. Él siempre había sido alguien que mantenía todo bajo su mando, que nunca dejaba que los sentimientos interfirieran con su juicio. Pero ahora, cada vez que veía a Anya, su fachada se resquebrajaba un poco más.

—Non posso… non posso permettermi di essere debole— se repetía, con la esperanza de convencerse. ("No puedo… no puedo permitirme ser débil.")

Pero en el fondo, sabía que ya estaba en ese punto. La pregunta era cuánto tiempo podría seguir negándolo antes de que todo se desmoronara.

Anya – Determinación y Deseo

Mientras el sol se ocultaba en el horizonte, Anya se levantó de la silla, determinada a no ser solo una figura decorativa en la vida de Luca o en la mafia. Caminó hacia el espejo, observando su reflejo. Se veía distinta, más fuerte, más decidida.

—Io sono più forte di quanto tu pensi— susurró en italiano, practicando el idioma que ahora formaba parte de su vida. ("Soy más fuerte de lo que piensas.")

Sabía que Luca aún la veía como una niña, pero estaba dispuesta a demostrarle lo contrario. Si él no era capaz de verla como su igual, como su verdadera mujer, entonces ella encontraría una manera de ganar su respeto… o lo perdería todo intentándolo.

Pero antes de poder hacerlo, tenía que asumir el control de la mafia rusa. Sabía que muchos la subestimaban, que la veían como una chica inexperta. Sin embargo, esos mismos subestimadores pronto descubrirían que Anya Ivanova no era alguien a quien se pudiera ignorar.

Se giró hacia la puerta, decidida a buscar a Luca. Sabía que tenían que hablar, y esta vez no sería ella quien retrocediera. Si había algo que Anya había aprendido en ese tiempo, era que el poder no se cedía, se tomaba. Y estaba lista para tomar lo que le correspondía, tanto en la mafia como en su matrimonio.

Luca – Un Encuentro Inevitable

Luca seguía en su despacho cuando escuchó un leve golpe en la puerta. Antes de que pudiera responder, la figura de Anya apareció en el umbral, su silueta recortada por la luz tenue del pasillo.

—Luca, dobbiamo parlare— dijo ella, su voz firme pero sin hostilidad. ("Luca, tenemos que hablar.")

Luca la miró por un instante, sorprendido por su decisión. Había algo en su mirada que lo desarmó. La veía más segura, más determinada. Y eso solo avivaba el fuego que él intentaba apagar dentro de sí mismo.

—Parliamo— respondió él, sabiendo que, aunque intentara mantener la distancia, ese encuentro lo cambiaría todo. ("Hablemos.")

El juego de poder entre ambos apenas estaba comenzando, y aunque ambos lo sabían, ninguno estaba dispuesto a ceder. En las sombras del poder, el fuego bajo la superficie seguía ardiendo, cada vez más cerca de consumirlos.