La Amante Del CEO

Los días siguientes después del chantaje de Jang fueron una verdadera pesadilla. Chen y yo vivíamos con el constante temor de que en cualquier momento nuestro secreto fuera revelado, arruinando nuestras carreras y nuestra relación.

Jang, por su parte, se regodeaba en su victoria. Ahora era parte del directorio de Corporación Park y parecía tener a Chen bajo su control. Cada vez que lo veía en los pasillos, me lanzaba miradas cargadas de burla y superioridad.

En privado, Chen me aseguraba que estaba trabajando en una solución, que no iba a dejar que Jang siguiera chantajeándonos. Pero la tensión era palpable y yo podía ver la frustración reflejada en su rostro.

Una noche, cuando me disponía a irme a casa, Chen me detuvo en el pasillo.

- Sol, necesito hablar contigo - dijo con seriedad.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Habría encontrado una forma de deshacerse de Jang?

- ¿Qué ocurre, Chen? - pregunté con preocupación.

Él suspiró y tomó mis manos entre las suyas.

- No he podido encontrar una manera de detener a Jang sin poner en riesgo tu trabajo y tu reputación - confesó con pesar - Temo que, si sigo oponiéndome a él, podría revelar lo nuestro.

Sentí que el mundo se derrumbaba a mi alrededor. ¿Acaso Chen estaba diciendo que tendríamos que terminar nuestra relación?

- ¿Qué quieres decir? - susurré, sintiendo que las lágrimas amenazaban con brotar.

Chen me miró con tristeza y acarició suavemente mi mejilla.

- Sol, creo que lo mejor será que mantengamos distancia por un tiempo - dijo con voz quebrada - No puedo arriesgarme a que Jang cumpla con su amenaza y te haga daño.

Negué con la cabeza, sintiendo que mi corazón se partía en mil pedazos.

- No, Chen. No puedes hacerme esto - supliqué, aferrándome a su camisa - Te necesito, no puedo estar lejos de ti.

Él me atrajo hacia su pecho y me abrazó con fuerza.

- Lo siento, mi amor. Pero es lo mejor para ti. No puedo permitir que te pase algo por mi culpa - susurró en mi oído.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, empapando la tela de su camisa. No podía creer que Chen estuviera dispuesto a renunciar a nuestra relación por protegerme.

- Por favor, Chen. Encontraremos una manera de resolver esto, juntos - imploré, mirándolo a los ojos.

Él se inclinó y me besó con una mezcla de pasión y tristeza.

- Cuídate mucho, Sol - dijo con voz ronca cuando nos separamos - Y recuerda que siempre serás la mujer más importante en mi vida.

Sin decir nada más, Chen se dio la vuelta y se alejó, dejándome sola y devastada en medio del pasillo.

Regresé a mi departamento con el corazón hecho pedazos. ¿Cómo iba a sobrevivir sin Chen a mi lado? Él era mi mundo, mi todo. Y ahora, por culpa de ese miserable de Jang, habíamos tenido que separarnos.

Yuri trató de consolarme, pero nada parecía aliviar mi dolor. Pasaba las noches en vela, llorando por la pérdida de Chen y temiendo por lo que el futuro nos deparaba.

Algunos días después, mientras me encontraba en mi escritorio tratando de concentrarme en el trabajo, recibí un mensaje de Chen.

"Necesito verte. Ven a mi casa esta noche."

Mi corazón dio un vuelco al leer sus palabras. ¿Acaso había encontrado una solución? Sin pensarlo dos veces, respondí que estaría allí.

Esa noche, cuando llegué a su lujoso apartamento, Chen me recibió con un beso desesperado. Parecía tan ansioso y nervioso como yo.

- Chen, ¿qué ocurre? - pregunté, sintiendo que el miedo me consumía.

Él me miró con intensidad y tomó mis manos.

- Sol, tengo un plan. Pero necesito que confíes en mí - dijo con determinación.

Lo miré con incertidumbre, pero asentí. Si Chen tenía un plan para librarnos de Jang y poder estar juntos, estaba dispuesta a arriesgarlo todo.

- Te escucho - respondí, preparándome para lo que se avecinaba.

Chen respiró hondo y luego me reveló su estrategia. Era peligroso, lleno de riesgos, pero si funcionaba, podríamos recuperar el control de nuestras vidas.

Mientras escuchaba su plan, sentí que la esperanza renacía en mi corazón. Tal vez, después de todo, aún teníamos una oportunidad de estar juntos.

Miré a Chen con asombro, tratando de asimilar el plan que acababa de revelarme. Era arriesgado, incluso peligroso, pero si funcionaba, podríamos deshacernos de Jang y recuperar el control de nuestras vidas.

- ¿Estás seguro de que esto va a funcionar? - pregunté con incertidumbre.

Chen apretó mis manos entre las suyas y me miró con determinación.

- Confía en mí, Sol. Sé que es un plan audaz, pero es nuestra única oportunidad de librarnos de Jang y de estar juntos sin tener que escondernos más - dijo con convicción.

Respiré hondo, tratando de calmar los rápidos latidos de mi corazón. Sabía que el plan conllevaba grandes riesgos, pero si había una posibilidad de que Chen y yo pudiéramos estar juntos sin temor a las consecuencias, estaba dispuesta a intentarlo.

- De acuerdo - respondí con firmeza - Haré lo que sea necesario.

Una sonrisa aliviada se dibujó en el rostro de Chen, y me atrajo hacia él en un abrazo apasionado.

- Gracias, mi amor. Juntos vamos a salir de esta - susurró en mi oído.

Nos besamos con una urgencia abrumadora, conscientes de que el tiempo corría en nuestra contra. Jang podía descubrir nuestros planes en cualquier momento, y teníamos que actuar rápidamente.

Esa noche, mientras yacíamos abrazados en la cama de Chen, trazamos los últimos detalles de su plan. Sería arriesgado y requeriría de toda nuestra valentía y astucia, pero estaba decidida a hacer lo que fuera necesario para proteger nuestro amor.

A la mañana siguiente, me dirigí a la oficina con una mezcla de nerviosismo y determinación. Tendría que engañar a Jang y a todos los demás, actuando con normalidad mientras Chen y yo poníamos en marcha nuestra estrategia.

Cuando Jang se acercó a mí con su sonrisa burlona, tuve que hacer un gran esfuerzo por mantener la calma.

- Buenos días, señorita Park - dijo con sorna - ¿Cómo se siente trabajando para su jefe-amante?

Tragué saliva, resistiendo el impulso de lanzarle una bofetada.

- Buenos días, señor Jang. Estoy muy bien, gracias por preguntar - respondí con voz neutra.

Él soltó una carcajada y se alejó, dejándome con un nudo en el estómago. Sabía que debía mantener las apariencias, sin levantar sospechas, si queríamos que el plan de Chen funcionara.

A lo largo del día, me esforcé por cumplir con mis tareas habituales, aunque mi mente estaba totalmente enfocada en lo que estaba por venir. Cada vez que cruzaba miradas con Chen, intercambiábamos una discreta señal de complicidad, reafianzando nuestro compromiso.

Llegada la noche, me escabullí del edificio y me dirigí al apartamento de Chen, donde él me esperaba con un semblante serio.

- ¿Estás lista? - preguntó, tomando mis manos entre las suyas.

Asentí con determinación, consciente de que lo que estábamos a punto de hacer cambiaría nuestras vidas para siempre.

- Sí, Chen. Estoy lista - respondí, sintiendo una mezcla de miedo y emoción.

Él me besó con ternura y luego salimos del apartamento, dispuestos a enfrentar nuestro destino. Fuera lo que fuera que nos depararía el futuro, lo afrontaríamos juntos, sin importar las consecuencias.

Mientras caminábamos hacia nuestro siguiente movimiento, sentí que una chispa de esperanza se encendía en mi corazón. Tal vez, después de todo, lograríamos salir victoriosos de esta batalla y poder estar juntos sin tener que escondernos más.