Mi Infierno... En El Infierno...

Willow:

Miraba a traes del ventanal, mi mirada estaba demasiado ausente, estas personas no tenían reparo en nada de lo que me hacían, tampoco esperaba salir ilesa, negué con la cabeza al darme cuenta que no recordaba como había llegado aquí, ni el motivo, por las sesiones que me daban, dijeron que tenían que borrarme la memoria… Lo estaban consiguiendo.

Levanté la mirada enfocando al cielo que estaba tristeza, no había ni una sola estrella que me acompañara, sonreí al recordar algunos de mis recuerdos que me recostaba a mi lado con alguien mostrándome las estrellas, las que eran testigos de nosotros dos.

Willow: No recuerdo tu nombre… pero Gracias por los maravillosos momentos y por mostrarme tu cielo, pero es momento de regresar al infierno de donde perteneces.

Unas cuantas lagrimas cayeron mis mejillas, no entendía el por que al recordar esos pequeños momentos me hacían sentir triste, algo me hacía falta y no podía saber que era o quien…

La puerta de la habitación se abrió, giré un poco rodando los ojos al ver a Maella con esa sonrisa que tanto odiaba. Podría ser la mujer de mi padre pero su manera de tratarme quedaba mucho que desear. Me levanté pasando de ella. Cruzó sus brazos siguiéndome con la mirada.

Maella: estas lista para tu dosis de electricidad.

Rodé los ojos negando con la cabeza, me detuve antes de tomar mi abrigo, la miré fijamente igual cruzando mis brazos, le sonreí intentado provocarla, pero era muy difícil de entablar un tipo de conversación con alquien tan cerrada como ella.

Willow: Deberías hablarme con más respeto.

Maella: Jaaa, ¿eso como por que?

Willow: Por que solo eres la gata de mi padre.

Maella: SOY SU MUJER ES MUY DIFERENTE.

Willow: Mujer cuando le proponen matrimonio…

Levanté mi mano sin saber por que lo hice, miré que tampoco tenía una sortija que me indicara que era la prometida de alguien. La bajé levantando una ceja, ella empezaba a carcajearse de mi con tremenda burla.

Maella: Si, claro que serás la mujer de Massimo, tu compromiso se va anunciar pronto, pero ahora no eres nadie.

Bajé mis brazos caminando hacia ella, no me iba a dejar de sus tontas acciones ni su manera, hoy mismo hablaba con mi padre en su manera de tratarme, no estaba de acuerdo o era ella o yo. Me detuve al lado de ella mirando de arriba hacia abajo.

Willow: Entre más corriente más ambiente, entre más grande el escote más les encanta el garrote, entre más delgada la ceja más puta es la vieja, mientras más alto es el tacón, mas rápido se bajan el calzón.

Hasta la tonta sonrisita se le había borrado, y esa era mi intención, hacerle saber lo que pienso de esta mujer…

Maella: ¿experiencia?

Willow: La que no es puta no disfruta, la que no es perra no prospera, la que no es zorra no controla. Si, por experiencia.

Seguí mi camino golpeando su hombre, se dio la media vuelta sosteniendo mi brazo con fuerza, metí mi otra mano empujándola, se asustó a mi reacción, que logré soltarme de su agarre, daba pasos hacia ella, entreabrió sus labios pero no demostraba si me tenía miedo o no, pero estaba segura que se lo guardaba. Levanté mi dedo índice en forma de advertencia.

Willow: (susurrando) Ya estuvo bueno de tu manera de tratarme. SOY LA HIJA DE SEMION, EL QUE MANDA Y POR LO TANTO TÚ A MI ME DEBES OBEDENCIA Y RESPETO.

Maella: SOY LA MUJER DE TU PADRE.

Willow: SI LO PONGO A ESCOGER, NO CREO QUE TE AGRADE LA RESPUESTA DE QUIEN PREFIERE, ASÍ QUE AHORRATE TODO ESTE TIEMPO DE MALOS MOMENTOS. NOOOO VUELVAAAS A PONERMEEE UNA MALDITA MANO ENCIMA ENTIENDEEEEEEEES.

Le di tremenda barrida, me aparté saliendo de la habitación, respiré profundamente, espero que le quede muy claro que no más sus maltratos… vagamente en el lugar donde estaba, era tratada con cariño, me daban atenciones y mas que nada el respeto. Entré en el laboratorio donde estaba Massimo, se puso de pie acercándose hacia mi, tomó mis manos acercando a sus labios, dejó un beso en cada una, pero… había algo que no podía decir que lo odiaba, pero no me gustaba este hombre.

Massimo: Nos quedan una sesiones para que estés curada.

Arrebaté mis manos subiendo a la camilla, lo miré deseando que me dejara sola con los médicos que se encargaban de mis sesiones.

Willow: No estoy enferma. Solo estoy entrando a un mundo desconocido por parte de ellos.

Massimo miró hacia la entrada, pasé de la presencia de Maella. Se acercó a los médicos que iban preparando todo.

Willow: Por que ahora ya no me duelen esas corrientes.

Me miraron confusamente, Massimo se acercó rosando sus dedos en mi mejilla.

Massimo: Por que estas quedando bien, no es que estes enferme amor mío. Solo, estas pasando a quien realmente eres. Los Italianos son nuestros enemigos y te tenían secuestrada, te arrebataron del lado de tu padre.

Willow: que pena más grande para mi padre, tener que sufrir por mi ausencia. Gracias al cielo que los tengo a todos.

Maella se acercó hacia mi levantó una lamparita revisando mis ojos, pasó al otro abriendo bien mis parpados.

Willow: ¿tienen gusanos que te pueden comer?

Maella: Deja de decir cosa así. Estas para otra cosa.

Sostuve su mano, le sonreí negando con la cabeza.

Willow: Son tus propias palabras. Matar, Comer, devorar, destrozar, asesinar. No te hagas a la que no te escucho mientras me mantienes con medicamentos.

Arrebató mi mano viendo a Massimo.

Massimo: Mi amor..

Rodé los ojos al escuchar su manera tan monótona de hablarme, si habían sentimientos involucrados era solo por parte de él, no sentía atracción, no sentía nada especial por Massimo, aunque tratara de ser dulce conmigo y pareciendo el hombre perfecto solo era más que fastidiarme la existencia.

Massimo: Entonces que es lo que has escuchado.

Las puertas se abrieron, mi padre entró, me bajé empujando a Massimo llegando hacia él, lo abracé recibiendo un abrazo por parte de él, miré hacia Maella en forma de reto y burla. Me aparté de mi padre viendo sus ojos que brillaban.

Semion: ¿Cómo te tratan estos horagutanes?

Pasé mi dedo índice sobre los botones de su camisa, bajé la mirada negando con la cabeza.

Maella: Por favor.

Miré de reojo a Maella, estaba advertida ante cualquier cosa, pero parecía que no entendía cual era su lugar, pero ahora estaba en esta casa y mientras estuviera aquí quería que las cosas se hicieron como yo quería.

Willow: Maella no me quiere enseñar nada sobre ciencia.

Maella: ¿Qué cosa?

Mi padre levantó su mirada hacia ella, respiró profundamente tomándome de los hombros.

Semion: ¿quieres aprender?

Willow: Quiero aprender todo lo que ustedes hacen. Nos vamos a enfrentar con los enemigos. Esos Italianos.

Maella abrió la puerta del rejado donde me daban mis sesiones.

Maella: Entra, hoy será tu ultima sesión luego serás programada para acabar con los italianos y yo misma te diré que harás en su contra. Como llegar a ellos y por supuesto, como acabar con cada uno de ellos.

Levanté la mirada hacia mi padre, le sonreí que él me abrazó llevando hacia el rejado.

Semion: Los Italianos van a pagar caro lo que te hicieron, lo que le hicieron a tu madre y a tu hermana.

Sonreí maliciosamente asintiendo con la cabeza.

Willow: TODOS PAGARÁN. NADIE QUEDARÁ VIVO.

Entré más que nada, por que no podía hacer nada. Maella entró pero mi padre sostuvo su brazo evitando que entrara por completo, otro de los médicos me ayudaba a entrar en el asiento de metal. Levanté la mirada hacia ellos.

Semion: Prográmala de una vez.

Maella: aun no es tiempo.

Semion: Necesitamos cuanto antes la producción.

Maella entró mirándome, ¿Qué? ¿ahora no quería seguir ordenes de mi padre?

Se acercó poniendo la corona, me iba poniendo los cinturones alrededor de mi cuerpo, los otros médicos la ayudaban atarme muy bien. Pisó la palanca haciendo un poco el asiento recostado.

Maella: Te voy a dar tu ultima sesión Willow y al mismo tiempo estaré diciéndote unas palabras.

Willow: ¿Palabras para que?

Maella: Tienes que olvidar tu pasado y traer tu verdadera vida a todo lo que estabas acostumbrada antes que te arrebataran del lado de tu padre.

Asentí con la cabeza, me sostuve con fuerza de las agarraderas de metal miré a Maella que iba preparando todo un sistema hasta con maquinas que iban acercando a mi alrededor.

De reojo podía ver las grandes agujas que estaban a mi costado de mi cabeza. No sabía como se hacía eso de la programación, pero me lo estaba imaginando.

Maella: el voltaje a 100.

Se acercó poniendo los catéteres para los medicamentos y sea menor el dolor que pudiera sentir. Metió la aguja, sinceramente ya ni dolor sentía todo era solo tal y como me lo hubiera imaginado, me quemaban el cerebro, ya sabía que era lo que se sentía, mi sistema se había acopado a ese dolor que era 3 veces por día así que bienvenido lo nuevo que me hicieran. Metió el primer medicamento, mordí mi labio al sentir pasar el medicamento por todo mi sistema, me estaba quemando, respiraba controlando mi sentir, era lo único que no me gustaba cuando empezaban estas sesiones. Puso el segundo medicamento, bajé la cabeza levantando golpeando mi cabeza con fuerza en la base, era insoportable el ardor que me estaba causando. Removía mi cuerpo de un lado y del otro. Respiraba aceleradamente. Pasé mi mirada hacia Maella, ya tenía la ultima inyección que de todas era la peor.

Willow: AAAAHHHHHHHHHH…..

Los electroshock iban en conjunto con ese medicamento, apretaba con tanta fuerza las agarraderas soportando cada una de las frecuencias eléctricas que me daban en mi cabeza… soltaba y volvía agarrar las agarraderas, se podía ver la electricidad sobre las rejillas que llegaban a cada parte de mi cuerpo….

Maella: SUBAN LA FRENCUENCIA A 300.

Sacudía mi cabeza de un lado y del otro, mi cuerpo se retorcía en cada potencia que sentía más mi cuerpo… Mis lagrimas empezaban a caer…

Maella: SUBAN LA FRECUENCIA A 600.

Cerré y abrí mis ojos, me quemaban demasiado, Maella dio varios pasos hacia atrás, fijé la mirada en ella, negó con la cabeza volteó hacia donde estaba mi padre y Massimo. Una fuerza inexplicable estaba en mi cuerpo, Maella se apresuró llegando a la caja de frecuencia….

Maella: LA FRENCUENCIA A 1000.

Doctor: La va a cocinar.

Willow: AAAAAAAHHHHHHHHHHH….

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