El Retorno De La Princesa.

Max regreso a la ciudad, aún le dolía la pérdida de su esposa y quería destruir en ese instante a todos lo que lo causaron, pero ¿Vale la pena morir ahora? Primero quiere verlos destruidos.

Lo que les dolería más que la muerte en especial a la duquesa es que titulo pase a él, la lucha siempre ha sido para evitar eso. Tiene que obtenerlo antes de darles muerte y sabe que Elena lo ayudará.

Tras su regreso allí estaba en la entrada de la mansión la mujer que lo dejó viudo, Mariana, la duquesa estaba de pie en la puerta usando un elegante vestido y con un pañuelo cubriendo su rostro, Max frunció el ceño al verle los ojos rojos y su mirada lamentable.

—¡Hijo! —dijo al verlo bajar del carruaje —¿Qué sucedió con Andrea? ¡No me digas… no me digas que está muerta! —verla y escucharla fingir preocupación solo le revolvía el estómago.

Max sonrió intentando ocultar sus ganas de matarla.

—Madre, no te preocupes tanto, Andrea está bien —ella lo miró con desconcierto —se está recuperando y volverá en un mes.

—¡¿Qué?! ¿Cómo es posible? Ella estaba muy enferma.

—Encontré a un excelente médico que la ayudó —el camino hacia ella y la tomó de la mano —no llores que nadie ha muerto —Max se separó y camino a su lado, justo cuando estaba a su lado volvió a hablar —no aún —y siguió su camino.

Al escuchar esto último la duquesa sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo, supo de inmediato que era una amenaza y la voz que uso para eso la llevó a temer.

La duquesa es una mujer de cincuenta años y siempre deseo a un hombre con poder.

El duque es mayor que ella por diez años aunque a ella nunca le importó, él le daría el estatus que merecía. Mariana fue amiga de la madre de Max en su adolescencia, pero se distanciaron luego de que ambas se casarán, Mariana terminó como esposa de un conde sintiéndose inferior.

Al poco tiempo ambas parejas se reencuentran y comienzan a pasar tiempo juntos.

Al paso de tres años Mariana se entera de que su amiga está embarazada y la odia ya que ella no puede lograrlo. Comienza a celar la vida que ella lleva sintiendo que debería pertenecerle.

Tras dos años Mariana enviuda, su esposo simplemente se quedó dormido una noche y jamás despertó, terminó buscando consuelo en su amiga quien tenía un bebé de un año y visita a diario.

Mariana se sentía bien en aquella mansión en la que estuvo casi a diario por dos años y no quería dejarla.

La madre de Max un día enfermó y aunque tenía un buen médico en lugar de mejorar empeoró, muriendo seis meses después.

El duque quedó destruido, era un hombre viudo y con un niño de tres años al que criar. Mariana se ofreció a ayudarlo con el pequeño y tras consolar también al duque terminó convertida en su esposa, al embarazarse unos meses después.

Es evidente que quería todo lo que pertenecía a su amiga, incluyendo el lugar que por derecho le pertenece a su hijo.

Max no es consciente de toda esta historia, solo de la enfermedad y solo hasta ahora puede dudar de eso, el deterioro que visualizo en Andrea le hace recordar lo que se supone padeció su madre, una nueva grieta se formó en su corazón al imaginarse que daño a su madre con anterioridad.

Max sigue a su habitación ignorando por completo a sus hermanos en el camino, lo menos que quiere es conversaciones tontas ya que está seguro que ellos son cómplices de su madre, también lo odian y quieren lo que le pertenece.

Los siguientes días Max estuvo al pendiente de su padre quien ya estaba de pie, manteniéndose alejado de la mujer que le destruyó la vida, éste aún recibe los cuidados del médico.

Aunque por un momento llegó a pensar que estaría envenenado no es así, igual a la duquesa no le conviene que este muera, no aún, así que no hay riesgo para él. Solo tiene problemas propios de la vejez, por eso en ocasiones tiene dolor general, o se desmaya por la debilidad.

Pese a que Max intentaba evitar a su madrastra está aún no creía lo que él dijo al llegar y continuaba intentando hablar nuevamente con él.

Luego de cinco días de haber llegado estaba con su padre cuando ella llegó.

—Esposo, me alegra que estés mejor —Max estaba sentado a un lado de este mientras conversaban, él ya preparaba a su hijo para tomar posesión del ducado en un futuro, por lo que sus conversaciones eran constantes. Al verla caminar hacia su padre se levantó con intensión de salir. —¡Hijo! ¿Por qué te alejas de mí? Solo estoy preocupada por Andrea.

—Madre, ya le dije que no se preocupe ella está mejor. —ella se cubrió la boca y sus ojos se cristalizaron mientras abrazaba al duque.

—Es que siento que no estás siendo sincero por el dolor que sientes, el médico me dijo que no era posible que ella se recuperará, no puedo imaginarme donde la dejarías. —Max mostró una sonrisa ladilla e hizo una reverencia a su padre.

—Padre, Andrea volverá pronto, se está recuperando en este momento así que por favor habla con madre para que no sufra por ella, le diré a mi esposa en cuanto la busque que agradezca su preocupación al regresar —dicho esto se levantó y salió de esa habitación, solo unos minutos al lado de aquella mujer le revuelven el estómago y le producen náuseas.

—Esposo, él…

—No creo que esté mintiendo, espera unos días hasta que Andrea regrese.

“Es imposible que siga viva” tienes razón esposo, esperaré, aunque no dejó de preocuparme por él.

Max intentó cumplir con su padre y lo que le pedía para mantener el ducado, ante la enfermedad no tuvo más remedio que delegar funciones a Max, aunque la duquesa quería que fuera su hijo Peter quien es el segundo hijo legal del duque y su hijo mayor.

El duque no tomo su sugerencia en serio ya que no tenía sentido, su heredero será Max. Poco se habla de René su primer hijo, quien al ser hijo de una concubina que falleció fue enviado al ejército y casi nunca visita la mansión.

Max tiene una buena relación con el, pese a la lejanía entre ellos, René no quiere saber nada de aquellas personas y no tiene nada por lo que pelear en ese lugar.

Fue así que Max en las labores que le fueron dadas se mantuvo ocupado hasta que llegó el momento de ir por su esposa, no sin antes investigar lo que sucedía en el palacio y llevarle esa información.