AMO A MI EX

Al ver tan irrespetuoso gesto, Lucy solo sonrió amargamente y luego tomó su bolso y rápidamente se fue, es un hecho que el amor que sentía por Daniel no desapareció, pero ahora ese sentimiento va acompañado de odio, Daniel la lastimó demasiado. Lucy no lo perdonará, pero no importa, Daniel no busca redención.

Al ver que lágrimas silenciosas ya corrían por su rostro, Lucy entró al cuarto de invitados, fue al baño a lavarse la cara y luego salió con una sonrisa falsa, no tiene intención de llorar más, pues se dio cuenta que su dolor solo hace a Daniel aún más feliz.

Bajó las escaleras y caminó rápidamente hacia la puerta principal, en ese momento Daniel bajó las escaleras y de repente dijo:

—No vas a esperar a que me vaya esta vez, oh lo sé, debes estar ansioso por contarle a alguien la noticia, ¿verdad? -Preguntó luciendo disgustado.

Resulta que de vez en cuando Lucy se va a algún lugar desconocido para Daniel, de hecho él piensa que ella también tiene a alguien más, esto sería bueno si realmente fuera cierto, porque entonces tendría justificación para el divorcio, sin tener ser el villano de la historia.

Ignorando por completo las palabras de su ex-amor, Lucy se fue, dando un portazo, subiendo al auto y pronto cruzando las puertas de la mansión Gonçalves, dejando a Daniel un poco desconcertado, pero decidió dejarlo pasar, hoy tiene mucho trabajo. .

Daniel también tomó el auto y también salió de la mansión, pasando como una bala junto al auto de Lucy.

—Él está ansioso por contarle la noticia a alguien, mientras yo voy a comprarle un regalo al abuelo, luego le contaré la noticia, pero solo lo haré después de firmar el documento, ya que es muy probable que me amenace. dejar de tomar las pastillas, medicamentos para el corazón solo para dejarme indefensa-se dijo Lucy mientras analizaba la situación.

Leonardo ya tiene ochenta años, pero sigue siendo un hombre dominante, sabe jugar con las palabras y siempre consigue lo que quiere, convenció a Lucy para que se casara sin amor y también es capaz de convencerla de que renuncie al divorcio.

Como 50 minutos después finalmente Lucy llegó al pueblo, fue directa al centro comercial y le compró a Leonardo un reloj de bolsillo, muy sencillo, tal como le gusta al mayor, también pasó por la tienda de ropa de Dayse y se vistió buscando un vestido genial. para lucir en una noche especial.

—Hola Lucy, ¿Daniel te envió aquí?-Preguntó Dayse apenas vio a Lucy, no por amabilidad ni nada por el estilo, de hecho estaba preocupada por pagar posibles compras que hiciera Lucy.

Ocupada mirando un hermoso vestido negro, con detalles plateados, Lucy sonrió y dijo:

-Voy a pagar esta vez, ah por cierto, quiero invitarte a ti y a tu familia a cenar a mi casa, luego te daré los detalles – dijo dejando a Dayse un poco pensativa, preguntándose dónde La mujer tuvo esta idea de “mi casa”, ¿Daniel realmente decidió hacer que este matrimonio funcionara? La cabeza de Dayse era un desastre y cuando se dio cuenta, Lucy ya estaba en la caja registradora pagando el vestido y tan pronto como se fue.

—¿Qué me perdí?-Se preguntó Dayse en voz baja mientras analizaba lo que acababa de pasar.

...

Ya era tarde cuando Lucy finalmente regresó a casa, para su sorpresa, Daniel estaba sentado en el sofá, la miró de pies a cabeza, frunció el ceño y luego dijo:

—Encontró el dinero para comprarse un vestido de 200.000 dólares, pero aún tiene el coraje de andar toda sucia, dijo Daniel y luego miró con disgusto los pantalones blancos de Lucy, estaban sucios con algo oscuro, no sabría decir qué. era. , a menos que se acercara, y eso no lo haría.

Lucy miró su ropa y recordó cómo lograba ensuciarse tanto, sonrió levemente y dijo:

—No querrías saberlo, es mejor que sigas viendo tu partido de fútbol – dijo para luego subir corriendo las escaleras y luego entró al dormitorio, guardó sus bolsos, se duchó y luego regresó a la sala, en verdad ella solo quería buscar algo para comer, ya que él gastaba todas sus energías jugando con los niños en el orfanato donde pasaba prácticamente todo el día.

Pensando en esto Lucy fue a la cocina, pero no encontró a nadie y no había comida lista en la estufa, regresó a la sala, se acercó a Daniel y luego le preguntó:

—¿Dónde están las cocineras, Ana, Nancy, dónde está la gente de esta casa?

Sin molestarse en mirar a Lucy, Daniel rápidamente respondió:

—Despedí a todos los empleados, en cuanto firmemos el acuerdo de divorcio, esta casa probablemente cerrará, no voy a vivir en este fin del mundo – dijo haciendo que el corazón de Lucy volviera a doler, eligió este lugar vivir con ella después de la boda, no porque le guste la calma sino porque quería esconder a su esposa campesina del mundo, al darse cuenta de esto hizo que una sonrisa amarga apareciera en los labios de Lucy.

—Qué lástima, en realidad me agradaba Nancy y ciertamente no tenía intención de despedirla, dijo Lucy para luego sentarse en el sillón de la esquina izquierda de la habitación y comenzar a trabajar en su celular.

—Podrías prepararnos algo de comer, dijo Daniel y luego miró a Lucy esperando una respuesta, Lucy sonrió y dijo:

—Tu también tienes.

—¿Qué?-Preguntó confundido.

—Manos, hazlo tú mismo—dijo y luego subió las escaleras riéndose de su cara.