PRIMER LIBRO PRINCIPAL DE LA COLECCIÓN HURMAYA:
Majic es hija del rey Carpio, quien se ha visto obligado a hacer el papel de despiadado, la hizo vivir relegada en el olvido, bajo el pretexto de ser la hija de la primera esposa del monarca que había cometido traición, lo que busca es protegerla de poderes malignos desconocidos.En ese olvido, ella sueña con unos ojos grises que le dan calidez y esperanza, un recuerdo inconsciente de un viejo amor.
Obligado a ejecutar un plan para proteger los reinos mágicos, el rey Carpio, bajo pretexto de firmar un acuerdo de paz, ofrece a su hija en matrimonio al rey de Fontana, un gran enemigo, sacando de la torre más oscura del palacio a Majic, quien sin entender lo que significa deberá casarse con un hombre que la detesta por ser la hija de su mayor enemigo.
La nueva vida de la princesa, tal vez solo sea el camino para llegar a su verdadero amor 💙; descubrir sus poderes envueltos en amor y odio, así como, recuperar el trono que le pertenece.
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5. El primer baile
En el carruaje camino al palacio, Majic no se atrevía a mirar al rey, ni a ningún otro lado, así que lo único que hacía era mirar sus propios pies, y trataba de respirar muy bajito para que ni siquiera pueda ser escuchada.
- "Al menos supiste comportarte en la iglesia, cuando lleguemos al palacio, deberás permanecer sentada junto a mi lado, mientras recibimos los saludos de los representantes de los reyes, luego haremos el baile matrimonial, después de ello podrás ir a tus aposentos a descansar", dijo el rey.
- "¿Bailar?", preguntó tímidamente Majic.
- "Sí, no debe ser muy diferente a los bailes que habrás tenido en tu reino, solo sigue el ritmo y mis pasos", expresó el rey molesto porque ella empezaba nuevamente con sus niñerías.
Al escuchar el tono de voz del rey, no dijo nada más, su experiencia en la torre le había enseñado que mientras más callada estaba, menos golpes recibía, miraba las grandes manos del rey y sentía mucho miedo.
Cuando llegaron al palacio, el rey bajó primero y luego ayudó a Majic a bajar del carruaje, ese pequeño gesto empezaba a llenar de calidez el corazón de la joven princesa, que acostumbrada a maltratos veía en esos gestos, normales de cualquier caballero, una declaración de inmensa amabilidad y se atrevió a sonreír ligeramente; el rey la miró pensó que tenía una hermosa sonrisa pero luego sacudió su cabeza y recordó una vez más de quién era hija esa mujer.
La joven princesa se mantuvo callada y sentada al costado de su esposo, mientras recibían los saludos de los representantes de los reyes; a pesar de la sencillez, y delgadez de la joven, tenía ese aire de la familia real Maruzba de Susumira; seguramente con el pasar de los años se volvería más hermosa; sin embargo, el rey Fortem era incapaz de notarlo por el gran odio que siente por el padre de la princesa.
Cuando llegó el momento del baile, Majic estaba muy nerviosa, recordaba haber visto bailar a sus padres cuando ella tendría siete años, pero no había bailado nunca; cuando el rey entrelazó sus dedos con los de ella, y la tomaba de la cintura acercándola a él, tembló no había tenido a ningún hombre tan cerca de ella, así que no pudo evitar sentirse extraña; la música sonaba y ella trataba de seguir el ritmo, aún así había momentos en que daba pisotones al rey, quien ni se inmutó tratando de disimular ante los demás.
Al terminar el baile, el rey ordenó que llevaran a la princesa a sus habitaciones y se disculpó con los invitados indicando que su esposa estaba muy cansada por el viaje y el matrimonio, que había sido en tan corto tiempo; nadie se sorprendió porque era común que eso sucediera en las bodas reales; era casi el protocolo para que la esposa descansara lo suficiente para la noche de bodas.
Cuando Majic llegó a su habitación, acompañada de Lady Marila respiró aliviada; la inocente muchacha pensó que todo eso era lo relacionado al matrimonio, y no había sido tan terrible; pero pronto notó que llegaban las sirvientas con muchos implementos.
- "¿Qué sucede?, ¿Qué es todo esto?", preguntó sorprendida la princesa.
- "Debe asearse, perfumarse y prepararse para la noche de bodas, la ayudaremos con eso", dijo Lady Marila.
La princesa quiso preguntar más, pero todo pasaba tan rápido, había sido desvestida y puesta en la tina para bañarse, cuando vio que iba a caer el agua sintió que otra vez sentiría su cuerpo helar y cerró sus ojos, en cambio se sorprendió al notar que el agua estaba tibia; en el fondo no había sido tan terrible ir a ese lugar, no tenía la menor idea de lo pudiera significar la noche de bodas, así que supuso que tal vez se trataba de conversar a solas con el rey para conocerse mejor, tal vez no era tan terrible.
La fiesta fue extremadamente corta, todos sabían que el reino de Fortem estaba obligado a ese matrimonio para conservar la paz, y no estaba para fiestas largas y suntuosas; el rey estaba en su Despacho con el Consejero Real.
- "Lady Marila está preparando a su esposa para la noche de bodas, solo debe indicar el momento para que la lleven", expresó Tesko.
- "Ya te he dicho que no quiero intimar con ella, que se mantenga en sus aposentos", dijo el rey tomando una copa más de vino.
- "Toma todo lo que necesites para pasar la noche con ella, no podemos arriesgarnos a que mande a llamar a su padre, porque su esposo no cumple con sus deberes conyugales y darle una razón para iniciar la guerra; sin el matrimonio consumado el acuerdo tambalea aún con esa marca en sus manos", manifestó Tesko.
- "¿Por qué tienes que decir así las cosas?, dijo el rey volviendo a tomar vino.
- "Porque soy su consejero y debo asegurarme de que haga lo correcto para Fontana, recuerde que mantener con vida lo que queda de su familia, depende de este acuerdo de paz", expresó Tesko aún sabiendo que le estaba pidiendo algo muy difícil al rey.
El rey tiró el vaso contra la pared y empezó a beber directamente de la botella de vino.
La princesa Majic ya estaba lista, Lady Marila tenía que reconocer que la joven tenía un rostro muy bonito, pero su cuerpo había tardado en crecer, parecía aún menor a una quinceañera; sin embargo, no era extraño que las muchachas en el reino de Susumira se casaran aún con trece años, quizás por eso el rey Carpio mandó a su hija siendo aún menor de edad.
- "Cuando estés con su majestad haz lo que él te indique, no te vayas a quejar y aunque duela no lo puedes detener, solo soportalo mientras dure, es tu deber complacer a su majestad", le dijo Lady Marila a la princesa.
- "¿Doler?, ¿su majestad me va a golpear?", expresó con miedo Majic.
- "No hablo de eso, sino del momento en que te conviertas en mujer", le dice Lady Marila sorprendida con la actitud de la princesa.
- "¿Convertirme en mujer?, soy una mujer, no entiendo lo que me dice", expresó confundida la joven princesa.
- "¿Sabes lo que pasa entre un hombre y una mujer, la primera vez que comparten la cama?", preguntó Lady Marila sospechando que aquella princesa no tenía ni idea de ello.
- "¿Compartir la cama?, ¿Por qué tendría que compartir la cama con el rey?, él de seguro tiene su cama, y yo la mía, ¿por qué habría qué compartirla?, expresó aún más confundida la princesa.
Lady Marila se negó a creer que nadie le haya explicado a esa niña lo que iba a suceder con ella cuando se casara con el rey, pero no tenía tiempo de explicarle, porque en ese momento llegó el anuncio que llevaran a la princesa a la habitación de su majestad; la jovencita caminaba rumbo a la habitación de su marido sin sospechar lo que debía ocurrir entre ellos.