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Embarazo Después Del Adiós.

Embarazo Después Del Adiós.

Status: Terminada
Genre:Completas / Embarazo no planeado / Embarazada fugitiva
Popularitas:31.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Loloy

Tras un matrimonio, lleno de malos entendidos, secretos y mentiras. Daniela decide dejar al amor de su vida en libertad, lo que nunca espero fue que al irse se diera cuenta que Erick jamás sería parte de su pasado, si no que siempre estaría en su futuro...

NovelToon tiene autorización de Loloy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 17

El amanecer en Roma no dio tregua. Apenas los primeros rayos de sol comenzaron a colarse por las ventanas del departamento, Daniela ya estaba revisando correos, confirmando horarios y corrigiendo detalles de última hora. El desfile estaba a solo cuatro días, y aunque todo estaba en marcha, ella sabía mejor que nadie que el caos siempre llegaba cuando menos se esperaba.

En el salón, las muestras de tela, los bocetos y los nombres de los invitados importantes llenaban una pizarra improvisada. Dimitri había llegado temprano con café en mano y un cuaderno repleto de anotaciones.

—Los modelos ya están confirmados. La pasarela se está montando hoy y el director creativo del Palazzo está más nervioso que tú —dijo él con una sonrisa sarcástica.

—Eso es porque él no tiene gemelos a los que alimentar cada tres horas —contestó Daniela, atándose el cabello en una coleta alta.

Dimitri la miró con admiración y un poco de preocupación.

—No tienes que demostrarle nada a nadie, Dani. Esta colección ya es un éxito. Pero si necesitas que me encargue yo de la presentación...

Ella negó con la cabeza.

—No. Esto es mío. Lo construimos juntos, pero yo debo presentarlo.

Erick apareció en la cocina en ese momento, cargando a uno de los bebés mientras el otro dormía en su cuna portátil.

—Alguien no quiso esperar el desayuno —anunció, con el niño medio dormido apoyado en su hombro.

Daniela sonrió. Verlo así, cómodo entre la logística de pañales y pasarelas, la hacía sentir que tal vez sí era posible tenerlo todo.

—Gracias por ayudar —le dijo, tomando al bebé con suavidad—. No sabes cuánto lo valoro.

Dimitri al ver a Erick allí intento disimular su sorpresa ya que el no sabía de su presencia allí y saludando dijo.

— Buenos días, Erick... no sabía que también estarías aquí.

Erick sonrió de lado y contestó.

— Supongo que soy parte del equipo ahora —respondió con un tono neutral, aunque su mirada dejaba entrever que conocía perfectamente el terreno en el que estaba pisando.

Dimitri asintió con diplomacia, y aunque no dijo nada más al respecto, el silencio fue suficiente para que Daniela sintiera la tensión apenas perceptible entre ambos. Agradeció que en ese momento uno de los bebés comenzara a quejarse, dándole la excusa perfecta para moverse y cambiar el foco de atención.

—Ambos están aquí por mí —dijo con firmeza, pero con suavidad, mientras colocaba al pequeño en la silla alta—. Así que quiero que se lleven bien. Al menos por esta semana.

Dimitri levantó las manos en señal de tregua.

—Por mí no hay problema. Lo importante es que todo salga perfecto.

Erick asintió y tomó la tablet que Daniela había dejado en la mesa.

—¿Ya viste las fotos del fitting de ayer? Hay un vestido que no cae como debería.

Daniela se acercó, aliviada de que él tomara un rol activo en la preparación.

—Lo sé. Justo iba a hablar con la jefa de costura. Tal vez cambiemos el forro o incluso el escote...

Dimitri, ahora con el café en mano, se unió a la conversación. Por unos minutos, la sala se transformó en una sala de guerra creativa, donde las ideas volaban y las decisiones se tomaban entre telas, nombres de celebridades invitadas y llamadas por contestar.

Pero incluso en medio del caos, Daniela sentía algo nuevo: estabilidad. No perfecta, no resuelta, pero sí real. Estaban allí, los tres, y de alguna manera todo funcionaba. O al menos, lo estaba intentando.

Y eso, para ella, ya era un triunfo.

Luego de unos minutos de estar así, Daniela se disculpó con ambos, ya que debía cambiar a los bebés y fue entonces cuando Erick se atrevió por fin a enfrentar a Dimitri.

— Veo que ambos se entienden bien...

— Somos socios, es lógico.

— No es solo eso, sé que hay algo más.

– Sí te refieres a mi relación personal con ella, te aseguro que no hay nada más que una amistad. Pero si es así, no es porque yo no se lo haya propuesto. — Erick frunció su rostro y Dimitri agregó. – Quiero ser honesto, ya que es obvio que ambos están pensando en una reconciliación. ¿No es así?

— De hecho es más complicado que eso, nuestra relación nunca se terminó.

— Lo sé, y es por eso que siempre me mantuve al margen.

Erick lo observó en silencio, midiendo cada palabra, cada gesto. Había algo en la forma en que Dimitri hablaba que le despertaba respeto, aunque también lo incomodaba.

—Gracias —dijo finalmente, con voz baja pero firme—. Por cuidar de ella cuando yo no estuve.

—No lo hice por ti —respondió Dimitri, sin arrogancia, solo con la misma honestidad de antes—. Lo hice por ella… y por los pequeños. Daniela merece tener cerca a personas que sumen, no que le resten.

Erick asintió, reconociendo que esa frase lo había golpeado en el lugar justo.

—Lo sé. Por eso estoy aquí. Estoy tratando de ser uno de los que sumen, aunque me tome toda la vida lograrlo.

En ese momento, la voz de Daniela se escuchó desde el pasillo.

—¿Se están matando o puedo volver?

Ambos se rieron con cierta incomodidad, y Dimitri fue el primero en hablar, cambiando el tono a uno más ligero.

—Solo haciendo planes para el gran día.

Daniela apareció en la sala con uno de los bebés ya cambiado en brazos y el otro riendo desde la cuna portátil.

—Espero que no estén apostando quién va a cargar a quién durante el desfile, porque ya me ganaron —bromeó mientras colocaba al niño en su sillita.

Erick se acercó a ella, ayudándola con la manta del pequeño, y por un segundo, sus manos se rozaron. No hubo palabras, pero la mirada fue suficiente para que el aire entre ambos se volviera un poco más denso, más cargado de todo lo que aún quedaba por resolver… y por sentir.

Daniela desvió la mirada y fue hacia la pizarra.

—Bueno, aún nos queda repasar la lista de invitados, reorganizar la fila final y terminar las notas para la prensa. Así que… manos a la obra.

Dimitri tomó su cuaderno y se sentó, mientras Erick volvía a la tablet.

Pero aunque los tres estaban concentrados en lo suyo, las líneas invisibles entre ellos ya se habían movido. Y Daniela lo sabía: el desfile sería el clímax de su carrera… pero también, quizás, el punto de inflexión de su vida personal.

La noche había caído sobre Roma con una quietud casi irreal. En el departamento, los bebés dormían finalmente después de un día agitado, y Dimitri se había marchado temprano, comprendiendo que había un espacio al que él no pertenecía esa noche.

Daniela estaba en el balcón, con una copa de vino en la mano y el viento cálido acariciando su piel. Miraba hacia el cielo sin estrellas, sintiendo el peso del día en los hombros, pero también una sensación de anticipación que no podía ignorar.

Erick salió del cuarto de los gemelos en silencio y la encontró ahí, recortada contra la ciudad. Se acercó sin decir nada y se apoyó junto a ella en la baranda.

—No vas a dormir nada esta noche, ¿cierto? —murmuró.

—Probablemente no —respondió ella sin mirarlo—. Mañana es todo o nada.

—No para mí —dijo él, y cuando ella lo miró, añadió—. Para mí, tú ya ganaste. Hace rato.

Daniela sostuvo su mirada, vulnerable por primera vez en días.

—¿Y tú? ¿Tú estás bien con todo esto?

—Estoy donde quiero estar. A tu lado. Aunque sea difícil, aunque sea incierto… no quiero perder más tiempo.

Ella bajó la mirada, sintiendo cómo su corazón golpeaba contra las costillas con fuerza.

—Me da miedo todo esto, Erick. Volver a ti. Volver a nosotros. Que esto… no funcione.

—Entonces hagámoslo diferente —dijo, acercándose un poco más—. Sin prisas. Sin mentiras. Solo con lo que tenemos ahora.

Daniela lo miró, sus ojos brillando por el reflejo de la ciudad y por algo más profundo: deseo, ternura, y un anhelo que no se había apagado con los años.

Erick la tocó apenas, con la yema de los dedos en su mejilla, y ella no se apartó.

—Solo una noche —susurró ella, casi temblando.

—Solo una noche… si eso es lo que necesitas —respondió él, sabiendo que ambos mentían un poco.

Se besaron despacio, con la reverencia de quien conoce el valor de lo que se está recuperando. No fue un beso explosivo, sino uno que decía “te he esperado”, “te extrañé”, “aún estás aquí”.

Esa noche, en medio de la ciudad que los había reencontrado, se amaron con la urgencia de lo que había estado contenido por demasiado tiempo. Y entre susurros, caricias y silencios, dejaron de lado todo lo que no fueran ellos.

Porque esa noche no era sobre el pasado, ni sobre lo que vendría después.

Era solo sobre Daniela y Erick. Y eso, por fin, bastaba.

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Lermis Flores
Éste capítulo hermoso me ha conmovido tanto!!
Lermis Flores
Jajaja, quieren nacer en el País de sus padres!
Mirian Mendoza Gutierrez
felicidades autora muy bonita historia. bendiciones
Mirian Mendoza Gutierrez
hermoso capitulo
Tere Jimenez
gracias por compartir
Tere Jimenez
muy bonita historia muchas felicidades y bendiciones sabiduría y entendimiento para seguir escribiendo tan hermoso y compartir con nosotros felicidades estuvo increíble
Tere Jimenez
ojalá y ya lo dejen quedarse ahí
Tere Jimenez
que hermoso
Tere Jimenez
anoche estuvieron juntos según recuerdo
Tere Jimenez
muy interesante el capítulo
Tere Jimenez
muy pagados de si mismo los padres de el
Tere Jimenez
muy fuerte decisión la que tomaron
Tere Jimenez
que bonito capitulo
Tere Jimenez
que difícil situación convivir así por las criaturas
Tere Jimenez
ojalá y se lo lleve
Tere Jimenez
si muy cierto tal vez en el pasado nos sentimos los dueños del mundo pero tenemos que ser humildes
Tere Jimenez
que hermoso capitulo
Tere Jimenez
si muy hermosa novela
Tere Jimenez
que hermoso capitulo
Tere Jimenez
ésos bebés quiere llegar antes de tiempo
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