De Santa A No Tanto.

Franco.

Esta semana me vine a España a ver una de mis empresas, porque Sebastián nos pidió de favor a todos los socios, que no fuéramos esta semana para dejar sola a la nueva socia y que la pasé mal.

Es un poco infantil poner en riesgo a la empresa, por el capricho de hacerle la vida imposible a su ex, que según él es una fea nerd, que se irá llorando a casa, es perverso eso hasta para mí.

Todos estos días he extrañado a mi bella, porque es mía y no la dejaré ir, desde que la vi lo supe, ella piensa que después de hacer el amor la dejaré y es verdad, la dejaré, pero en mi vida, para siempre, es muy divertida, dulce y dice lo que piensa.

Me da rabia lo que le hizo el imbécil de su ex, pero también me alegra, gracias a eso la tengo para mí, al regresar pasaré un fin de semana de ensueños con ella y aunque la deseo debo esperar o se irá.

Ya pasó la semana y voy camino a la empresa con Rodrigo, Esteban y Max.

Al llegar están los otros que son Sebastián, Jerry y Adriano, somos siete socios, bueno ocho con la señorita Rossi no me sé su nombre, nuestros padres eran amigos y esta empresa la fundaron juntos, por eso es la más importante para ellos y quieren que sus hijos se hagan cargo personalmente.

Junto a los socios, están el señor Eduardo Terranova y su hijo Edwards Terranova, me acerco y los saludo.

Franco: Buenos días, señor Terranova, como está, buenos días, Edwards qué gusto verte, en un momento los atiendo para ver a que acuerdo llegamos para que acepte los diseños que le mostré.

Eduardo Terranova: Buenos días, estoy muy bien Franco, pero no te preocupes, la señorita Rossi ya se encargó de hacer unos nuevos con cada una de mis exigencias y en tiempo récord, es maravillosa.

Edwards: Buenos días, amigo Franco, sí, mi padre me habló maravillas de esa señorita, puedes creer que ella sola confeccionó los diseños y en pocos días, muero por conocer a mi futura esposa, ja, ja, ja.

Yo solo me reí confundido porque no sabía nada de esto, ella hizo todo eso wow qué mujer, yo también muero por conocerla.

Franco: Por cierto, a dónde se habrá metido, la voy a buscar.

Eduardo Terranova: Franco, las modelos le cancelaron a la señorita Rossi y ella fue a solucionar eso.

Pienso, Sebastián se pasó un poco, cómo pudo poner en riesgo todo, luego hablaría con él, mis amigos se acercan y empiezan a escuchar lo que dice Eduardo de Rossi y sienten curiosidad, quieren conocerla, yo solo sonrío, pero también estoy ansioso, aunque según Sebastián es horrible.

De mis pensamientos me saca mi asistente que por cierto, los asistentes se reincorporaron hoy porque Sebastián los dio de baja estos días, o sea que la chica trabajo con las uñas, bueno él dice: Buenos días, señores, doy inicio a la demostración de diseños.

Sale la mujer más hermosa de todas con un hermoso diseño y es mi bella, Isabella es la modelo que consiguió Rossi.

Vestidos que modeló Isabella, solo los vestidos, no las modelos.

Cada diseño era perfecto y ella los hacía resaltar con su belleza, cómo la señorita Rossi, hizo todo esto sin ayuda, wow es maravillosa, esta mujer de verdad, así sea horrible que lo dudo, vale la pena, creo que Sebastián dejó ir a un verdadero diamante.

Al terminar el desfile todos estábamos boquiabiertos, Sebastián solo decía.

Sebastián: Esa modelo se me parece conocida, pero no sé de dónde, es hermosa.

Jerry: Se parece a… no, es imposible que sea ella.

Esteban: Hermano, esa no es…

Lo callé con la mirada y asentí, todos decían lo que pensaban sobre la modelo, pero de Rossi, no había ni rastro, en donde estaba.

El hijo de Terranova, dijo.

Edwards: Padre, esa es tu futura yerna, de eso me encargo yo.

Le dijo a Eduardo y la sangre me hierve de la rabia, ese imbécil no se acercará a ella, es mía.

La vi acercarse vestida hermosa, con una falda tubo negra y un corpiño de igual color, sus tacones negros y un saco negro corto, se veía radiante, Eduardo y Edwards se le acercaron y yo me apresuré a llegar a ellos, su cara fue de sorpresa cuando me vio.

Isabella: Franco. Susurró.

Edwards: Señorita, déjeme felicitarla, está preciosa y los diseños fabulosos, soy el hijo de Eduardo Terranova, me llamo Edwards, es un placer.

Isabella: El placer es mío, me llamo Isabella Rossi.

Volteo a verla, ella… ella es la ex de Sebastián y él es el desgraciado que la trató mal y aparte la hizo sufrir esta semana, ese idiota me las va a pagar.

Eduardo: Vez hijo, te dije que era hermosa, déjeme felicitarla, no sé cómo logro hacer esos diseños tan rápidos.

Isabella: Dormí varias veces aquí, pero recuerde, solo son prototipos, les falta trabajo, les gustaron los diseños, que decidió.

Eduardo: Decidí que quiero los diseños y a la modelo, sé la imagen de la marca, quedas perfecta en ella.

Isabella: Aceptaré por las circunstancias, pero no soy modelo, espero no decepcionarlo.

Eduardo: Nunca lo harías, bueno, trato hecho, tenemos que irnos, hasta pronto.

Edwards: Princesa, podrías salir conmigo a tomar un café o algo es que mi padre te quiere de nuera y yo lo apoyo, a menos que tengas novio, ¿lo tienes?

Isabella: Bueno yo…

La interrumpí diciendo.

Franco: Lo siento amigo, pero si tiene novio y soy yo, ¿no es perfecta mi novia?

Edwards: Es en serio, pero tú no eres de tener novias, Franco, dime que es mentira.

Franco: No lo es, esta hermosa mujer, es mi novia, verdad cariño.

Isabella: Si cariño, es cierto Edwards Franco es mi novio.

Dijo ella mientras yo le di un beso rápido.

Edwards: Amigo, felicidades, que bien por ti y que mal por mí, bueno un placer hasta luego.

Edwards se fue con una cara que me dio risa, como se atreve a poner sus ojos en ella, cuando estuvimos solos, habló.

Isabella: Cómo es eso que somos novios, me lo explicas, no me gustan las mentiras.

Franco: Y no lo es, bueno, no del todo, tú me diste tu palabra de que no estarías con nadie solo conmigo, hasta que terminamos nuestro asunto, eso es como ser novios, así me aseguro que no hagas nada malo.

Isabella: ja, ja, ja, créeme que eso no es seguro de nada, que te lo digo yo.

Nos dirigimos a los otros socios para ir a la sala de juntas, entramos y ella empezó a hablar.

Isabella: Buenos días, señores, mi nombre es Isabella Rossi y como sabrán estuve a cargo de la empresa, hice algunos cambios y arreglé algunos detalles.

La cara de Sebastián era un poema pobre, imbécil.