♡NOVELA MODIFICADA♡
Las vidas de Emilia Megceza y Matteo Duncan se cruzarán de manera inesperada. Secretos guardados saldrán a la luz, lazos familiares y un amor que crece día a día.
¿Por qué el destino decidió unirlos? ¿Por qué hay personas que se oponen a su relación? ¿Saldrá la verdad a la luz?
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CAPITULO 3
EMILIA
Emilia se levantó a las 5 a.m como todos los días.
Lleno la bañera, agregó sales y se dio una ducha relajante. Al salir, eligió su ropa interior y su outfit para enfrentar el día: se decidió por una blusa rosa bebé, una falda tubo color salmón y un cinturón fino color marrón para combinar.
Tomo un blazer a rayas, zapatos color negro, ato su cabello en una cola de caballo, se maquillo suavemente, se perfumó y ya estaba lista para irse.
Al llegar a la compañía, estacionó su auto y luego se bajo. Al hacerlo, se encontró con un muchacho alto, morocho y de ojos color almendra que la observaba fijamente mientras se dirigía al ascensor para ejecutivos.
-Buen día. -saludo Emilia
-Buen día. Usted debe ser la Señorita Megceza. Mi nombre es Vittorio Duncan.
-Oh, mucho gusto Sr. Duncan.
El joven asintió con una pequeña sonrisa y subió al ascensor ejecutivo. Emilia se dirigió al ascensor para empleados y al llegar a su piso, se acomodó en su escritorio. Dejó sus cosas y se sentó, encendió su ordenador y revisó la agenda de su jefe.
En ese momento, el ascensor volvio a sonar y la chica lo sabía. Matteo Duncan había llegado.
-Buen día Srta. Megceza, la espero en mi oficina en 10 minutos. - Dijo él muy serio.
-Claro Sr. Allí estaré. -Dijo dudando. Acaso siempre era tan frío con las personas?
Matteo, sin decir otra palabra, se dirigió a su oficina y cerró la puerta. Emilia, trago saliva preocupada.
Luego de unos minutos, se dirigió a su oficina y golpeó suavemente la puerta.
-Adelante, ordeno el CEO.
-Permiso Sr. me mando a llamar?
Matteo la miro de arriba a abajo, fijamente por unos segundos. Luego dijo:
-Sí. Siéntese por favor.
Emilia se sentó tímidamente.
-La llamé Srta. Megceza para pedirle que me ponga al tanto de mi agenda para el día de hoy.
-Por supuesto. -dijo ella encendiendo la tableta. - A las 9 tiene una junta con los accionistas y a las 12 un almuerzo con los señores Marshall de "Industrias Marshall"; por último, debe terminar y firmar los balances de la compañía.
Emilia levantó la vista y notó que Matteo la observaba con gran determinación.
-Sr. Duncan?. Me está escuchando - Dijo la chica.
- Sí. Será un día atareado. Por favor, encárgate de preparar la sala de juntas y avísame cuando esté lista y dile a la señorita Mars que le dé aviso a mi hermano de que debe estar presente.
-Por supuesto Sr. Duncan, con permiso.
Emilia salió de la sala de juntas y se dirigió hacia el escritorio de su amiga, que, estaba al lado del suyo.
-Que bien te sientan los viernes Nicki.
-Oh, ni me digas. Estoy ansiosa por la llegada del fin de semana y nuestra salida, dijo Nicki moviendo ambas cejas hacia arriba
-Lo sé. Debes informarle a tu jefe que tiene que estar presente en la reunión de las 9. Iré a preparar la sala de juntas.
-Cálmate Emilia, estás apurada.
-Lo siento. Tengo mucho que hacer. Te veo luego.
La chica agarró las cosas y se dirigió al quinto piso, a la sala de juntas.
Ordeno todo perfectamente, se aseguró de que no faltara nada y una vez controlado todo perfectamente, llamo a su jefe para avisarle que todo estaba listo.
-Por aquí Sr. Duncan, la sala de juntas ya está lista.
-Bien. Aquí están las carpetas con los proyectos para que los reparta, la necesito a mi lado en esta reunión.
-Si Señor. Allí estaré.
... ****************...
Una vez en la sala de juntas, la chica anunció a todos los que iban llegando.
-Srta. Megceza. Afortunados los ojos que la ven.
La chica se asustó al oír esa voz a sus espaldas, aunque no la reconocía para nada, le causó un escalofrío. No de miedo, más bien fue como si recordara algo. Un sentimiento de familiaridad la abrazo, pero no supo entender la razón.
Al darse vuelta vio a un hombre alto, rubio y de ojos color cielo que la veía con una enorme sonrisa.
-Bbuenos días Señor, discúlpeme, creo que no he tenido el gusto de conocerlo
-Oh. Pero que modales los míos. Noah Dessault, para servirle. -Dijo tomando su mano y besandola con calidez -Me habían dicho que usted era hermosa, pero no lo creía hasta que la vi con mis ojos. -dijo.
La chica se sonrojó y en ese momento se oyó un carraspeo detrás de ella.
-Interrumpo?. - pregunto Matteo, con una mirada que congelaria al mismo infierno.
-Matteo! Que bueno que te veo. Estaba presentándome personalmente con tu bella asistente. - dijo Noah.
-Ya veo. -respondió Matteo con el ceño fruncido. - Srta. Megceza. Por favor, traiga los cafés. La junta está por comenzar.
-Si señor. - respondió ella.
A pesar de los halagos de Noah Dessault, Emilia no se sentía invadida ni tampoco acosada. Más bien sentía la amabilidad en ese hombre. Un hombre que parecía haber sufrido demasiadas cosas en su vida. Sintió pena por eso. Pero también pensó que a lo mejor él era más feliz de lo que ella pensaba.
La junta había comenzado mientras Emilia le servía a cada uno de los presentes su café.
Noah le agradeció con un asentimiento y la miro fijando su mirada en la de ella. Definitivamente, se notaba que le gusta ir de frente.
-Que opinas Noah? Estás de acuerdo?. -preguntó Matteo con voz firme.
-Sí Matteo, totalmente.
Emilia notó que el ambiente estaba tenso y siguió así durante toda la reunión. Cuando esta finalizo, Matteo llamo a Emilia aparte.
-Srta. Megceza, iré a almorzar con los Marshall, cuando regrese necesito que me deje preparados los balances que debo cerrar.
-Claro Sr. Duncan, cuente con eso.
Sin decir nada más, Matteo Duncan se alejó.
MATTEO
La alarma sonó a las 5 a.m y Matteo ya estaba despierto.
En realidad no durmió. Se pasó la noche pensando en ella. En esa señorita que se presentó en su oficina hace 5 días para ser su asistente. Megceza, es su apellido. El apellido de la persona que probablemente mató a mis padres. Y se mato el mismo? Tal vez era una especie de terrorista? O quizá fingió su muerte para salir impune de aquello. Matteo no paraba de pensar en que tanto sabia ella y estaba dispuesto a descubrirlo.
Se levantó de la cama, tomó una ducha larga se vistió con un traje color azul marino y corbata, ya que hoy tenía una junta importante en la empresa, y bajo a desayunar.
-Buenos días Nana Rose. Solo tomaré un café y me iré.
-Buen día niño Matteo. Michael ya está esperándolo.
-Está bien. Adiós.
Beso a su nana en la frente y se fue.
Llego a la empresa y se dirigió al ascensor, pensando en que haría cuando la viera ahí, después de saber quién es ella. En ese momento las puertas se abrieron y ahí estaba ella… Matteo suspiro y salió a enfrentar el día. Después de todo, necesitaba conocer el estado de su agenda.
La llamo a su oficina y cuando ella golpeó la puerta, suspiró y dio permiso para que entre.
No podía creer lo que veía. Ahí estaba ella. Hermosa, radiante. Lucía espléndida hoy. Como no lo había notado antes?.
La chica hablaba, pero él no la escuchaba. Luego de un rato la chica continuó hablando, pero Matteo estaba hipnotizado con su belleza. Su cabello largo, su voz, sus ojos, sus gestos, sus movimientos... Observaba detalladamente cada cosa de ella.
"Es tan hermosa. Tan sexy. De solo pensarla tengo ganas de tenerla en la cama. Es solo eso. Atracción física. Pero no puedo, ella es… Ella es… Ella". -pensaba él.
Matteo llegó a la sala de juntas y se sentó en la silla de la cabecera de la mesa cruzando una pierna por encima de la otra y apoyando sus manos en cada lado de la silla. Matteo observaba atentamente como la chica anunciaba a los presentes y se levantó para saludar a cada uno. Hasta que uno en especial llamó su atención: Noah. Matteo observaba como Noah halagaba a su asistente y eso causó una molestia dentro de él.
Apretó los puños y tenso la mandíbula y se acercó a ellos carraspeando. Noah se excusó diciendo que se estaba presentando, pero él sabía que su intención era otra.
La chica servía los cafés cuando comenzó la junta. Noah aprovechó el momento para hacerle saber que él estaba interesado en ella, para llevarla a la cama probablemente. - Reflexionaba Matteo.- No lo soporto. No soporto que haga esto. Ella no será una más de sus acompañantes. Esa chica será solo mía.
-Que opinas Noah? Estás de acuerdo?. -Decidió interrumpirlo para que deje de mirarla de una vez.
Ante la respuesta despreocupada de Noah, Matteo tenso sus puños. Estaba molestándose y no sabía por qué. No entendía por qué eso le molestaba tanto.
Al terminar la junta, Matteo supo que Noah seguiría insistiendo en hablar con ella, por eso se adelantó y con la excusa de los balances impidió que Noah consiga su cometido.
...****************...
-Se puede saber que haces Noah? Es mi asistente la que mirabas con tu cara de baboso. -Lo enfrento Matteo, una vez estuvieron a solas.
-Que dices Matteo? No la observaba de esa forma es solo que…
-QUE?
-No te parece conocida a ti de algún lugar?
-No lo creo.
-Puedo jurar que la he visto antes. No puedo dejar de observarla porque me intriga saber de donde la conozco.
No es la primera incoherencia que aparece
Que fastidio esa repetición