A los dieciséis años, Eliana Safra pasó por la experiencia más dolorosa de su vida; ante ello, la dulce y amorosa chica sufrió una transformación. Cinco años después, ella es una mujer peligrosa e inalcanzable, la apodan "la fiera" y nadie ha podido acercarse lo suficiente para ganar su amor.
Ha llegado el momento de hacer frente a quien lastimó todo lo que amaba, aunque eso signifique destruir la única familia que conoce.
En medio de tanta lucha y dolor, aparecerá Alex, que la hará creer en el amor nuevamente. ¿Podrá la pareja hacer frente a las adversidades? ¿Podrán superar la maldad que se empeñará en arruinarles la felicidad? ¿Eliana será lo suficientemente fuerte para hacer frente a los secretos y proteger a todos a quienes ama?
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3. La calidez de la música
Eliana baja del avión, el cambio de clima le hace ponerse un abrigo, no parece la misma chica excéntrica, que fue a enfrentarse a Franklin Taylor, se ha hecho una cola en el cabello y no lleva ni una pizca de maquillaje. Una simple cara lavada y una mochila al hombro.
Debe ir a la estación de buses, que la lleve a la capital de la provincia vecina. De pronto, una joven de cabello castaño y ojos avellanas, parece correr hacia ella, lo cual le parece muy extraño, pero cuando le pasa de largo, voltea a ver y la joven se abraza a un hombre, de cabello ondulado y ojos avellanas, pero de expresión seria que parece regañar a la jovencita atolondrada que casi la hace caer.
Después de dar un suspiro, vuelve a acomodar su mochila y sigue su camino, por un momento ella recordó como solía sonreír e ir por la vida con alegría como aquella chica, sin tener que cuidar cada paso que tuviera que dar.
Alex Romero es un hombre de veintiséis años, ha dejado toda su vida en New York, necesita olvidar la traición más grande que ha recibido en toda su vida; el día que le iba a proponer matrimonio a su novia de tres años, la encontró en la cama con su mejor amigo. Seis meses después esos dos se estaban casando, agotado de los comentarios decidió dejar toda la vida que conocía detrás; y lo ha vuelto serio y cortante.
...Alex Romero...
Ha llegado a ver a su hermana Camila, quien tiene dieciocho años y ha pasado una temporada con sus abuelos paternos; la joven se fue sin decir nada para conectarse con la naturaleza, aunque sus padres quieren que estudie, ella parece no definir qué es lo que quiere; solo tiene un sueño y ese es cantar.
...Camila Romero...
- "Llegaste Alex, te quiero mucho hermanito", dijo Camila abrazando a su hermano.
- "Me alegra verte Cami, pero no me gusta que te hayas ido así, no sabes los peligros que hay", comentó Alex, con esa expresión que solo podía ser de descontento.
- "Ya soy grande, puedo cuidarme y no me pasó nada", replicó Camila.
- "Eres muy terca, lo bueno es que no te pasó nada; no vuelvas a hacer algo como esto", comentó Alex.
- "Vamos, tenemos que llegar a la estación de buses a tiempo, no podremos llegar hoy mismo al ranchito", dijo Camila con una sonrisa, buscando aliviar el enojo de su hermano.
Alex sonrió, Camila siempre emanaba esa alegría que daba confort al alma, tal vez él también necesitaba respirar la naturaleza y encontrar un poco de paz, después de que la vida le había mostrado lo feo de la traición.
Eliana estaba sentada en el bus, esperando que subieran los últimos pasajeros; eran la misma chica del aeropuerto y el hombre que abrazó con entusiasmo.
- "Espero un amor que me lleve al cielo con un beso, que me haga suspirar y enseñe a soñar despierta, voy a creer que está por ahí, esperando a ser encontrado, esperando a ser descubierto, esperando por mi corazón...", cantaba Camila mientras avanzaba por el pasillo del bus, con una voz muy armoniosa.
- "¿De quién es la canción?, tiene buen ritmo", comentó Alex, siguiendo a su hermana.
- "Yo la compuse, ayúdame con los arreglos, vamos tú eres muy bueno con los instrumentos", insistió Camila con entusiasmo que dejó caer su pañoleta sobre Eliana. "Lo siento, disculpe", dijo de inmediato.
Eliana solo sonrió, recuerda que ella solía componer canciones para su bebé, cuando estaba embarazada, y solía hacerlo con esa alegría.
- "Lo siento, a veces es algo atolondrada", afirmó Alex con aquella voz grave, que hizo que Eliana lo mirara fijamente.
Ambos cruzaron miradas por primera vez, fue una sensación extraña, los ojos azules de ella parecían transmitir una paz que Alex tanto anhelaba, y los ojos avellanas de él, parecían transmitir aquella calidez que Eliana había olvidado que existía.
Eliana sacudió su cabeza, era obvio que el hombre frente a ella era guapo, sentirse atraída podría ser algo muy natural, pero debía recuperar su control de inmediato, no tiene tiempo para esas tonterías se dijo, especialmente en un día como ese.
- "Debe tener más cuidado, al menos esto no lastima", dijo Eliana devolviendo la pañoleta a Camila.
- "Tendré mayor cuidado, disculpe", dijo Camila avergonzada, se dio cuenta de que su asiento estaba en la fila del costado y se apresuró a sentarse.
Alex siguió a su hermana, se dijo a sí mismo, que definitivamente aquella mujer de ojos azules era hermosa, pero se le notaba cierta altivez, también sacudió su cabeza, cuál sería la probabilidad de que se volvieran a encontrar y aunque así fuera, por ahora no quería involucrarse con nadie.
Eliana y Alex no saben que sus caminos se han cruzado de una manera que no podrán escapar a su destino, así se nieguen a creer que es posible volver a amar.