Perdón, Ya No Espero Amor

La frase hizo que Yahya casi se atragantara al escucharla. Tomó agua rápidamente y la bebió. "¿Bóxer?", preguntó.

"¡Sí! Le compré bóxer como regalo de agradecimiento a Martin. Para que cada vez que se baje los pantalones, piense en mí". Tiffany disfrutaba tranquilamente del helado frente a ella. Seguía usando la cuchara de postre.

"Ti... Tiffany, no es bueno que una chica..." Yahya fue interrumpido.

"Estoy haciendo algo bueno. Una alianza comercial entre dos familias, además, la ropa interior de mamá, ¿no la compra papá?", preguntó Tiffany señalando a su padre con la cuchara.

"Nosotros ya estamos casados", afirmó el padre, buscando una justificación.

"Nosotros nos vamos a casar. ¡Escucha, papá! No soy un ángel como Meira que nunca piensa mal, que nunca hace travesuras. Soy una adolescente genial llena de pensamientos salvajes y curiosidad". Una sonrisa se dibujó en el rostro de Tiffany. Aprovechando para arruinar su propia reputación que ya estaba... arruinada.

"Tiffany... piénsalo bien. Tu novio Beno también es bueno, puede trabajar en la empresa de tu padre después de graduarse". Yahya seguía sin estar de acuerdo, ya que había muchos rumores, no solo que estaba paralítico. Sino que Martin también era impotente debido al accidente que sufrió. Eso significaba... que su hija no podría tener descendencia si se casaba con Martin.

"Beno está enamorado de Meira. No me hagas pensar más en él". Tiffany levantó una ceja. Volvió a disfrutar del helado con tranquilidad.

"¡Hermana, estás equivocada! A Beno le gusto, pero ya lo rechacé. No es posible que le robe el novio a mi hermana". Meira miró a Tiffany, sus labios temblaban. Las lágrimas se retenían en sus ojos. Convenciendo a todos, dándole dolor de cabeza a Tiffany, con el drama de Meira.

"Papá, en los dramas o telenovelas, el padre separa a la protagonista de su protagonista masculino pobre. Luego la casa con un hombre rico, sin importar si ese hombre rico es feo o un vejestorio. Por ejemplo, Siti Nurbaya, que tiene que casarse con un vejestorio rico, por obligación". Tiffany suspiró un momento.

"Yo, que soy hermosa, sexy, inteligente y encantadora, prefiero a Martin que es rico. En comparación con Beno que es normal, pero ustedes se oponen. Es que... es estúpido", continuó riendo suavemente mientras negaba con la cabeza.

"Si a la hermana le gusta Martin, no podemos hacer nada más que apoyarla, ¿verdad?", dijo Meira con una sonrisa, sintiéndose feliz de que Tiffany terminara viviendo una vida miserable con un hombre discapacitado.

"¡Así se habla, hermanita imbécil!", dijo Tiffany sonriendo.

"¿H...hermanita imbécil?", Meira frunció el ceño.

"¡Así es! ¡Es un apodo cariñoso! Un apodo de cariño. En Corea es como mi perrito, también hay apodos como gatito dulce", respondió Tiffany, bebiendo agua, sonriendo con tranquilidad.

"¡Qué bueno! Se están volviendo más unidas. Pero debes seguir viniendo con tu hermana". Roy suspiró con fuerza.

"¡No quiero! Martin es más guapo que tú". Tiffany se levantó de la mesa del comedor, le sacó la lengua a Roy. Luego caminó rápidamente al segundo piso.

"¡Maldita hermana!", Roy suspiró, tratando de neutralizar su frustración.

Pero los hermanos son así, ¿no? A veces, las pequeñas peleas los hacen más unidos. No una relación dulce por fuera, sino ocultando un cuchillo para matar a sus espaldas.

Meira disfrutaba de su helado. Un collar de gran valor estará en manos de Meira esta noche. Mientras que Tiffany será odiada por Martin por usar un collar falso.

El estatus de Tiffany no debe ser superior al suyo. ¿Qué derecho tiene una niña de orfanato pueblerina? Solo una sanguijuela que casualmente tiene lazos de sangre con la familia Wiratmaja.

"Papá, acabo de aprender a hacer té matcha, ¿qué tal si lo probamos juntos?", dijo Meira con una sonrisa, la imagen de una niña buena, obediente y devota se aferraba a ella.

Guardando todo detrás de una máscara. Uno por uno debe irse. Ella odia a Roy que debe compartir la herencia y la atención con ella. Sobre todo, odia a Tiffany que quiere robarle su estatus y todo lo que le pertenece.

Por primera vez su madre la golpeó. Haciéndola odiar esto de verdad. Toda la familia en esta casa es culpable.

Sin darse cuenta de que Tiffany estaba mirando a Meira desde el segundo piso. ¿Qué otro juego jugará su hermanita imbécil querida?

Pero algo era extraño, Safira se levantó. Como si evitara a Meira, haciendo que Tiffany frunciera el ceño.

"No me importa, y no quiero tener esperanzas". Murmuró Tiffany, caminando hacia su habitación. Esperar es algo doloroso. Dos años tratando de ser una niña buena, tratando de ser amada. Pero todo termina en vano.

***

Exactamente a las 12 de la noche, Meira abrió los ojos. Todavía vestida con su pijama, usando guantes sacó el collar de su cajón. Un collar que encargó exactamente igual al collar de Tiffany, solo que diferente en cuanto al material.

Esto era normal para ella. Comenzando desde que tenía 15 años, hasta ahora. Cada vez que veía una nueva joya de su madre, Meira tomaba fotografías en secreto.

Luego encargaba joyas idénticas al artesano. Pero obviamente con materiales mucho más baratos. Casi el 80% de las joyas de su madre son imitaciones. Más precisamente, han sido cambiadas por ella por joyas de imitación.

Quería tener las joyas que tenía su madre. Pero si lo pedía, su reputación como niña buena se arruinaría. Haciendo que la reputación de Roy sea mejor que la de ella. Hasta que todo cayera en manos de Roy. Por lo tanto, es mejor robar, ¿no? ¡No! No robar, sino cambiar.

Esta vez cambiará el collar de Tiffany. Diamante rosa auténtico, eso es lo que tiene en su mente. No está dispuesta a que Tiffany tenga un collar valorado en miles de millones de rupias.

Hasta que sus pasos se detuvieron frente a la habitación de Tiffany. Abrió la puerta con una llave de repuesto. Sus ojos examinaron, observando a Tiffany que dormía profundamente dándole la espalda.

Le daban ganas de matar a Tiffany en este momento. Pero, hacer que la vida de Tiffany sea peor que la muerte es su objetivo.

Revisó la habitación, hasta que encontró una caja de terciopelo en un cajón cerca de la cama. Su rostro sonrió mirando el collar que era tan hermoso. Hecho de oro blanco, decorado con un diamante rosa.

Suspiró, al final lo cambió rápidamente. Usando un collar con la misma forma y color. Tal vez lo que los diferenciaba era solo el material de fabricación. Intencionalmente cambió el diamante rosa por un material de vidrio frágil. Para que Martin vea por sí mismo cómo su novia cambia su regalo por algo barato.

Cerró el cajón, luego volvió a cerrar la puerta de la habitación de Tiffany. Solo entonces Meira regresó a su habitación.

El rostro de Meira sonrió, abrazando el collar que era tan hermoso. Rodó en la cama. "Esto solo es digno de que lo posea yo". Murmuró, probándose el collar. Mirando el reflejo de su rostro en el espejo.

***

Sin darse cuenta de que poco después de la partida de Meira, los ojos de Tiffany se abrieron lentamente. La chica se levantó de la cama.

Lentamente abrió el cajón, una caja de terciopelo se podía ver. Tiffany la abrió de inmediato, mirando el collar que había puesto Meira. Su rostro sonrió, suspiró con fuerza.

Encendió la luz de su habitación, luego hizo coincidir el vestido que usaría mañana.

"¿Qué color debería usar... para que mi hermana no se decepcione?", murmuró sonriendo, poco a poco riendo.

Hay una razón por la que Tiffany no lo destruyó directamente. Porque, cuanto más esperas la victoria... más duele cuando te conviertes en un perdedor.