Ella es Karen, quien de manera misteriosa ocupa el cuerpo de Samanta, una emperatriz que está destinada a morir.
Ahora que un alma diferente ocupa ese cuerpo, las cosas no serán tan simples para aquellos que le hicieron daño a Samanta.
Esta alma nueva quiere venganza
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Tarde de té
Pasado ese momento, todos terminaron de desayunar, y eso incluye a Samanta, quien por orden del emperador recibió un desayuno muy bueno.
Cuando todos terminaron de desayunar, cada quien se fue a hacer sus funciones, y Samanta en compañía de su doncella Julia se fue al salón de clases, en dónde la esperaba una señora de mediana edad.
La señora al verle llegar hace una reverencia, y Samanta solo agradece, para luego tomar asiento. Julia se fue a hacer otras cosas, dejando sola a Samanta.
Cómo ya tiene los recuerdos de ese cuerpo, Samanta se desempeñó bien en sus clases, dejando asombrada a la maestra.
Lo mismo pasó con las demás maestras, quienes estaban muy a gusto con la inteligencia de la futura emperatriz.
Su desempeño fue informado a la emperatriz madre, quien aunque no sienta agrado por la joven, está complacida con su educación, lo mismo pasó con el emperador.
Las clases terminaron a la hora del té, y Julia llegó a buscarle, para que vaya al jardín a tomar un descanso.
Ella le hace caso, y al estar ahí, Julia le sirve té y postre, y ella comenzó a degustar.
Pero mientras comía sus postres, llegaron las concubinas y se sentaron frente a ella, sin siquiera ser invitadas.
—Miren nada más a quién tenemos aquí, está aparecida apenas entra al palacio, y ya se cree la dueña de él— dice con arrogancia Ana, quien es la primera concubina del emperador y por el momento, la favorita, ella es hija de un conde con mucha influencia en la corte real.
Al ver la falta de respeto que tienen esas mujeres, Samanta deja de comer y habla.
—¿Me pregunto si ustedes recibieron educación básica para ser una señorita decente? Sentarse en un lugar donde está una persona comiendo, sin ser invitada, es de mala educación, y ustedes están siendo unas maleducadas, parecen unas plebeyas — dice ella con desagrado.
Ana solo sonríe, para luego decir.
—No te creas tanto por estar en ese puesto, en cualquier momento, yo puedo tener un hijo del emperador, y tú serás echada fuera de este palacio y yo seré emperatriz — dice la mujer y Samanta ríe.
—Vas muy lenta, ya hace tiempo que estás aquí y aún no veo ningún niño por el palacio, al paso que vas, alguien más tendrá hijos del emperador, como por ejemplo tus fieles perras, después de todo, son zorras al igual que tú— dice la joven riendo con burla.
La mujer en esos momentos sintió vergüenza, y para vengarse de las palabras que le dijo Samanta, tomó la tetera del té y la quiso arrojar encima de ella, pero Samanta le tomó la mano a tiempo y detuvo esa acción.
—Escucha bien zorrita, no te metas conmigo, porque me vas a conocer, no estoy para sus juegos de mujeres despechadas, y menos para prestarme a ellos, si me hacen enojar, todas ustedes sufrirán mi ira, y eso va para todas, ahora largo de aquí antes de que me olvidé que son mujeres y le dé una paliza que las dejé paralíticas
— dice ella y le quita la tetera a Ana, quien estaba asustada, pues cuando Samanta hablaba, se sentía una aura aterradora, todas sintieron lo mismo.
Todas se levantaron de las sillas y se fueron de allí casi corriendo, dejando a Samanta en el jardín con Julia.
La doncella estaba sorprendida y no sabía qué estaba pasando, ya que nunca esta muchacha había sido tan violenta.
Samanta en cambio, solo sonríe por la reacción de esas mujeres, y tiene planes de divertirse aún más.
Pasado ese momento, Samanta continuó su tarde de té, y se retiró del jardín cuando así lo creyó posible, al llegar a su habitación, habla algo con la traidora de Julia.
—Julia, sé que eres fiel a mi hermana, y creo que lo mejor sería que tú seas su doncella personal, además, yo sé que fuiste tú quien le avisó a mis padres de mi escape, y no deseo una sirvienta tan lengua floja como tú— dice ella con mala cara y Julia trata de justificarse.
—Lo hice por su bien, señorita, déjeme estar con usted, yo prometo ser fiel a partir de hoy— dice la mujer un poco triste, pero en realidad, esas palabras son más falsas que la peluca de una muñeca.
—No soy tan tonta como te imaginas, ya dije lo que tenías que decir, mañana mismo te vas a la mansión— dice la joven para luego ordenarle a Julia salir de la habitación, y ella de mala gana lo hace, y jura volver.
Después de todo, si ella hoy es la doncella de Samanta, es debido a que Selma de buen corazón se lo pidió, no por voluntad propia.
Ese mismo día ella hizo su equipaje para marcharse mañana, mientras que Samanta, estaba en su habitación meditando algunas cosas.
“No tengo dinero y si no hago algo, pronto moriré, tengo magia, pero no sé cómo se activa o se usa, y no tengo como pagar un maestro a no ser que…” piensa Samanta para luego ir a ver si tiene entre sus cosas, algo de valor para vender y ve algunas joyas sencillas.
“Creo que esto servirá para obtener algo de dinero, si las cosas no me salen bien, debo escapar a otro lugar, y hacer una nueva vida lejos de esta gente mala” piensa ella mientras mira sus cosas.
Ese día, ella durante todo lo que quedó del día, se la pasó meditando en la situación, y decide que no se dará por vencida aunque las cosas estén difíciles. En nombre de la verdadera Samanta tiene que tomar venganza, y ya sabe cómo.
Para el día siguiente, Samanta mantuvo un perfil bajo, y durante el día se la pasaba estudiando, y en secreto leyendo libros de magia.
Ella por el momento no tiene doncella, y tampoco le hace falta, puesto que, no puede confiar en nadie aún.
Su familia no se ha puesto en contacto con ella, y eso es algo que no le importa, después de todo, con la muerte de la verdadera Samanta, también murieron los lazos familiares con esa gente.
Ella aún no ha logrado salir del palacio, pero ese día, luego de terminar con sus clases, fue a la oficina del emperador para pedir permiso para ir al pueblo y así vender sus joyas, y de paso buscar información sobre un maestro de magia.
El emperador le dio el permiso, pero le advirtió que si intenta escapar, los guardias tienen orden de matarla en el acto.
Ella sabe que ese hombre tan desagradable no miente y por esa razón mejor hará las cosas bien y con mucha discreción.
Por lo que tras despedirse del emperador, salió del palacio siendo seguida por algunos guardias.
Se fue en un carruaje, el cual no era para nada elegante, ella no prestó atención en ese detalle, ni es algo que le interese tampoco.
Haber si ahora empieza a pensar con la cabeza de arriba y no con la de abajo 🤣