La Luna De Los Trillizos Alfas

Emma

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—¡Jack! — digo jadeando con su cara en mi feminidad —¡Ah! — el gemido escapa de mis labios cuando siento que introduce un dedo en mi interior.

Tomo el cabellos de Jack pero este toma mis muñecas y las pone arriba de mi cabeza, se acerca a mis labios y los pega a los suyo en un beso vehemente y lleno de deseo introduce otro dedo en mi interior lo que me hace arquear un poco la espalda y gemir en su boca, siento que estoy al borde del colapso sus dedos entran y salen de mi interior con velocidad y el echo de no poder tocarlo me desespera, los músculos se me tensa y él lo nota pero en vez de seguir se detiene haciendo que habrá los ojos de golpe.

—Tranquila pequeña te lo recompensaré— dice alejándose — ¿Cual quieres que sea primero? — me pregunta y me siento de golpe y el hecho de que fijen sus miradas en mis pechos me da vergüenza por lo que me cubro con las mejillas encendidas.

—¿Cual quieres que sea tu primera vez Amor? — pregunta Sam.

¿Enserio tengo que elegir? ¿Por qué me hacen esto?

—Solo dilo pequeña, ninguno se enojará por tu decisión— dice Jack.

Miro a los trillizos, pero termino mirando a Jack por más tiempo, no se por que pero me gusta su actitud dominante.

—Bueno hermano te ha elegido a ti — le dice Noah mientras camina y se sienta en el sofá frente a la cama ¿Estarán viendo todo?.

—Bueno mi amor, no te preocupes si Jack no será tierno contigo yo si lo seré — dice Sam dándome un beso en los labios ¿Como que no será tierno?.

—La estás asustando Sam — dice Jack.

—Entoces has que no tenga miedo — responde.

—Aún quieres que sea yo el primero? — me pregunta Jack, ocultando mi vergüenza asiento con la cabeza.

Tierno o no, lo quiero.

En menos de nada tengo al mayor de los trillizos encima de mi, besando mis labios mientras sus manos aprietan mis pezones, la habitación se llena con mis gemidos, veo a Jack alejarse un poco y termina quitándose el pantalón, vuelve a mi y me besas un jadeo sale de mi boca cuando siento si miembro rozar mi zona, el me mira como si estuviera esperando a que le diera mi permiso, lo miro y asiento diciéndole que continúe.

—Habré — me ordena en un susurro cerca de mi oído.

Hago lo que me pide, él se acomoda y siento como acomoda su miembro en mi entrada.

—Si quieres que pare solo dímelo ¿Ok? — asiento en respuesta.

Jack introduce su miembro en mi interior despacio, se detiene cuando hago una mueca de dolor y arqueo la espalda.

—¡Sigue! Por favor — le digo en un gemido, Jack hace lo que le pido, toma uno de mis pecho y se lo lleva a la boca mientras estimula mi clitoris cosas que hace que le ayuda adentrarse más a mi.

—¡Ah! ¡Oh diosa! — digo cuando Jack entra por completo con un poco de fuerza.

Empieza con movimientos suaves y lentos que poco a poco van aumentando, al ver que no lo detengo aumenta la velocidad y la fuerza en sus embestidas, siento sus embestidas más fuertes lo que me lleva aruñarle la espalda provocándo que un gemido se escape de sus labios y confieso que me encanta sus gemidos tan varoniles.

—¡Márcame! — le pido en un susurro.

—Lo que ordena mi pequeña Luna — dejo mi cuello al descubierto y Jack no duda en enterrarme su colmillos ahogó un grito cuando siento sus colmillos en mi piel.

Ahora sus embestidas son más fuertes lo que me hace enterrarle mis uñas en su espalda, él toma mis manos en su mano y la pone sobre mi cabeza, lleva su boca a uno de mis pecho y los chupa y muerde sin ninguna delicadeza con su mano libre masajea y aprieta mi otro pecho, me tiene entre el dolor y el placer y como buena masoquista elevo mis caderas exigiendo más.

—Mmm, me saliste masoquista pequeña Luna — dice y él que me hable de esa manera hace que los músculos se me tenses el lo nota y en vez de ir lento me embiste con más fuerza.

—¡Oh, Jack! ¡Si, así! — un par de embestidas más y llegó a mí límite liberando mi orgasmo, Jack no para si no que sigue y luego de unos segundos siento como llega su liberación vaciándose dentro de mi.

Jack sale de mi, y me da un beso en la frente aún estoy atontada por lo que acaba de pasa ¿Me ha marcado? Si, si lo ha hecho, no puedo evitar la sonrisa que sale de mis labios.

—¿Está satisfecha Nena? — pregunta Noah.

—Quiero que tú seas el siguiente — le digo a Noah.

Noah no tardó mucho en posicionarse y entrar en mi de una sola embestida haciéndome gemir fuerte ¿sera que el único tierno será Sam? Creo que él debió ser primero, pero mi lado masoquista quería primero al rudo, luego al apasionado y después al tierno.

Noah entraba y salía de mi con un movimiento rápido, suave y fuerte a la vez, a diferencia de Jack el si deja que lo toque, Noah es el que más le gusta recibir afecto físico, por lo que aprovechó de pasar mis mano por su pecho desnudo, mis gemidos se meza clan con lo suyos hasta que de un momento a otro se detiene pero antes de que pueda pronunciar una palabra me gira, y con un movimiento rápido terminó acostada boca abajo Noah eleva mi cintura dejándome en una posición que me causa vergüenza.

—No te avergüénces nena, o mejor aún, de hora en adelante no sientas vergüenza con nada de lo que te hagamos — dice Noah y antes de que pueda hablar entra en mi de una sola embestida y empieza a follarme por detrás chocando su pelvis con mi trasero.

—¡Ah Noah! Si, — digo cuando embiste y nalgue mi trasero.

Noah masajea mis pechos y siento como mi cuerpo se tensa con los espasmos, Noah aumenta la velocidad y antes de que me de cuenta me toma por el cuello alzándome hasta que mi cabeza queda rescostada en su pecho sin parar con las embestidas y apunto de obtener mi liberación.

—Ahora es mi turno de reclamarte — dice y clava sus colmillos en mi cuello, apenas siento sus colmillos en mi piel llega mi liberación junto con la de Noah.

Ya me he corrido tres veces y siento que no puedo más, mi cuerpo se pega al de Noah tratándo de mantener el equilibrio Noah me suelta poco a poco dejándome acostada en la cama, y aunque admito que estoy cansada aún no siento mi cuerpo satisfecho, agotada y un poco adolorida poso mi mirada en Sam quien está junto con Jack.

—Cariño, creo que deberías descansar— dice Sam.

—Pero yo quiero estar contigo también— digo, Sam duda un poco antes de acercarse.

—Si te sientes muy cansada me dices ¿ok? — dice y yo asiento, sabiendo que no se lo dire, podre estar cansada pero hasta que no esté cien por ciento satisfecha no pararé, creo que mi cuerpo asimilo que tiene a tres compañeros que complacer, ahora falta que se acostumbre a estar con los tres.