Endemoniadamente Peligrosas

Laura:

Abrí los ojos tratando de ubicar donde me encontraba, levanté mi mano viendo que tenía un transfusor y otro catéter de medicamentos, traté de moverme viendo a Dylan que se levantó de inmediato llegando a la cama sentadose aun lado.

Dylan: No hagas ningún esfuerzo.

Laura: don… ¿Dónde estoy?

Dylan: en casa de Elena.

Laura: Elena… ¿la esposa de mi padre?

Sonrió asintiendo con la cabeza, era extraño llamar a Guido como mi padre, pero lo era y tenía que aprender a llamarlo como tal, según Elena era lo mejor.

Dylan: si, Elena, la esposa y la única mujer de tu padre.

Tragué saliva mirando hacia el techo, mis ojos se humedecieron, no sé que tanto sepa Dylan de lo sucedido, pero que estuviera aquí era que Elena ya debió decirles lo que había pasado, llevé mi mano hacia mi rostro soltando mis lagrimas a todo lo que daban.

Dylan: Tranquila, todo va a pasar.

Negué con la cabeza, lo miré aun con las lagrimas imposible de contener.

Laura: Hay muchas personas malas que nos quieren hacer daño.

Dylan: Lo sé, claro que lo sé, pero quiero que estes bien, que lo que pasó, sea parte de nuestro pasado, no importa que…

Guardó silencio, entrelazó nuestros dedos llevando mi mano hacia sus labios dejó un beso sobre mi mano mirándome.

(Escuchen: Forever, Carlo Siliotto)

Dylan: Te encuentro triste, sin ganas, sin ilusión y no me atrevo a tener una charla contigo sobre lo que te preocupa. Sin embargo, no quiero que pienses que no me importa. Estoy para lo que necesites Laura por que tienes que saber que cuentas conmigo, amor, que te quiero en lo bueno y en lo malo y que voy a estar a tu lado en estos momentos tan difíciles. Puedo garantizarte que vas a superar esta situación, que vamos a superar esta situación y vamos a volver a nuestra vida de antes, con menos preocupaciones, con menos responsabilidades. Voy a intentar que cada noche puedas conciliar el sueño, que te acuestes tranquila, sin inquietud ni angustia, porque estoy a tu lado y no voy a permitir que este problema nos hunda. No estás sola, mi vida, quiero que lo sepas. Pase lo que pase, yo seguiré ahí buscando la forma de acceder a tu interior, dándote consuelo y repasando juntos todas las soluciones. Porque también puedo asegurarte que vamos a encontrar una solución, que nuestra relación está por encima de cualquier problema, que en realidad está por encima de cualquier cosa. Ten fuerza, por favor, porque cuentas con mi apoyo, con mis ganas y con mi amor.

Laura: No sé si pueda Dylan… cada vez que algo bonito nos pasa, llega algo peor, nuestro bebé, nuestro bebé no se tenía la culpa.

Sus ojos se humedecieron, pasó su dedo pulgar apartando mis lagrimas.

Dylan: A veces las cosas pasan por y para algo, quizá no era nuestro momento de ser padres, no fue tu culpa, solo de las personas que tanto daño te quieren hacer.

Laura: Me estoy rompiendo en pedazos, no sé si pueda con ello.

Dylan: ¿sabes quien eres?

Cerré los ojos con fuerza negando con la cabeza, no estaba para responder preguntas cuando el corazón me dolía más que mi propia vida.

Dylan: Eres la mujer que ha superado cosas que nadie imagina. Eres la que se levanta cuando otros se darán por vencidos. La que no teme empezar de nuevo y que sigues soñando en grande. Ni necesitas de nadie te de permiso para ser extraordinaria. Cuando puedas contar tu historia y no te hace llorar ahí es cuando te das cuenta de que has sanado... hay algo profundamente honesto acerca de eso... Sanar no se trata de curar o borrar el dolor, se trata de llévalo de otra forma, con una fuerza tranquila ya no te afecta cuando hablas de ellos nunca más, no te desarmas, solo lo mencionas, y ese momento te das cuenta de que eso es haber sanado.

Laura: No podré.

Dylan: Lo harás, poco a poco, hay muchas personas allí afuera preguntando por tu bienestar, te aseguro que no habrá nadie que no te apoye Laura, no quiero una mujer que se rinda, apenas vamos empezando por todo este proceso, no te permitas rendirte sin intentarlo.

Para Dylan era tan fácil decirlo, él que creció entre ellos y que ha conocido lo que se tiene que pasar en la vida de lo que era esta mafia, pero yo, yo tan solo puedo levantarme por las mañanas y decir vamos de nuevo a ver que me pasa hoy.

Acarició mi cabello dejando un beso en mi frente, se apartó sonriendo. Apretó mi mano llevando a su frente, podía sentir que le estaba afectando igual lo que ha pasado, pero Dylan muy pocas veces habla de lo que siente, o lo que le afecta, siempre ha sido de los hombres que sin temor sigue adelante.

Dylan: Laura estoy aquí, vengo a recordarte que eres capaz. Capaz de conseguir el trabajo de tus sueños, de vencer tus miedos. A decirte que la altura no se mide en centímetros y eres capaz de llegar tan alto como te apetezca. Vengo a decirte que tienes pasos de gigante, que pequeña es el antónimo perfecto de todo lo que eres en realidad. A decirte que podrías bajarte la luna si quisieras, pero sé que eres más de pisar fuerte y dejar huella. Vengo a recordarte que no tienes imposibles, que ni siquiera con el corazón roto han podido detenerte, y como siempre, has salido más fuerte. Que no importa si prefieres blanco o negro, tu sonrisa combina hasta con tus inseguridades. Y es que vengo con toda la intención de que, hoy más que nunca, dejes en el suelo las palabras que tiran como lanza los que no conocen lo que hay detrás de la coraza. Recordarte ese justo momento en el que dijiste no más, no más a los abusos, no más al daño, no más al maltrato, ese momento en el que te tragaste el miedo y lo arrojaste justo encima de quienes lo cultivaron, ese momento en el que decidiste ser tú. Vengo a decirte, por si acaso nadie lo ha hecho, lo bien que te ves con esa mirada valiente. Por si al espejo se le pasó recordarte lo mucho que te lucen las imperfecciones que llevas puestas. Vengo a recordarte que no pares de soñar, que sí existe el amor de tu vida, que mereces a alguien que te acelere el corazón como nunca nadie ha sabido hacerlo antes, que ha llegado quien ame tu libertad, tu terquedad, quien te ame entera.

Sonreí apretando su mano, eso era cierto, él me permitía ser como soy, sin necesidad de decirme que no quería que hiciera algo, es más, él deseaba que me arriesgara y luego sino funcionaba corregirlo.

Dylan: Quiero decirte que sí, que puedes vestirte como quieras, que puedes salir a la calle sin miedo, que puedes gritarle al mundo que se coma sus opiniones porque hoy todo lo que llevaras puesto es tu seguridad, y contra eso el mundo tiembla. Lucha Laura, lucha en nombre de quienes han creído en ti, lucha en nombre de ti misma, lucha en nombre de aquellas que han sido silenciadas frente a la injusticia de la vida y vístete de valor, no solo hoy, sino cada día de tu vida, porque el mundo tiembla, tiembla cuando decides ir por lo tuyo, cuando abres las puertas decidida, cuando no te quedas a esperar a que lo hagan por ti. Libérate Laura, libérate de las etiquetas, que puedes usar la talla que quieras, llevar el pelo suelto o en moño. Libérate y vuela, que has nacido para volar sin límites y caminar libre, que si te cuento un secreto, ser mujer es la mejor cualidad que tienes, y cuando alguien te diga débil baila con sus palabras y devuelve una sonrisa esa que clavas y te hace inolvidable, indestructible, imparable. No te lo digo por que mis sentimientos hacia ti son muy fuertes, te lo digo por que tengo derecho de decirte lo que necesitas saber.

Me iba levantando, me ayudó a quedarme sentada mirándolo.

Laura: no sé que pensar.

Dylan: En este momento no creo que pienses claramente, solo son procesos y etapas de la vida que tiene una que ir superando para avanzar. Laura eres fuerte y vulnerable a la vez, hay cosas que aun no comprendes, pero así como tú, cada una de las mujeres de Guido, Santino, Dimitri y Daemon, han sufrido como no tienes idea, han pasado por cosas terribles, pero se levantaron, ahora míralas, no trates de ser como ellas, sé mejores que ellas, por que un secreto te voy a decir.

Se acercó un poco más rosando su dedo pulgar en mi barbilla.

Dylan: Tendrán un temor hacia ati, los ojos de todos nosotros estarán puestos en ti, no por que eres la hija de Guido, sino por que eres lo que necesitamos para fortalecernos.

Laura: ¿Qué cosa? No entiendo.

Dylan: Todos quieren tenerte por lo importante que eres para las generaciones que vienen, despiertas tú, despiertan los hijos de los genes Centuri. Daemon está Loretto, Dimitri está Fiorella y Deani, Guido, estás tú. Por ser los primogénitos, claro que con Deani es un caso especial, por que su poder de ella lo obtuvo desde muy pequeña, pero esta generación es lo que se necesita. Podemos con eso y más…

Asentí con la cabeza…

TOC!! TOC!!

La puerta se abrió, miramos hacia la entrada viendo a Dimitri que asintió con la cabeza, se acercó a nosotros revisando los medicamentos que tenía puestos, cerró el medicamento…

Dimitri: Daemon, Valentina, Willow, Nahir y Santino vienen mañana a primera hora. Tenemos que hablar Laura.

Laura: ¿Qué pasa si no quiero seguir con todo esto?

Dimitri miró hacia Dylan, no era cosa de Dylan, pero quería saber por que no soy igual a todos ellos. Eso lo sabemos.

Dimitri: No es una opción, es tu deber. ¿Quién te hizo esto Laura? ¿Quién sacó de tu vientre a tu bebé?

Laura: Dina, la ex mujer de mi padre. Ella junto a don Elías. Es más Elena llegó en el momento que tenía que ser, trajimos al señor Elías.

Dimitri: ¿Qué cosa?

Laura: Elena y yo lo llevamos a uno de los cuartos de debajo de este lugar. Elena lo golpeó hasta cansarse, lo dejó casi muriendo, pero se lo merecía.

Dimitri: Elías Braxton ¿está aquí?

Laura: Si, en algún lugar de este lugar…

Dimitri salió apresurado del cuarto, espero no tener que ser la causante que le reclamara a Elena, ella hizo lo correcto, tenían muchas cosas en su mente por hacer, cuando me las iba diciendo me asustaba pensar que Elena tuviera esos pensamientos, pero solo ella lo podía decir.

Dylan se levantó siguiendo a Dimitri, tenía que ir donde estaban ellos no fueran a cometer una tontería cuando Elena solo ha querido ayudar. Así toda herida y con dolor, lo iba a impedir, no dejaré que nadie le haga más daño a Elena. 

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