En un reino medieval fantástico sumido en la desestabilización mágica, un joven llamado Daniel se reencarna en el cuerpo de un humilde campesino en un mundo lleno de magia y aventura. Dotado con un sistema mágico que le permite avanzar rápidamente, Daniel se une al ejército del reino con el objetivo de convertirse en caballero y proteger el reino de las crecientes amenazas.
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El Enigma del Corazón de Hielo
Capítulo 4: El Enigma del Corazón de Hielo
El amanecer llegó con un frío penetrante que se colaba entre las rendijas de la cabaña de entrenamiento en el cuartel. Daniel despertó con una mezcla de ansiedad y emoción, ansioso por el nuevo día y las oportunidades que pudiera traer. Desde el torneo, había dedicado cada minuto a mejorar sus habilidades y a prepararse para cualquier oportunidad que pudiera surgir para acercarse a la princesa Lyra.
La rutina diaria continuó con intensidad. Daniel completó su entrenamiento físico, afilando sus habilidades de combate y aprendiendo tácticas militares bajo la dirección de los instructores. Su dedicación y esfuerzo comenzaban a notarse. Cada vez más, se ganaba el respeto de sus compañeros, quienes notaron su compromiso y perseverancia.
En la hora del almuerzo, mientras compartía una sencilla comida con algunos de los soldados, la conversación giró en torno a los recientes eventos del castillo. La noticia de la llegada de un emisario extranjero había sido el tema candente de los últimos días, y los rumores sobre la princesa Lyra no cesaban.
—Dicen que el emisario trae noticias importantes sobre una alianza con un reino lejano —comentó uno de los soldados, mientras cortaba un trozo de pan—. Puede que esto cambie el equilibrio de poder en la región.
—Sí, y también se dice que la princesa está involucrada en las negociaciones —añadió otro—. Parece que se está moviendo en los círculos de poder más de lo habitual. Eso puede ser una buena oportunidad para quienes buscan destacarse.
Daniel escuchó atentamente. La mención de la princesa Lyra y su involucramiento en las negociaciones le dio una idea. Si había una oportunidad para acercarse a ella, podría estar relacionada con los eventos actuales en el castillo. Decidió que debía estar al tanto de cualquier novedad.
Esa misma tarde, después de completar su entrenamiento, Daniel se dirigió hacia la ciudad para investigar. Caminó por las calles bulliciosas y se dirigió hacia la posada donde solía escuchar rumores. Sabía que, en la posada, los viajantes y comerciantes solían hablar de los eventos importantes.
Cuando llegó, se encontró con el lugar lleno de gente, entre ellos nobles y mercaderes que discutían animadamente. Daniel se acercó a un grupo de hombres que hablaban con entusiasmo sobre las recientes noticias del castillo.
—Parece que la princesa Lyra está más involucrada que nunca en los asuntos del reino. Dicen que su presencia en las negociaciones es clave para asegurar la alianza —comentó uno de los hombres.
—Sí, y algunos creen que tiene un motivo personal para impulsar esta alianza —añadió otro—. La princesa ha estado muy reservada últimamente, y se rumorea que está tratando de obtener algo más que solo poder político.
El corazón de Daniel latió con fuerza. Algo en esas palabras le dijo que había más detrás de la aparente frialdad de la princesa. Estaba decidido a averiguarlo.
Esa noche, mientras caminaba de regreso al cuartel, se encontró con Eveline de nuevo. Ella estaba esperando en una esquina oscura, como si hubiera estado vigilando la posada. Su rostro estaba parcialmente oculto bajo la capucha de su capa.
—¿Has descubierto algo interesante? —preguntó Eveline en un susurro.
Daniel asintió, tratando de mantener el tono discreto.
—He oído que la princesa está profundamente involucrada en las negociaciones para una alianza con un reino lejano. Parece que hay algo más en juego que solo política.
Eveline lo miró con seriedad.
—Eso es verdad. La princesa está tratando de conseguir algo muy personal con esta alianza. Pero no es fácil saber qué es exactamente. Los rumores en el castillo sugieren que tiene una razón más allá del poder y la política.
—¿Qué tipo de razón? —preguntó Daniel, sintiendo que se estaba acercando a una pista importante.
—No estoy segura, pero se dice que tiene algo que ver con su pasado y con una deuda que debe saldar —respondió Eveline—. Lo que te puedo decir es que debes tener cuidado. La princesa ha hecho enemigos en su camino, y esos enemigos podrían estar al acecho.
Daniel asintió, consciente de la gravedad de la advertencia. Sabía que su deseo de proteger y acercarse a Lyra podría ponerlo en peligro, pero estaba dispuesto a enfrentarlo.
A la mañana siguiente, Daniel recibió una nueva asignación en el cuartel: debía participar en una guardia de honor para el emisario extranjero que llegaría al castillo. Era una oportunidad perfecta para observar de cerca la interacción de la princesa Lyra con el emisario y para obtener más información sobre la situación.
El día del recibimiento del emisario, el castillo estaba en pleno esplendor. Banderas y decoraciones adornaban cada rincón, y el ambiente estaba cargado de expectativa. Daniel, vestido con el uniforme de guardia, se colocó en su puesto con precisión, observando cada detalle con atención.
Cuando el emisario llegó, fue recibido con gran ceremonia. Era un hombre de estatura imponente y aire enigmático, acompañado de una comitiva que reflejaba la riqueza y el poder del reino del que provenía. Daniel se mantuvo en su posición, pero sus ojos seguían a la princesa Lyra.
Lyra estaba elegante en un vestido dorado que brillaba a la luz de las antorchas. Su postura era majestuosa y su expresión, aunque controlada, mostraba una mezcla de determinación y ansiedad. El encuentro entre ella y el emisario era cargado de tensión, y Daniel notó que había algo más en la conversación, algo que no era evidente para los espectadores.
El evento transcurrió con formalidad, pero Daniel se dio cuenta de que la interacción entre la princesa y el emisario tenía un trasfondo complicado. Había palabras intercambiadas en susurros y miradas que denotaban más que simple cortesía. La princesa parecía estar buscando algo en la negociación que iba más allá de los términos políticos.
Al final del día, cuando la mayoría de los invitados se había retirado y el castillo comenzó a calmarse, Daniel se dirigió a sus habitaciones con una sensación de inquietud. Sabía que estaba a punto de entrar en un terreno peligroso, pero su determinación de entender y proteger a la princesa Lyra no había hecho más que crecer.
En la quietud de su habitación, Daniel repasó lo que había observado. Las piezas del rompecabezas empezaban a encajar, pero aún quedaban muchos huecos por llenar.
/Brokenheart/