Nicolina, una sexi y curvilínea Italiana regresa luego de 10 años, para abrir un Bar que promete subir el calor en los Ángeles.
Bruno Altamirano un seductor, frio y sumamente organizado, se abre paso en el mundo de la arquitectura, ajeno a que la jovencita de la que se enamoro perdidamente en su juventud, regresó a su vida ordenada tan solo para desmantelarla con un documento que podría cambiarlo todo.
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Las curvas de Lina
-Vamos acepta, ¿Qué puedes perder? - Inclino el torso, acercándose tanto como podía a la adolescente que hacía más de media hora estaba muy concentrada en uno de los múltiples bancos, bajo uno de los árboles del instituto, estudiando.
Lo observo sobre sus gafas, de arriba abajo y tuvo que aceptar que aquella ropa deportiva le quedaba como hecha por los dioses marcando en detalle su preciosa estructura.
- Te golpeaste con algo Altamirano- dejo salir\, sin demostrar que tenerlo tan cerca era un placer. Y es que a esa edad las hormonas huelen a rosas\, corazones y otras cosas más.
El negó inclinado solo un poco la cabeza, con aquel gesto que lograba que todas las chicas se derritieran, inclusive ella
-Me gustas, quiero salir contigo, acaso ¿hay algo de malo en eso? - sus labios se curvaron hacia un costado y los ojos color café que lo veían fríamente, no pudieron evitar observar esas perfectas y varoniles facciones.
Quien podría, era el chico más lindo y muchas morían por su atención. Pero la italiana tenía sus reservas, en especial por el trato que solía recibir de algunos de sus allegados; aunque el hermanito Greco, Luka para ser preciso los ponían en vereda.
A excepción de ese año, estaba sola, sus hermanos se habían graduado y debía cuidarse de todo y de todos.
-Mira, no tengo tiempo para esto, solo ve a correr detrás de la pelota y déjame aquí. - agito su mano moviendo la pelotita de colores que colgaba de su lapicera y dio un mordisco al bastón de caramelo que sostenía en la otra mano
El muchacho que minutos antes tenía las palmas apoyada en la mesa de material, suspiro y se sentó frente a su objetivo, no se iría sin un sí, estaba en juego su colección de tarjetas.
-¿Es historia?- tamborileó con sus dedos el libro que se entraba en medio de ambos, buscando llamar la atención.
Ella elevo la mirada y busco a los lados- Ahora lo entiendo- murmuro exhalando el aire con desespero.
-¿Qué cosa?- sonrió y por poco el corazón desbocado se escapa por la boca de quien parecía inmune.
-No hay nadie, es decir, no tiene a nadie más a quien joderle la existencia… me viste y dijiste ¿Por qué no?- soltó la lapicera sobre la mesa, demostrando que tenia tiempo para sus jueguitos.
-Eres buenas con los números, la mejor diría yo- la penetrante mirada azul se clavó en los labios brillantes por el caramelo y los pensamientos los traicionaron.
-Serán dulces.
-Gracias por el elogio, ahora largo- respondió Nico sacándolo del trance.
Bruno pestañeo y relamió sus labios, no entendía porque esa mujercita sin gracia había atraído su atención, pero tampoco importaba demasiado.
-Te ayudare con historia, sabes que el profesor Bartolomeo me estima a cambio aceptas una cita conmigo- trago salivaba cuando las largas pestañas se agitaron, en cámara lenta, al menos así lo sintió dejando ver ese brillo que tanto le gustaba.
-¿No vas a dejarme en paz?- curvo sus labios como si entendiera el juego.
-¿Quieres jugar fanfarrón?, bien, que así sea- analizo en sus adentros
-No… ya te dije, me gustas- se inclinó sobre la mesa y sus miradas se encontraron
- Vamos\, acepta—pensó con el corazón a mil\, al percibir como ella acercaba su cuerpo\, también. Y por ese segundo odio aquello que se interponía.
- Bien\, una cita si me ayudas con esto\, en verdad lo odio- señalo el libro y Bruno asintió
-Caíste- celebró mentalmente.
Se puso de pie sin dejar de verla.
- El viernes a las seis iré por ti\, nos vemos\, Lina
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-Lina- murmuro viendo a la mujer a metros de él, en un ajustado y sugerente vestido negro con destellos.
El mismo se ceñía bajando por la espalda, moldeando la cintura hasta contornear las caderas. No era largo, llegaba a las rodillas de manera elegante y sensual. Y el toque final, ese que lo dejo sin aliento, las preciosas sandalias de tacón aguja plateadas que hacían que las pantorrillas se marcaran deliciosas.
Si de atrás se veía así, no quería imaginarse como seria de frente, porque estaba seguro que era ella, sus manos se lo decían, era como si pudiera recórrela una vez más.
-Al fin, regresaste Lina- mascullo y sus ojos se llenaron de rencor, pero, por más que se resistiera, el deseo, parecía igualarlo.
No se iba a quedar con la duda e intento avanzar.
-Altamirano, ¡¡ sí que has cambiado!!- un ropero se paró justo frente a él cortando la visión.
-Supongo me recuerdas- rio encantado, golpeando el hombro de manera amistosa- Héctor… mira que paso tiempo
Bruno lo escaneo con frialdad, claro que lo recordaba, era el imbécil que se quedó con sus tarjetas, después de que fue humillado.
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Las chicas caminaron hasta una mesa, lo suficientemente alta como para descansar lo codos y dejar las bebidas al alcance, sin sillas.
Cada sector estaba delimitado de acuerdo a la comodidad requerida por cada invitado.
Junto al escenario, donde tontamente, según Nicolina, elegirían a la revelación del reencuentro, se podía apreciar este estilo de mesas donde los invitados disfrutaban de la música, bailar, y tenían donde dejar sus bebidas, pero a los laterales, elegantes y amplios sillones con pequeñas mesas centrales, permitían la reunión de grupos numerosos.
-Me gusta la música- Cleo agitaba su cabeza y su cuerpo sin dejar de ver alrededor
-Mmm, esto esta delicioso- Nico no dejaba de beber, y es que ese trago era adictivo. El sabor dulce y el alcohol no esa buena combinación
-Miren, ese hombre desde hoy me observa y ahora me saludo- señalo disimuladamente, Tami, que mordió su labio de manera tímida y sus ojitos brillaron.
Ese gesto era la señal para sus amigas, el radar de imbécil se activó.
-Tus ojos al lado opuesto, ese es Gio Colman, casado y un bebé en camino- Tami la miro con el ceño fruncido si comprender de donde saco la información- me lo dijo Mateo- explico la rubia, y miro al sector del ponche, creyendo conocer a alguien, pero Nico la distrajo
-¿Mateo?- inclino la cabeza esperando la explicación, sin abandonar el sorbete, que segundos antes robo del mesero que paso junto a ellas con otras bebidas.
-Chicas se los dije, ¡Mateo!, lo recuerdan, el gordito que ahora…
-Esta para comérselo- completo Nico y giro a ver a la pelirroja- Lo dijo Mateo, mira para otro lado.
-Debes soltar ese ponche- Tami trato de alcanzar el vasito, pero la italiana negó divertida.
-Nada, estoy bien, voy por otro…- giro sobre sus pies…
-¡¡Pero mira nada más, quienes están aquí!!.
Carajo, es la lagartona mayor- refunfuño mentalmente- respiro profundo\, y volteo encontrándose con la brillante sonrisa de Loreta.
-Loreta, que gusto verte- Tamara fingió una dulce sonrisa
Mentira, perra odiosa
- Ha\, pero si es la coloradita. - respondió con cinismo y bebió lo último que quedaba en su copa.
-Tamara, se llama Tamara- Aclaro la rubia conteniendo las ganas de mandarla a la mierda.
-A, claro, Tami- el nombre en los labios de aquella morena parecía provocar nauseas, pero la pelirroja opto por ignorarla.
- Nicolina Greco- allí estaban esos ojos negros soberbios\, pero la italiana lejos de dejarse sonrió con altura
-Loreta, tanto tiempo sin verte. -
La mujer elevo la mano y un mesero se acercó- tráenos bebidas, las chicas y yo tenemos mucho que brindar.
-No…
-Ponche- interrumpió Nico a Cleo y entrego su vaso
El hombre asintió y se retiró.
-Cuéntenme, ¿Qué han hecho de su vida? - Interrogó viendo a todas de arriba abajo, como si fueran simples pelusas a su lado.
Cleo clavo sus uñas en las palmas de su mano, no reaccionaria ella era una dama.
-Para que hablar de nosotras, que tal si hablas de ti, siempre te gusto hacerlo- arremetió la rubia y sus amigas se dieron miradas cómplices retenido la carcajada.
-Cleo, siempre tan acida con tus bromas- La mujer sonrió, pero en el fondo deseaba arrancarle la cabeza.
El mesero se acercó y entregó las bebidas, calmando un poco la tensión; cosa que Nico agradeció emocionada, dando otro sorbito.
-Siempre tuve una duda, Nicolina, ¿realmente te graduaste o solo estas de acompañante esta noche? - la pregunta vino acompañada con un sesgo de burla.
-Sí, me gradué, aunque el último mes lo termine a distancia, en Italia, ¿Conoces Italia , no? Claro que no, fuiste madre y te dedicaste al hogar, seguro - la cachetada fue sublime, simbólica y exquisita.
Había dado en el clavo, Loreta no se casó con alguien de su clase y sus padres si bien la ayudaron jamás aceptaron a su pareja.
-No, aun no- explico Loreta, pero ya habrá oportunidad- curvo sus labios, pero no fue suficiente
.- En fin, no importa que te hayas ido ,estas aquí y te ves más- la mujer la señalo de pies a cabezas-
Nicolina sonrió, una de sus manos toco su arete y bajo delicadamente por el pronunciado escote del vestido, para acariciar el diamante que se alzaba entre el valle de sus senos en una fina cadenita.
-¿Me veo?- interrogó elevando una ceja
Tamara y Cleo estaban más que entretenidas con esa pelea camuflada de falso interés.
-Más femenina, sin esos gigantes pantalones- aclaro – pero, más allá de eso debo decir que eres de buen corazón.
La italiana inclinó la cabeza en espera de las dagas
-¿Ah, sí?-
-Sí, veras, con las chicas- señalo a las dos mujeres que cuchicheaban a los lejos, alias las lagartijas- recordábamos aquel bochornoso evento en la cafetería, sin saber que te vería y aquí estas ¡¡ que Locura!!… ¿recuerdas aquel evento no? - la malicia brillo en el rostro de la mujer que llevo la mano a su cabello para acomodarlo.
Cleo se enderezo y Tami también, lista para arrancarles los ojos.
-Lo cierto es que no recuerdo, no vivo del pasado, es muy tedioso-a agrego Nico con elegancia y dio otro sorbo.
-Ah cariño, cómo pudiste olvidarlo, rompiste el corazón del chico más guapo de la escuela, es que terminarlo delante de todos
Nicolina sintió el nudo en su garganta y la acides en el estómago. Parecía que todo la llevaba a ese momento
Loreta no se detuvo- Pero es cierto que él tampoco se quedó atrás, decirte que...
-¿Quién te opero la nariz?, quedo muy bien- Cleo se acercó e intentó tocar a la mujer que dio un paso al costado, alejándose
-Si iba a preguntar los mismo, es un excelente trabajo- se sumó Tami,
Nico negó y sonrió mirando el vaso, allí estaban sus amigas poniendo el pecho a las balas.
-No , no me opere, es mi nariz- explicó Loreta un tanto nerviosa.
-Si tiene razón, sigue con es ganchito, mira- señalo la pelirroja y haciendo que Loreta tocara su nariz.
-Entonces son los labios, porque hay foto afuera que comprueba que esos labios no son tuyos, mira qué retocarte a esta edad Loreta, no es tan bueno, porque después serás irreconocible-
Cleo movió su dedito en el aire como si la regañara.
-NO tengo cirugías, uso cremas, si quieres te recomiendo, ya las necesitas – agregó la mujer dando batalla.
-Si con tus cremas me crecen los senos como te crecieron a ti, me las compro- Esta vez fue Tamara, señalando las siliconadas amigas de la morena.
-Debo ver como esta todo, fue bueno charlar- Loreta giro sobre sus pies y apuro el paso.
-¡¡Pero que traserito te pagaste, picarona!! – grito Cleo y los ojos negros se clavaron por unos segundos con un odio indescriptible antes de huir.
La tres comenzaron a reír con aquella locura, -
-Tomemos un poco de aire, esta mujer lo contaminó con su perfume barato- la rubia agito la mano frente a su naricita- creo que hay un sector de fotos, tomemos algunas divertidas.
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-Me entere que te has hecho cargo de los negocios familiares, siempre has sido un afortunado- insistió Héctor, pero solo había logrado algunas monosilábicas respuestas de parte de Bruno que busco entre la gente sin resultado, cuando logro mover al hombre a un costado.
-Sí, lo soy- dejo salir con claro tono de hastío
-Bruno- el hombre se mostró un poco más humilde haciendo que este por fin le prestara atención- mira, creí que con los años…- sonrió con vergüenza- eras mi amigo y no me porte de la mejor manera
-Fue hace mucho, ya maduramos- corto el discurso, tratando de alejarse, pero este lo sujeto
La mirada fastidia se clavó en el rostro de su ex amigo que movió su cabeza en entendiendo.
-Maldita sea, donde esta leo cuando lo necesito- pensó con rabia
-Al parecer no olvidas mi estupidez- dijo Héctor y logro toda la atención del arquitecto- lo lamento, te envidaba y me comporte como un tonto, solo quería saludarte- hablo sinceramente, - me alegra verte bien- movió la cabeza en señal de saludo y se retiró.
Bruno sintió la incomodidad creciendo en él, tenía que reconocer que parte de él quedó aferrado aquel día en la cafetería.
Estaba molesto consigo mismo, ya era un hombre a nada de cumplir 29 años y una tonta fiesta lo arrastraba a su adolescencia.
Negó perturbado y decidió ir por Leo para despedirse. Tenía que terminar con esa tortura.
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Nicolina y las chicas estaban en pequeño espacio al aire libre, allí también había algunas mesas y un sector para fotografiarse.
Cleo no perdió el tiempo y las arrastró allí para inmortalizar ese momento, al fin estaban las tres juntas como debió ser en aquella fiesta de graduación.
Luego se ubicaron en una mesa para disfrutar del aire primaveral de la cuidad aprovechando para ver a sus compañeros en detalle.
-Me gusta, Carlos está lindo y no tiene anillo.
-Tami, basta no es por ahí- Intervino la rubia y la pelirroja, rodo los ojos cansada.
-Al parecer nada es para mí- rezongo molesta y apoyo sus codos en la mesa sujetando sus mejillas.
-Sino estoy equivocada, hace dos noches y chico que decía ser tu novio te busco del departamento- las palabras salían un tanto arrastradas por lo que la italiana dejo de beber, conocía sus límites.
- Si\, también creía lo mismo\, pero ayer por la noche fui a sorprenderlo y salí sorprendida yo\, estaba jugando a los vaqueros con la vecina
-¿Vaqueros?-Cleo preguntó, pero sus neuronas trabajaron rápido- ¡¡Ahh, que zorro!!
-Si- exhalo Tamara- al parecer soy un imán de idiotas, para donde apunto ….- -
-Nena ya aparecer el indicado- Nico apretó los hombros descubierto y sonrió dando consuelo.
-Pero esta noche, se acaba- Tami se puso de pie y las chicas la vieron sorprendidas- solo tendré relaciones casuales, se terminó el romanticismo, bienvenido sexo pasajero y ya.
-ja-ja-ja- las chicas rieron a coro y esta entechó la mirada
-Lo voy hacer, con… su dedito se movió por los hombres que iban y venían.
-No, no, eso si que no- agrego Cleo riendo- tú no eres así corazón, a ti te gusta el romanticismo, las velitas, la cena romántica
-Ese es el problema, por eso ahora voy a salir de mi zona de confort.
-Vas arrepentirte- señalo Nico al ver como su amiga comenzaba avanzar y ellas las seguían atrás
-Claro que no –volteo para verlas- con el primero que me hable, me voy … afirmó segura
-Tú estás loca- carcajeo- la rubia y rio al ver los gestos de Tamara que giro abruptamente, para seguir su camino, pero choco con una pared.
- Colorada- la mirada brillante y la sonrisa seductora la dejo sin aliento al igual que a las chicas.
-Le – o Leo- tartamudeó al reconocer a su amor no correspondido de la prepa.
-¡¡LEO, carajo al fin te encontré!!- voz ronca y profunda provocó otro brincó
Bruno se congelo al instante y Nicolina solo pudo sonreír.
-Lina
-Fanfarrón
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Abrazos
Gaby
del día después.
.el tereré es una bebida tradicional de mi país Paraguay 🇵🇾 y se toma frío con remedios naturales y mucho hielo ..... saludos 😘😘😘