Dewi Maha Putri es el nombre de una mujer experta en artes marciales, fuerte, tenaz y fría.
Tiene un ejército de seguidores y es conocida en todo el mundo. ¿Quién no ha oído hablar de ella?
Participa frecuentemente en competencias internacionales de alto nivel, ¡y en cada país anfitrión, la llaman "maestra"!
Desde pandillas callejeras hasta grandes mafias, todos la apodan la Diosa Asesina por su crueldad.
Incluso expulsó a un grupo terrorista entero de un país
y aniquiló a un jefe mafioso ella sola.
Lamentablemente, fue traicionada y cayó en una trampa mortal tendida por un enemigo desconocido.
Una bomba oculta en su auto terminó con su vida de forma trágica.
Pero el destino le dio una segunda oportunidad…
¡y despertó en el cuerpo de otra chica!
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Capítulo 4
Anita le envió un mensaje a otra de sus amigas, ya que era buena adulando, por eso tenía muchos amigos varones.
Había 4 hombres esperando a Dewi en la calle, cuando vieron venir a Dewi, se levantaron y la detuvieron.
"¿Eres la hermana de Anita, verdad?" preguntó uno de los hombres mirando a Dewi. Dewi se quedó en silencio, sin responder.
"El silencio significa que sí, resulta que es muy hermosa, vamos a disfrutarla juntos como ella pidió", dijo el hombre.
"Ella, ¿no me digas que es Anita?" preguntó Dewi.
"Tienes razón, entonces acompáñanos", invitó el hombre arrastrando a Dewi a un lugar apartado.
¡Bak buk bak buk bak buk!
"¡Huh! Con estas habilidades quieren abusar de mí, ya verás Anita, haré que me veas y te aterrorices", dijo Dewi dejando a los hombres magullados en la maleza.
Anita se acercó sigilosamente a los hombres que yacían postrados.
"¡Hey! Levántense, ¿qué están haciendo? ¡Además, no están muertos!", dijo Anita.
Un hombre se levantó y mostró su herida, luego dijo. "Mira esto, me rompieron el hueso de la nariz, tienes que hacerte responsable", dijo el hombre.
"¡Idiotas! ¡Quién va a hacerse responsable, son unos débiles!", maldijo Anita y se fue dejándolos.
Uno de ellos se molestó al ver que Anita no se hacía responsable, tiró de la mano de Anita, tomó su bolso y sacó todas sus pertenencias, incluido el dinero y su tarjeta de cajero automático.
"¡Qué estás haciendo!", gritó Anita con los ojos muy abiertos, trató de quitarle el bolso de las manos al hombre, y el hombre la apartó hasta que Anita cayó.
"Como tú lo ordenaste, debes compensarnos por nuestro tratamiento", dijo el hombre después de obtener el dinero y su tarjeta de cajero automático y luego tiró el bolso de Anita.
"¡Ya verán, me vengaré después!", amenazó Anita recogiendo su bolso mirando al hombre con enojo y dándose la vuelta.
"¡Heh! Tú misma escuchaste lo que dijo Dewi, ¿verdad? Ella te ordenó a ti y a tus tropas que vinieran a verla. Es una mujer, pero es más fuerte que 100 hombres, si no, no habríamos perdido, ¡y tienes que encontrarte con ella, o yo mismo diré que esto es obra tuya!", amenazó el hombre con una sonrisa cínica.
Anita al escuchar eso se quedó en silencio, a juzgar por lo que vio, Dewi no era la de siempre, esta vez era muy agresiva y no quería perder. Si el hombre decía la verdad, Dewi la destrozaría.
"Ya tomaste mi dinero y mi tarjeta de cajero automático, así que estamos a mano, la contraseña es el número 242425", dijo Anita caminando lejos del hombre.
"Así está bien", dijo el hombre sonriendo.
Anita regresó a casa conduciendo su coche.
Dewi caminaba sola por la calle sin que nadie la acompañara, un coche se acercó a ella.
"Es muy hermosa, no pensé que escondiera su belleza", elogió uno de los estudiantes que estaba dentro del coche al ver pasar a Dewi.
"Yo también lo siento", respondió el otro recordándola.
Dewi siguió caminando sin prestar atención al coche que la seguía. Estaban atónitos al ver a Dewi, se sentían entre la incredulidad y la certeza. La chica que veían era muy diferente, desde su apariencia hasta su carácter que había cambiado drásticamente.
Los que antes se alejaban ahora se acercaban a Dewi uno por uno.
"Dewi, ¿tienes tiempo esta noche?" preguntó uno de los estudiantes llamado Yun.
"Hm... ¡no! Tal vez esté ocupada", respondió Dewi sin prestarles mucha atención a los que se acercaban a ella.
"¿Ocupada con qué? Tal vez podamos ayudarte", ofreció Adi.
"¿De verdad? Esta noche quiero matar a alguien, ¿quieren ayudarme a esconder el cadáver?" preguntó Dewi mirándolos a todos con una sonrisa, pero aterradora.
Todos se agarraron la nuca sintiendo escalofríos. "Eh, no, no, tal vez en otra ocasión podamos jugar contigo", dijo Yun con una sonrisa forzada.
"La próxima vez también mataré a alguien, solo que temo que ustedes sean las víctimas", respondió Dewi poniendo su mano izquierda en su barbilla con una sonrisa.
