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Un Secreto Entre Nosotros

Un Secreto Entre Nosotros

Status: En proceso
Genre:Dominación / Poli amor
Popularitas:1.7k
Nilai: 5
nombre de autor: HRHSol

Amar a uno la sostiene. Amar al otro la consume.
Penélope deberá enfrentar el precio de sus decisiones cuando el amor y el deseo se crucen en un juego donde lo que está en riesgo no es solo su corazón, sino su familia y su futuro.

NovelToon tiene autorización de HRHSol para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 24.

El hall del hotel estaba iluminado con lámparas de araña que reflejaban destellos sobre el mármol pulido. El eco de los últimos invitados que se despedían se mezclaba con el sonido del ascensor y los murmullos de los empleados que cerraban la recepción. Penélope se detuvo junto a la barra, ajustando el borde de su vestido marfil con detalles plateados, mientras Kylian la observaba con esa mezcla de irritación y control que siempre lograba desarmarla.

—¿Te parece que todo terminó bien? —preguntó ella, con la voz baja, intentando disimular la tensión que todavía le recorría la espalda.

Kylian frunció el ceño, acercándose un paso, su mano rozando la de Penélope sin tocarla.

—No fue perfecto —dijo—. Pero sobrevivimos a Sophie, y eso ya es un triunfo.

Penélope lo miró con una media sonrisa, irónica y agotada.

—¿Sobrevivimos? —repitió—. ¿O es que tú necesitas que todos vean que soy tuya para sentir que controlas algo?

Kylian apretó la mandíbula.

—No te hagas la fuerte, Penn. Sabes que me molesta que Eric se acerque demasiado.

—¿Y eso es motivo para…? —dudó, mientras lo miraba a los ojos—. ¿Para tratarme como si yo no tuviera voz propia?

En ese instante, Eric apareció desde el lado opuesto del hall, caminando con una naturalidad estudiada, las manos en los bolsillos y la mirada fija en Penélope.

—Vaya, qué casualidad encontrarnos de nuevo —dijo con suavidad, inclinando apenas la cabeza hacia ella—. Parece que no podemos escapar el uno del otro.

Kylian tensó los hombros, y sus ojos se clavaron en Eric con un fuego que casi podía cortar el aire.

—Eric —murmuró, con voz contenida pero firme—. Basta.

Eric sonrió, sin apartar la vista de Penélope.

—No me refería a ti, Kylian. Solo hablaba con la señora… —hizo una pausa, dejando que la tensión creciera—. Penn.

Penélope tragó saliva, sintiendo la mezcla de irritación y extraña atracción que Eric provocaba en ella. Carolina apareció a su lado, apoyando una mano ligera sobre su brazo.

—No dejes que te moleste —susurró—. No hoy.

Sophie emergió por la entrada del ascensor, con un vestido esmeralda que brillaba bajo la luz artificial. Se acercó a Kylian con una sonrisa calculada, como si no hubiera nadie más en la habitación.

—Kylian, qué noche tan… inolvidable, ¿verdad? —dijo, inclinándose apenas para rozar su hombro con el suyo—. Estoy segura de que lo disfrutaste.

Kylian la observó con una mezcla de desdén y cautela.

—Sophie —dijo seco—. Esta noche ha terminado.

Ella sonrió, pero su mirada se deslizó hacia Eric, y Penélope lo notó. Su intención era clara: acercarse a Kylian mediante Eric, mantener el control del juego mientras sembraba duda y celos.

Penélope se giró hacia Carolina, buscando apoyo silencioso.

—¿Siempre es así? —susurró.

—Siempre —respondió Carolina—. Solo que ahora eres tú la pieza central.

Kylian inhaló profundamente y bajó un poco la voz.

—Penn… no me obligues a ser público en algo que no debería serlo en privado.

Penélope alzó la barbilla, firme.

—Y no me obligues a mí a fingir que todo está bien delante de todos, Kylian. —Su mirada se deslizó hacia Eric, quien la observaba con una mezcla de interés y desafío—. No soy un accesorio para tu orgullo.

Eric dio un paso más cerca, apenas rozando el brazo de Penélope.

—A veces los accesorios pueden ser los más valiosos —murmuró, con un tono casi provocador—. Y créeme, yo sé apreciar lo valioso.

Kylian giró sobre sus talones, tan cerca de Eric que la tensión entre ellos era casi palpable.

—No intentes seducirla delante de mí —escupió con dureza—.

—Solo hablo —respondió Eric, tranquilo—. Solo hablo, y observo lo que no se dice.

Penélope sintió un cosquilleo de poder y vulnerabilidad al mismo tiempo. Estaba atrapada entre dos hombres que la deseaban de maneras distintas, uno por posesión, otro por desafío.

Sophie sonrió con deleite, disfrutando de la grieta que se abría frente a ella.

—Vamos, no se pongan así —dijo suavemente—. Que la noche termine en buenos términos.

Carolina tomó nuevamente la mano de Penélope, dándole un apretón leve.

—Respira, Penn. Estás bien. —Susurró—. Solo queda un paso más: los niños.

Jack y Max aparecieron en el hall, bajando por la escalera de la guardería. Sus caras iluminadas por la emoción y la curiosidad rompieron un poco la tensión.

—¡Mamá! ¡Papá! —gritaron al unísono, corriendo hacia ellos—.

Penélope se agachó para abrazarlos, mientras Kylian los recibía con una sonrisa más cálida, aunque sus ojos seguían brillando con celos apenas contenidos.

—Lo prometo —dijo ella, acariciando sus cabecitas—. Ahora estamos los cuatro juntos.

Eric se colocó a un paso de Penélope, observando la escena, como evaluando dónde podía entrar, cómo podía acercarse.

—Se ve que tus niños te tienen bien ocupada —comentó, con un leve guiño—. No puedo culparlos, eres inigualable con ellos.

Kylian giró de golpe, su mano rozando el brazo de Penélope como señal de posesión.

—Eric, no hagas comentarios —dijo con voz grave—. No aquí.

Sophie se adelantó unos pasos, fingiendo preocupación mientras su mirada seguía a Kylian.

—No seas tan intenso, Kylian —susurró—. Es solo una familia… y la gala termina.

Pero Penélope ya no se dejó intimidar.

—Gracias, pero creo que ya hemos terminado la función —dijo, levantando la voz lo suficiente para que los presentes la escucharan—. Los niños nos esperan, y prefiero que los adultos también se comporten como tales.

Hubo un silencio breve. Eric levantó las manos en gesto de paz, Sophie ladeó la cabeza fingiendo sorpresa, y Kylian respiró hondo, apretando los labios.

—Está bien —murmuró—. Subamos —dijo Penélope, tomando a Jack de la mano y siguiendo a Kylian hacia el ascensor.

Eric y Sophie intercambiaron miradas rápidas antes de seguirlos, cada uno evaluando cómo sacar ventaja de la situación más adelante.

En el ascensor, Penélope sintió el calor de Kylian a su lado, su mano rozando la suya sin dejar de mostrar control. Ella se mordió el labio, consciente de la tormenta que seguía latente.

—Hoy… —susurró Kylian, apenas audible—. No vuelvas a ponerme en ridículo.

Penélope giró la cabeza, mirándolo a los ojos, con firmeza:

—No soy tu trofeo, Kylian. Ni aquí, ni en ningún lugar.

Él cerró los ojos un segundo, respirando hondo. Había rabia, sí, pero también un deseo que no sabía controlar.

El hall del hotel quedó atrás, brillante y festivo, mientras subían a la suite, dejando tras de sí una noche cargada de tensión, celos y promesas silenciosas de que la verdadera historia apenas comenzaba.

1
Maria Elena Martinez Lazaro
excelente
Maria Elena Martinez Lazaro
Quien es Sophi ?. Estoy perdida estaban hablando con Carolina y de pronto la mencionan a ella y dos veces
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