Safa, una joven de clase alta, se ve obligada a ofrecerse como esposa de Lingga, un CEO reconocido, para salvar la empresa de sus padres adoptivos.
“Casémonos. Daré a luz a tu hijo, siempre y cuando aceptes ayudar a mi padre.”
“¿Estás segura de querer casarte conmigo?”
“¡Estoy segura!”
Safa respondió con firmeza, sin imaginar que algún día su corazón podría flaquear y enamorarse de Lingga.
Pero, desgraciadamente, el corazón de Lingga estaba muerto: él solo amaba a Asyifa, su prometida fallecida. Lingga aceptó casarse únicamente por la presión de sus padres y para asegurar un heredero para su familia.
“Él ama profundamente a su hijo, pero no a la mujer que lo trajo al mundo.” ~Safa~
¿Qué será de Safa cuando Lingga regrese con una mujer cuyo rostro se parece mucho al de Asyifa?
¿Qué hará mientras lucha entre la vida y la muerte?
¿Safa resistirá o permitirá que su esposo encuentre la felicidad con esa mujer?
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Capítulo 24
Los días pasaron...
Pero solo los días cambiaron, mientras que Lingga seguía siendo el mismo. El hombre de rostro guapo con su actitud fría seguía sin cambiar.
Safa realmente se sentía cansada. Tenía ganas de irse de la casa de Lingga y buscar la libertad allá afuera, pero ¿qué pasaría con Kendra si ella se fuera? Amaba mucho a su hijo. Si se iba llevándose a Kendra, seguramente Lingga encontraría su paradero fácilmente.
Lo único que hacía que Safa se mantuviera firme en este momento era Kendra. El bebé que ya comenzaba a levantar la cabeza todavía la necesitaba mucho.
"¡Hmm!"
Safa giró hacia la puerta cuando alguien entró en su habitación.
"¿Lintang?" Safa se sorprendió por la llegada de su cuñada. Resulta que ya casi habían pasado tres meses desde que dio a luz, y su cuñada recién venía a su casa.
Su rostro, parecido al de Lingga, miró a Safa que estaba sentada en el sofá con Kendra en su regazo.
"¡Mamá me mandó aquí para traer ropa para el evento del pasado mañana!" Dijo con brusquedad.
Hace unos días, Novita se había puesto en contacto con Safa y le había dicho que iba a organizar un gran evento para presentar a Kendra a todos los magnates de los negocios de la familia Kusuma Jati, así como una acción de gracias por el nacimiento de un heredero de esa familia.
Su suegra le envió a Safa algunos modelos de ropa y le pidió que los eligiera ella misma. Safa también eligió ropa para Lingga, aunque no sabía si Lingga querría ponérsela o no.
"Gracias por molestarte, Lintang". Safa sabía que a Lintang no le agradaba, pero nunca respondió a la actitud siempre cínica de Lintang hacia ella.
Lintang, que todavía estaba de pie con los brazos cruzados frente al pecho, parecía callada, pero sus ojos estaban fijos en su sobrina que estaba en el regazo de Safa.
"¿No quieres saludar a tu sobrina primero? ¿No es muy linda?" Safa provocó a Lintang a propósito.
Recordaba cuando Lintang quiso acariciar su vientre unos días antes de dar a luz. Aparentemente, Lintang todavía tenía un lado bueno dentro de ella.
Lintang comenzó a acercarse. Se sentó junto a Safa y luego extendió la mano para tocar la mano de Kendra.
"¿Por qué se parece tanto a ese bloque de hielo?" Murmuró Lintang.
"Sí, porque Kendra es hija de tu hermano al que llamas bloque de hielo". Safa se rio entre dientes porque Lintang llamaba a su propio hermano bloque de hielo.
Lintang volvió a quedarse callada, acarició la mejilla de Kendra y luego miró a Safa profundamente.
"¿Qué pasa?" Safa, que estaba siendo mirada así, por supuesto que se sintió incómoda.
"¿Por qué Mbak sigue aquí?" Preguntó Lintang de repente.
Safa misma parecía confundida con la pregunta de Lintang.
"¿A qué te refieres?"
"¿Por qué Mbak no se va? ¿Por qué sigues aquí si la actitud de Mas Lingga nunca cambia contigo?"
Por alguna razón, Safa pudo ver que la mirada de Lintang, que siempre había sido cínica, se transformaba en una mirada de lástima que hacía que Safa se sintiera abatida.
"¿O es que Mbak se enamoró de mi hermano, por eso sigue aquí aunque la actitud de mi hermano sigue atrapada en su pasado y nunca puede aceptar a Mbak Safa, verdad?"
Safa parecía aturdida. Tal vez podría admitir sus sentimientos frente a Bi Sri como aquella vez. Pero no pudo decir la verdad frente a Lintang.
"¡Mbak sigue aquí por Kendra. Ella es quien hace que Mbak siga aquí!"
Lintang solo sonrió con amargura. Parecía no creer la respuesta de Safa.
"¿De qué sirve que Mbak siga aquí si todos los días tiene que enfrentarse a una persona que nunca podrá abrir su corazón de nuevo? Incluso si pudiera, su amor ya se habría agotado por alguien que ya falleció. La competencia de Mbak es muy dura, ¡así que es mejor que te vayas!"
Safa solo se quedó callada, bajó la cabeza mirando a Kendra que ahora también la estaba mirando con ojos tan claros. Sus labios se movían como si quisieran hablar.
"¿De verdad debo irme? Pero al ver este rostro inocente, siento que no puedo hacer eso. Una vez estuve sola sin padres. Una vez me dejó Mama Amita y solo viví con Papa. ¿Kendra también tiene que pasar por lo mismo, dejarla para obtener mi propia felicidad?"
Safa levantó a Kendra y la abrazó con fuerza, luego la besó repetidamente. Sin darse cuenta, sus lágrimas ya habían caído hasta mojar la cara de Kendra.
Lintang misma pudo deducir cómo se sentía Safa en este momento. Especialmente al ver las lágrimas de Safa.
"¡Me voy primero, Mbak!" Lintang prefirió irse de allí antes que ver a Safa que estaba llorando en ese momento.
Sin esperar respuesta de Safa, salió así sin más.
"¡Madre mía!" Lintang se sorprendió porque resulta que su hermano estaba frente a la habitación de Safa.
"¿Qué haces aquí, hermano?" Preguntó Safa mientras miraba la puerta de la habitación de Safa que ya estaba cerrada.
"¿Será que mi hermano escuchó lo que Mbak Safa y yo hablamos?"
Lingga solo se quedó callado con las manos escondidas en los bolsillos de sus pantalones.
"Pero bueno, menos mal si mi hermano escuchó. Ahora que ya tienes a Kendra, Mbak Safa se queda aquí solo por Kendra, mi hermano lo escuchó, ¿verdad?"
"¡Déjala ir porque en realidad no se aman. Ella también tiene derecho a ser feliz, hermano!"
Lintang se sentía frustrada al ver a su hermano solo callarse y callarse.
"Ugh, ya está, ¡no quiero hablar con una persona de corazón de piedra como mi hermano!" Lintang se marchó dejando a su hermano que era demasiado frío.
Después de la partida de Lintang, Lingga todavía estaba parado frente a la habitación de Safa. Entró en esa habitación después de un tiempo.
En silencio, Lingga se acercó a Safa que estaba dormida con Kendra en la cama. El rostro de Safa parecía tranquilo aunque se veía hinchado. Las huellas de lágrimas también todavía se veían en el rostro de Safa.
No se sabe lo que Lingga estaba pensando en este momento, pero solo se quedó callado mirando a Safa y también a su fruto del amor.
Lingga se quitó su chaqueta y luego se subió a la cama para estar más cerca de Kendra.
Mientras que Safa, finalmente se despertó después de un rato. Resulta que sin darse cuenta se quedó dormida mientras dormía a Kendra antes.
Pero lo que la sorprendió aún más, cuando abrió los ojos, vio el rostro de Lingga frente a ella. Lingga se había quedado dormido junto a Kendra y mirando hacia Safa. La distancia entre ellos en este momento era tan corta porque solo estaba bloqueada por el pequeño cuerpo de Kendra.
Safa misma no escuchó cuándo entró Lingga, y tampoco se dio cuenta cuando Lingga se acostó allí. Pero honestamente, en este momento el corazón de Safa volvió a latir con fuerza porque por primera vez durmió con Lingga en la misma cama aunque solo fuera por unos instantes.
