Lian se enfrenta a la realidad en la que despierta como un anómalo, y deberá enfrentarse a las dificultades que su mundo le preparará; un mundo en el que la iglesia y la sociedad consideran a los anómalos como personas malditas, mientras el gobierno los ve como una amenaza.
¿Cómo superará Lian todos los desafíos por venir?
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Capítulo 23: La decisión de Lian
La habitación se hallaba en completo silencio, tanto que me era posible escuchar el canto de las aves del exterior. El rostro de todos los presentes estaba lleno de tristeza, pues unos habían perdido a un compañero, mientras que otros a un amigo, incluso siendo considerado como un miembro de su familia por otros.
—Entonces... ¿No quedó rastro alguno de su cuerpo?— preguntó Sara a Kevin.
—No.
Después de que la DCA retirará sus vehículos y a sus agentes, Kevin y los demás se acercaron al área en el que se había producido la explosión, y así poder recuperar el cuerpo del señor Izan, pero nunca lo encontraron, dando por hecho, que este había sido borrado por la explosión.
—Ya veo.— exclamó Sara con la voz quebradiza. — Todos... Pueden retirarse. Descansen por el día de hoy.
Unos solo asintieron levemente con la cabeza, mientras que otros simplemente se retiraron de la habitación sin decir ninguna palabra. Una vez que salí de la habitación, me dirigí a la colina en la que había estado entrenando estos últimos días con Olivia. Solo pasaron algunos minutos, hasta que escuché unos pasos acercándose a mí, por lo que, giré mi cabeza en la dirección en la que se escuchaban dichos pasos.
—¡Sofía!— dije algo sorprendido. —¿Qué haces aquí?
Ella simplemente se acercó lentamente y se sentó a mi lado, todo esto sin haber respondido mi pregunta. Sofía permaneció en silencio por unos cuantos segundos, hasta que por fin decidió hablar.
—Es agradable estar en este lugar.— exclamó ella mientras observaba el atardecer a la distancia.
—Sí. Hum... ¿No deberías estar cuidando al señor David?
—Él se encuentra bien en estos momentos... Ahora mismo está durmiendo muy plácidamente.— dijo con una ligera sonrisa en su rostro.
—... Tú no pareces estar muy afectada por lo ocurrido hoy.
—Trató de no mostrarlo.
—Entiendo.
—... Lian... ¿Qué piensas hacer a partir de ahora?
—¿Qué quieres decir?— dije confundido.
—Ya sabes... ¿Planeas unirte a nosotros o intentarás regresar a tu vida normal?
(Suspiro)
—Realmente no lo sé... No creo que pueda regresar a la vida que tenía antes. Y sobre lo de unirme a ustedes, pues no lo tengo muy claro.
—¿Por qué?
—¿Eh?
—¿Por qué no tienes claro lo de unirte a nosotros?
—Bueno... No sé nada de la organización. No sé cuál realmente es el objetivo de Los libertarios...
—Nosotros peleamos para que podamos vivir algún día...
—Sofía, ¿Cuál es el verdadero objetivo de la organización?
—...
«¿Será que debe mantenerlo en secreto?»
—...
Ella siguió permaneciendo en silencio por un par de minutos más.
—Nuestro verdadero objetivo es destruir el gobierno central y la iglesia.
—...
—No pareces sorprendido.
—Estoy sorprendido... Es solo que me parece un objetivo bastante difícil de cumplir, ¿Sabes?
—Lo sabemos. Pero por más difícil que parezca y resulté serlo, no nos rendiremos en alcanzarlo. Tampoco nos importa el tiempo que nos tome en lograrlo. ¿Sabes por qué?
—No.
—Porque estamos seguros de que lo lograremos algún día.— exclamó Sofía con confianza en sus palabras.
—¿Y cómo lo lograrán?
—Eso no pienso decírtelo.— dijo con seriedad.
—... Bien.
—Y bien, ¿Ya tienes planeado unirte a la organización?
—No es tan fácil decidirlo. Lo pensaré durante esta noche.
—Está bien. Solo recuerda que será prácticamente imposible regresar a esa vida tranquila que tenías antes de conocernos. Ellos creen que eres un miembro más de nuestra organización... Espero que realmente te unas a nosotros, Lian.— dijo con una pequeña sonrisa en el rostro.
Después de haber tenido esa pequeña charla entre los dos, tanto ella como yo nos quedamos en completo silencio, solo apreciando el hermoso atardecer que teníamos frente a nuestros ojos, permaneciendo en la colina hasta que la oscuridad se apoderó de todo el lugar.
—Tengo que irme... El señor David puede despertar en cualquier momento. Nos vemos después, Lian.
—Sí.
«¿Debería unirme a Los libertarios?» (Suspiro)
—Creo que mañana hablaré con mi hermana.
...SEDE CENTRAL DE LA DCA...
Perspectiva de Carolina:
—¿Cómo se encuentra él?
—Por el momento se halla estable, pero aún no abre los ojos.
—...
—¿Cómo te encuentras tú?
—Yo estoy bien. Tu habilidad es realmente asombrosa, Lara.
—Gracias.
Lara es la única agente de rango 1 que cuenta con habilidades curativas y de regeneración, siendo de gran ayuda para la DCA.
—... Bueno, entonces paso a retirarme. Nos vemos luego, Carolina.
—Adiós.
Ha transcurrido un día desde que el convoy fue emboscado por los anómalos, y también es el tiempo que lleva Dylan sin despertar; en un principio creí que había muerto por la explosión que produjo aquel anómalo, pero por suerte, aún seguía respirando, aunque su respiración era muy débil. Sin embargo, no había salido totalmente intacto de aquella explosión, pues perdió por completo su brazo izquierdo.
«Es sorprendente que haya sobrevivido a la explosión»
—Agente, su presencia es requerida en la oficina del director general.— exclamó un hombre mientras entraba a la habitación.
—¿Cuál es el motivo?
—No me lo informaron.
—... Bien, vayamos.
«¿Para qué me llamará el director general? Debo descansar durante dos días, así que no puede ser ninguna nueva misión. ¿Recibiré un sermón de su parte?»
Una vez que salimos del hospital que se encontraba dentro de las instalaciones de la sede central de la DCA, nos dirigimos al edificio principal, en el que se ubicaba la oficina del director general. Cuando llegamos a nuestro destino, el hombre que había sido enviado a llamarme, se colocó al lado de la puerta y me indicó que entrará en la oficina. Entonces, al momento de abrir la puerta de la oficina, me llevé la sorpresa de no ver al señor Dariel en la silla del director general, pues ahora se encontraba otra persona en ese lugar, persona que yo conocía perfectamente.
—¿Subdirector?... ¿Qué hace en este lugar?— pregunté confundida por su presencia en la oficina del director general.
—¿No ha sido informada, agente Carolina?
—No.
—Ahora entiendo su confusión... Ayer se dió un comunicado por parte de la DCA; comunicado en el que el director general anunciaba que abandonaría el puesto. Y hoy por la mañana, se dió otro comunicado; el cual trataba sobre mi ascenso a director general.
—¡¿Eh?!, ¿Por qué el señor Dariel abandonó su puesto?
—El antiguo director general fue removido de su cargo, ya que el Departamento de Control de Anómalos se volvió incompetente bajo su mando, por lo que, los altos mandos tomaron esa decisión.
—...
—Pasemos a lo que verdaderamente importa en este momento, agente. Le he llamado a mi oficina para decirle que usted ha sido descendida al rango dos oficialmente. En la última ocasión se votó para que fuera descendida, pero la falta de personal nos impedía tal acción, sin embargo, ahora no se puede hacer nada para que prevalezca en el rango uno.
Sus últimas misiones solo se pueden catalogar como fracasos absolutos; fracasos que han llevado a la DCA a tener una posición bastante complicada. Los altos mandos tenían planeado hacer otra cosa con usted, pero yo he abogado para que simplemente fueras descendida al rango dos de forma definitiva. Espero agradezca esta última oportunidad que la DCA le ha dado, agente Carolina. ¿Tiene alguna pregunta?
—No, señor.
—Ya puede retirarse.
Yo simplemente salí de la oficina del director general, cerré la puerta y me marché del lugar.
«Así que ahora el subdirector Jackson es el director general... Espero y no ocurran más sorpresas el día de hoy»
Perspectiva de Lian:
¡Ring, ring!; ¡ring, ring!
«Muy bien. Debo estar listo para la hora de partida» pensé mientras veía la hora en el reloj despertador.
Todos los días un grupo de anómalos se reúne en el puerto y parte hacia la ciudad de Itzá; ese grupo de anómalos tiene la tarea de traer las provisiones que se necesitarán, y hoy me había tocado ser parte de los anómalos que traerán las provisiones. En un principio no me agradaba la idea, pero después la vi como la oportunidad de poder hablar con mi hermana, pues ya no tendría que pedir permiso de poder salir de la isla por una simple llamada.
Después de haber tomado la ducha y el desayuno más rápidos en mi vida, estaba listo para reunirme con los demás anómalos en el puerto. —Justo a tiempo.— dije mientras me llevaba el último trozo de pan a mi boca.
Cuando llegue al puerto, en este se encontraban ya algunos de los anómalos que serían parte del grupo de reaprovisionamiento. Ninguno de los anómalos presentes me era familiar, hasta que llegó una cara conocida al lugar.
—¿Tú serás parte del grupo de reaprovisionamiento, Chloé?
Ella me observo por unos segundos para acto seguido dar un ligero asentimiento en respuesta a mi pregunta.
«Parece que también le afectó bastante la perdida del señor Izan»
—¡Escuchen!— exclamó con fuerza un hombre de mediana edad. —Partiremos en unos minutos, así que suban todas las cosas al ferry.
Habiendo subido todas las cosas al ferry, partimos en dirección a la ciudad portuaria de Itzá.
—¡¡Adiós!!— gritaban los niños como cualquier otro día.
«Por suerte, los niños siguen siendo los mismos de siempre» pensé con una ligera sonrisa en mi rostro.
El trayecto fue bastante tranquilo y no se presentó ningún inconveniente. Y luego de haber transcurrido veinte minutos, se podía ver el puerto abandonado al que debíamos llegar. Continuando el resto del trayecto a la ciudad en vehículos.
En la ciudad nos debíamos dividir en parejas, pues sería más fácil y rápido el obtener las cosas que necesitábamos en la isla.
—¿Qué nos tocó a nosotros, Chloé?
—Comprar algunas hierbas medicinales.— exclamó mientras veía la lista que nos había entregado aquel hombre de mediana edad.
—Bien, ¿A dónde nos dirigimos?
—Solo sígueme... Ya sé dónde encontrar esto.
—Entonces, te lo dejo a ti.
La ciudad de Itzá no solo se veía hermosa desde la distancia, también lo era una vez que se caminaba por sus calles. Sin importar en que dirección observarás, la fachada de todos los edificios eran coloridas. Las personas eran amables y cálidas, y trataban de ayudarte en cualquier inconveniente que tuvieras. Además, es tal como lo dijo Chloé.
-FLASHBACK-
—Es realmente increíble.— exclamé fascinado por la belleza natural del lugar.
—Y aún no has visto la cantidad de árboles que se pueden ver por sus calles. Muy distinto a lo que es Arames, en el que encontrarás árboles solo en los pocos parques que tiene la ciudad, y claro, si sales de la ciudad.— exclamó Chloé.
-FIN DEL FLASHBACK-
—Es tal como lo dijiste, Chloé.
—¡¿Eh?!
—Hablo de la cantidad de árboles que se pueden apreciar en todas las calles.
—Sí, por eso es mi ciudad favorita.— exclamó con una leve sonrisa.
«Definitivamente, se ve mejor sonriendo»
—Chloé, debo hacer algo, así que, ¿Qué tal si nos vemos en este lugar dentro de quince minutos?
—¿Qué harás?
—No es nada importante... Solo quiero llamar a mi hermana.
—Está bien.
—Bien, nos vemos más tarde.— dije mientras me alejaba de ella.
«Ahora solo debo buscar un teléfono público»
Al final, el buscar un teléfono público no terminó siendo una misión bastante difícil, tomando un par de minutos para encontrar uno.
(Llamando)
—...
—¿Hola?
—Lucía.
—¡¿Lian?!, ¿Dónde has estado? y ¿Por qué no me llamabas?... ¿Sabes lo preocupada que he estado?
—Lo sé y lo siento... Pero tampoco he tenido las cosas fáciles.
Solo escuché un ligero suspiro al otro lado de la llamada, mostrando lo cansada que se encontraba mi hermana ya de esta situación.
—¿Cómo están las cosas?
—Diría que están bien... Los padres de Alan se están encargando de la pastelería, por lo que, yo puedo concentrarme en los estudios. Aunque, no han parado de llegar agentes y policías conmigo... Todos se acercan por la misma y única razón. Quieren saber tu ubicación, Lian... Ya es agotador tratar con ellos todos los días.
—...
—¿Y ya pensaste en como saldrás de todo esto?
—Todos mis planes terminan de la misma forma... Conmigo tras las rejas y siendo acusado de colaborar con la organización conocida como Los libertarios.
—¡Pero eso es mentira!, ¿Cómo podrían acusarte de algo que no es verdad?
—Ja, ja, ja.— reí levemente por la ingenuidad de mi hermana.
—¿Te causa risa toda esta situación?— preguntó molesta.
—No, no es por la situación en la que estamos. Mi risa se debe a lo ingenua que puedes ser a veces, Lucía.
—... Entonces, ¿Qué piensas hacer? ¿Te vas a ocultar el resto de tu vida?
—Creo que es la mejor opción.
—¿Estás hablando en serio?
—Sí.
—...
—Lucía, mi problema no tiene solución, al menos no uno agradable para mí.
—¿Estás seguro de que no hay nada que puedas hacer?
—No.
—...
—Ya veo, así que piensas dejarme sola una vez más.
—Lucía, yo no planeo dejarte...
(Suspiro)
«Termino la llamada»
—¿Qué debería hacer?— susurré para mí mismo.
—¡Lian!
—...
—¡¡Lian!!
—¡Eh!, Chloé, ¿Qué haces aquí?
—Terminé de comprar las cosas de la lista antes de lo planeado, por lo que, decidí buscarte... ¿Sucede algo?— preguntó Chloé preocupada.
—No, ¿Por qué lo preguntas?
—Tu rostro se veía algo triste.
—Es porque recordé algo... Vamos, hay que reunirnos con los demás.
—Sí.
...DOS HORAS DESPUÉS...
¡Toc, toc!: ¡toc, toc!
—¿Quién es?
—Soy Lian.
—¿Hay alguna emergencia?— dijo mientras abría la puerta.
—No, solo quería hablar contigo.
Ella me observo detenidamente para después apartarse de la puerta y así dejarme pasar.
—¡Wow!, sí que es grande este lugar.
—Bienvenido a mi laboratorio.
—Pensé que trabajabas en el otro laboratorio.
—No. Por cierto, ¿Quién te menciono de este lugar?
—Chloé.
—Ya no le pediré que guarde un secreto la próxima vez.— susurro molesta. —Y bien, ¿De qué quieres hablar?— preguntó con curiosidad en su voz.
—Quiero unirme a Los libertarios.