"No soy un vampiro común cariño, porque yo, escuchalo bien, NO me enamoro"
-Claus Collins.
***
Claus Collins es misterioso, calculador, frío, controlador, tremendamente sexy pero sobre todo arrogante y en ninguno de sus planes estaba enamorarse.
Tenía una misión y no era la primera misión que le encomendaban, confiaban en él y podía conseguirlo todo con solo chasquear sus dedos.
¿Podrás entender el porque nunca enamorarse? eso solo lo sabrás si miras un poco dentro de esos ojos color zafiro capaz de embelesar pero también de matar.
Por el contrario Marianna Grey curiosa de aquel chico extraño que decidió hablarle en aquella fiesta, se propone averiguar por qué aquellos ojos color zafiro gritaban peligro.
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Capítulo 24
Me levanté muy temprano, arme una pequeña muda de ropa para los dos días, ya papá sabía que no estaríamos en casa, el acepto alegre al ver que íbamos Miguel y yo, salí de la habitación con mi mochila, toque la puerta de Miguel y lo desperté, entro al baño y yo baje a la cocina, cocine huevos revueltos y tostadas, deje las de Miguel frente a mi, comia tranquilamente en la mesa, cuando Miguel bajó, se sentó frente a mi y comió en silencio, pude observar que en su hombro llevaba una mochila, cuando termino me quedo mirando.
—¿Ya le escribiste? — me pregunto Miguel, yo negué la cabeza, recogí los platos y los lave, saco mi celular y busco el contacto de Nolan.
Yo: Ya estamos listos, puedes venir a buscarnos
Nolan el lee mentes: Llego en cinco
Guardo el celular al leer el mensaje, Miguel me observa detenidamente.
—¿Sabes que puedo oler no? Solo que ayer no quise decirte nada — me dijo seriamente, no supe de qué hablaba hasta que lo entendí, lo mire incomoda.
—Vino anoche a hablar uno de ellos — dije mirando al suelo.
—Lo se y confio en ti, solo cuidate ¿Si?— me dijo alzando mi cabeza para que lo mirara.
Sonreí, realmente Miguel había madurado, sentí el claxon del Jeep, nos levantamos y caminamos a la puerta, cerré con llave al salir, me monte de copiloto y Miguel en la parte trasera, Miguel miraba receloso a Nolan.
—Tu debes ser Miguel ¿No? — dijo Nolan con una sonrisa agradable como la que me dio a mi el primer dia que nos vimos.
Miguel solo asintió, no habló durante todo el camino, no le quitaba la vista a Nolan por ningún momento, Nolan me observaba curioso y no entendía porque, llegamos a la casa de ellos y Miguel la observó muy detenidamente, pude observar que su rostro se emocionó un poco, se notaba que le gustaba la casa, nos encaminamos a la puerta y en la sala nos esperaba Jeremy sentado relajadamente en el sofá, detrás de él estaba Claus de pie con sus brazos cruzados, arrogantemente como el primer día que lo vi.
—Siéntense, vamos a hablar —dijo Claus desde su ubicación, su tono era receloso, como si no confiara en mi hermano, obedecimos y nos sentamos en los muebles.
—Qué pasó ayer en la madrugada — pregunto Claus.
Les conté lo que había pasado, Miguel no hablo en ningún momento, creo que aún no confiaba en ellos, ellos me escucharon atentos y sin interrumpirme.
—Debemos protegerte — dijo Nolan sin más, todos asintieron.
—Tu debes ayudarnos, ahora tu hermana está en grave peligro — le dijo Nolan a Miguel, él asintió en acuerdo.
—Lo que debemos hacer ahora es entrenar, tu nos demuestras que sabes y si es caso, te enseñaré a conocer tu poder, tu Marianna debes practicar tu magia, se acerca la guerra —dijo tranquilamente Claus, Miguel asintió no muy convencido.
Después de eso, Claus le ordenó a Miguel que lo siguiera, se fueron a la parte trasera y desaparecieron de mi visión, Nolan carraspeo para llamar mi atención.
—Así que te gusta Claus — me dijo en tono pícaro, yo rodé los ojos.
—¿Por qué crees eso? — le pregunte curiosa de lo que iba a responder.
—Ayer llegó furioso y sabía que había estado contigo, no habia visto a Claus tan furioso por alguien — me dijo seriamente, yo abrí los ojos, ¿era posible que? no, no creo que Claus haya dicho algo, sería ridículo.
—Si, me gusta, pero no le digas nada a mi hermano — le dije suplicando a Nolan, él sonrió y alzó las cejas.
—Eso es nuevo, espero les vaya bien juntos, de todo corazón — me dijo Jeremy, le sonreí, realmente era muy noble este chico.
—Gracias — le dije amablemente.
—Jeremy tu quedate con Marianna, yo iré a entrenar con Claus — dijo Nolan caminando hacia la puerta trasera.
—Ya veo que siempre tendemos a quedar solos —dijo Jeremy con su típica sonrisa amable, le devolví la sonrisa y me rei.
—Vamos a mi habitación y me enseñas lo que sabes y yo te muestro mi poder — me dijo levantandose del sofa y caminando a las escaleras, lo seguí silenciosamente hasta llegar a su habitación, se sentó en la cama y yo en una silla.
—Muestrame tu magia —dijo Jeremy mirándome curiosamente, suspire y lo mostre todo lo que había aprendido, el me miraba sorprendido por todo lo que le había mostrado, me sentía orgullosa, aunque le había desordenado su cuarto.
—Me sorprendes, en solo meses has aprendido a controlar la magia perfectamente — me dijo con una sonrisa en la cara, le devolví la sonrisa, realmente estaba feliz.
—Ahora muéstrame tu — le dije con entusiasmo quería ver cómo usaba su poder, él se levantó y se dirigió a la ventana.
—Ven, te mostraré — me dijo moviendo su mano llamándome, me acerque y vi desde a la ventana como Nolan golpeaba una bolsa de Boxeo, mientras que Miguel trataba de golpear a Claus sin acertar, realmente era gracioso, Miguel se veía enojado por no poder golpearlo y me acordé de las palabras de Nolan, que Claus era el Noblesse el ser más poderoso que pudiera existir, sonreí con la escena.
De repente Jeremy alzó su mano y tocó la ventana, sus ojos se volvieron verde oscuro, del saco de boxeo, se pudo percibir como enredaderas lo cubrían, Nolan miro confundido el saco, luego miró hacia la ventana justo donde estábamos nosotros, me asuste y retrocedí.
—Tranquila, no puede verte, el vidrio no permite ver de afuera hacia dentro — dijo calmadamente Jeremy aún con sus ojos verdes oscuros, de repente poco a poco su color volvieron a ser verde claro, me miro y sonrio.
—¿Quieres ver más? — me pregunto emocionado, los dos reímos y yo asenti, Jeremy volvió a tocar la ventana pero esta vez sus ojos se volvieron grises, realmente era sorprendente, no podía quitar mi mirada de sus ojos, de repente sentí como el cielo se oscureció y de él salió un rayo.
—Maldición — alguien gritó desde abajo, quite mi vista de Jeremy y mire hacia la ventana la escena que tenía en frente de mi me hizo reir.