Siempre nos hemos preguntado qué sucede después de la muerte. No sé qué le ocurre a los demás, pero para mí fue una oportunidad única: regresar y hacer justicia. Mi muerte no fue un accidente; alguien acabó con mi vida, y ahora he vuelto para descubrir la verdad detrás de ese secreto. He regresado para reclamar lo que es mío y para enfrentar a aquellos que me hicieron daño.
¿Lograré cumplir con mi misión? Acompáñame en esta emocionante historia y descubramos juntos lo que el más allá tiene reservado
NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo VI Un profundo dolor
Diego se encontraba en la iglesia, la ansiedad se estaba haciendo presente. Elena ya había tardado mucho en llegar a la iglesia. Caminando de un lado al otro escuchaba los susurros de los invitados. Desesperado le pidió a su papá que llamara a los padres de su novia. El sentimiento que lo había alcanzado el día anterior volvió a hacerse presente y de repente sintió como si algo dentro de él se hubiera ido. Sintió como si su amada se estuviera despidiendo de él.
“Tranquilo hijo, las novias siempre se atrasan en su día especial”. Guillermo trató de tranquilizar a su hijo mostrando una sonrisa comprensiva.
“Necesita saber que está pasando papá, por favor llama a Augusto, porque Elena no contesta mis llamadas”. La angustia era notoria en la voz desesperada de Diego.
Guillermo intentó comunicarse con sus amigos, pero todo era en vano, nadie le contestaba el teléfono. De repente se escuchó el repicar de un celular dentro de la iglesia. Amelia quien ya se encontraba en el lugar, contesto la llamada pidiendo disculpas por la interrupción.
📱“Dime mamá”. Respondió Amelia, saliendo de la iglesia.
📱“¿Dónde estás?, aquí en la casa de tus tíos pasó algo terrible”. La voz de Camila sonaba triste.
📱“En la iglesia mamá, me vine antes Ara ver qué todo estuviera en orden. ¿Pero dime qué pasó?, ¿por qué Elena aún no ha llegado?”. Pregunto Amelia con cara de preocupación.
📱“Tu prima, tu prima está muerta, vamos camino al hospital, tus tíos están muy mal”. Contesto Camila mirando a la calle mientras el chófer conducía.
📱“¿Qué?, pero ¿como pasó algo asi?, ¿como que Elena está muerta?".
Amelia estaba de espaldas y no se dio cuenta de que Diego estaba detrás de ella escuchando su conversación. Su rostro se tornó pálido, todo a su alrededor giraba, el sabía que algo había sucedido, sin embargo, no lo aceptaba.
“¿Qué acabas de decir?”. La voz de Diego llego a cada rincón de la iglesia.
Amelia colgó la llamada girando lentamente para encontrarse con los ojos incrédulos de Diego.
“Lo siento Diego, no se cómo decirte esto, ni yo misma lo creo”. Expreso, Amelia titubeante.
“Respondeme, “¿Qué acabas de decir?”. Volvió a preguntar, Diego con una mirada terrorífica.
“Mi mamá me acaba de decir que Elena está muerta, en este momento van camino al hospital”. Amelia sonaba triste y en su mirada se reflejaba el dolor.
“Eao no es cierto, Elena no puede estar muerta, me estás diciendo mentiras, mi Elena no pudo haber muerto, no puede estar muerta”. Diego empezo a gritar como loco, sus padres salieron a ver qué estaba pasando, pero cuando llegaron vieron que Diego subió a su coche y salió como alma que lleva el diablo.
“¿Qué está pasando?, ¿cómo que Elena está muerta?”. Presunto Mercedes llorando.
“Fue lo que mi mamá me dijo, no sé nada mas”. Respondió Amelia cayendo al piso llorando con desesperación.
“Guillermo la ayudó a ponerse en pie y los tres salieron detrás de Diego. Guillermo temía que en su estado tuviera algún accidente.
Minutos más tarde Diego llego al hospital encontrándose con sus suegros. Ester lloraba desconsoladamente, mientras que Augusto la tenía abrazada a su pecho con los ojos rojos, pero sin derramar una sola lágrima.
“¿Donde esta Elena?”. Pregunto Diego con una pizca de esperanza en su corazón.
Augusto lo miro con un gran dolor, mientras que su esposa seguía llorando sin consuelo. Las enfermeras los veían con lástima, se suponía que ese un día de felicidad para esa familia y ahora lloran la muerte de la novia.
“Mi pequeña, mi pequeña ya no está con nosotros, mi niña no puedes irte, mi niña por favor regresa con tu madre”. Ester logro articular esas palabras desgarradoras haciendo que todos a su alrededor llorarán al sentir el dolor de una madre que acababa de perder lo más sagrado para ella.
Diego cayó de rodillas frente a sus suegros y sus lágrimas salían cual cascadas. El dolor que sintio en su pecho era indescriptible y las ganas de morir junto a su amada se hicieron presentes.
“¿Donde esta?, quiero verla, ella no puede estar muerta, ella no me pudo haber dejado”. El llanto de Diego era desgarrador, una de las enfermeras lo acompañó hasta donde se encontraba el cuerpo de Elena.
Se acercó lentamente con la esperanza de que no fuera ella, pero toda ilusión desapareció cuando destaparon el rostro de la mujer acostada sin vida en la fría mesa y descubrió que era su amada, que era su vida entera quien estaba frente a él.
“Elena mi amor, despierta, no me puedes dejar, no así mi amor. Por favor Elena despierta”. Diego tomo entre sus brazos el cuerpo inerte de Elena y la abrazaba fuertemente a su pecho, ese abrazo lo hizo sentir el miedo que sintió el día anterior cuando la dejo en su casa. Cada palabra que se dijeron ese día, cada caricia, cada beso estaba registrado en su mente, tratando de volver al pasado y evitar que esto le pasará a su prometida, pero un recuerdo en particular llegó a su mente, ese cuando ella le dijo que si moría volvería solo por él. El dolor de aquellas palabras lo hizo profundizar más su desconsuelo, pues era imposible que ella regresará por él.
Guillermo entro a la habitación donde se encontraba su hijo y con mucho dolor se acercó para consolar el sufrimiento que en ese momento Diego estaba sintiendo.
“Hijo debemos salir, deben preparar a Elena para su funeral”. Esas palabras fueron un cuchillo ardiente atravesando el pecho de Diego.
“No papá, no quiero dejarla sola. No quiero separarme de ella”. Diego rehusaba abandonar a Elena en aquella fría sala.
“Hijo ya no podemos hacer nada, se que es díficil, pero Elena era una mujer muy fuerte y no le gustaría verte asi”. Guillermo tenia la voz apagada, no había nada cruel que ver sufrir a su hijo y no poder hacer nada para consolarlo.
“Mi Elena, amor mío, perdoname por no estar contigo, por no cuidar de ti”. Diego se aferraba cada vez más al cuerpo de Elena, estaba aferrado a la idea de no dejarla sola.
Diego estuvo con Elena por una hora, hasta que entendió que ella no iba a despertar, hasta que entendió que el amor se su vida se había ido para siempre. Sin consuelo dejo que los doctores hicieran su trabajo dejándolos solos en la sala.