Una jovencita hija de uno de los mafiosos más grandes de Italia, nacida de su primer matrimonio y destinada como toda mujer nacida en la mafia a ser moneda de cambio, está comprometida con Reginald Fabrizi, a quien ama y adora.
Reginald Fabrizi Heredero de otra de las mafias de Italia, está enamorado como un loco de Fiorella Cappellari, hija de Francesco Cappellari, pero la envidia de la media hermana de Fiorella hará dudar a toda su familia, incluyendo a Reginald del amor de su amada.
La pobre Fiorella deberá ser fuerte y valiente para poder superar todo lo que le viene, la traición, intriga y la venganza rodeará a esta joven volviéndola capaz de hacer lo que sea para conseguir su venganza, habrá para esta mujer dañada la oportunidad de volver a amar.
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Limpiando sus nombres
—Flora como estás, aparte de hermosa, claro. —Dice Borya y se sienta a su lado
—Estoy bien, muchas gracias por ayudar a mi hija en todo… —Él sonrió.
—Nuestra, flora. Si tanto él lo dijo, pues, será nuestra hija, la quise desde que la vi y esta vez no te dejaré ir así, deba matar a tu marido y volverte una viuda, para poder casarnos. —Ella sonrió y negó.
—No es necesario eso para casarnos, él me hizo firmar el divorcio. Pero… no sé qué opine Fiore. —Dijo ella.
—Créeme que estará feliz y no te preocupes por lo que teníamos, te enamoraré día con día. —Dijo él.
—Ya te amo, lo que creí sentir por Francesco solo era algo como el síndrome de Estocolmo y se me quitó cuando me mantuve alejada de él, ahora lo veo claro, era más costumbre que otra cosa. —Dijo ella y él la besó.
—No sabes lo feliz que me haces, día a día te haré la mujer más feliz del mundo. —prometió y se volvieron a besar.
—Tú no tienes casa, cuando dijeron estar conmigo y conocerme no se referían a que te volviera un chicle. —Dijo Fiorella.
—El idiota de Luka ahora no sale de aquí y no me gusta. —Dijo él.
—A mí no me importa, ya déjame respirar… —se quejó ella.
—Y allí vienen los tortolitos. —Dijo Borya abrazado a flora.
—Tu sobrino me asfixia, le dije a Borys que no me caía bien sin conocerlo y no me equivoqué. — Dijo ella, pero se detuvo.
—hey… Ustedes dos... Juntos. Díganme que sí... —Flora asintió y ella gritó.
—Sí... Por fin. Felicitaciones a ambos se lo merecen... Borya te adoro, pero si la haces llorar te saco los ojos. —Ella los abrazó
—Lo sé y no lo haría aún sin amenaza, la amo.
—Ojalá tú, hija, puedas darte otra oportunidad. —Dijo la madre de Fiorella.
—Vez cariño. —Dijo Salvatore y se giró a verlo.
—Idiota, suéltame, Mamá, eso ya no es para mí, me voy a casar y listo no me pidan más. —Dijo y Salvatore detrás de ella movió sus labios diciendo que él se encargaba de eso y flora se rio junto a borya.
—Qué, de que se ríen —Pregunto mirando a Salvatore y este se hizo el que no sabía.
—Ni idea. —Dijo Salvatore.
—Fiorella esta noche es la reunión o vamos hoy o se puede poner algo raro, la cosa nostra y la camorra están hostiles al saber que la viuda es la líder de la organización con la que tienen negocios y no están tan seguros. —Dijo Dimitri.
—Iremos está noche... Ya es hora de que me vean, es momento de limpiar nuestros nombres madre, estás lista para verlo. —Ella asintió y tomo la mano de borya.
—Lo haré, hija mía.
La noche cayó y las mujeres comenzaron a vestirse y a arreglarse la madre de Fiorella estaba divina en un hermoso vestido color azul marino con encaje negro en la blusa de mangas largas, pero mostrando sus hombros y un fondo blanco de bajo como top, el vestido es entallado y se molda a su figura, después de las rodillas es un poco más ancho.
Lleva su cabello suelto y unos pequeños aretes uno poco largos.
Solo vestido
La hermosa Fiorella lleva un vestido de color negro al mejor estilo mafioso, es sin mangas, agarrado de un solo hombro, ajustado al cuerpo y la falda cae suelta desde el muslo donde tiene una abertura que deja ver su hermosa pierna, es largo y arrastra un poco, sus sandalias son plateadas al igual que sus aretes que son largos su cabello va suelto y se ve hermosa y peligrosa.
Solo vestido Fiorella
Tanto Borya, como Dimitri y Salvatore van en trajes negros sin corbatas, pero se ven divinos, estos al ver a las mujeres quedan impactados, sobre todo Salvatore que enseguida la toma del brazo.
—Recuerdas que soy viuda. —Pregunta ella.
—Y te recuerdas que eres mi prometida... —Él le sonrió y entraron a los autos para minutos después estacionar frente a una enorme mansión donde estaban concentrados los más poderosos clanes mafiosos y por supuesto allí estaría su antigua familia.
Al parecer solo ellos faltaban, las puertas se abrieron y primero entró Dimitri con los guardias y detrás entró la viuda con Salvatore del brazo y su madre con Borya del brazo de ella.
La sala quedó en shock por las mujeres que entraron, eran dos fantasmas hermosos que paralizaron el lugar.
—Buenas noches, caballeros, ahora sí podemos empezar. —Hablo Fiorella y un hombre respondió.
—Buenas noches, viuda, adelante. —Entraron altivas y Francesco, al igual que Reginalda y sus mujeres, no dejaban de verlas.
Reginald tenía cara de haber visto a un fantasma y apretó sus dientes al ver al hombre que detesta colgado de su brazo, lo mismo le ocurrió a Francesco, ese bastardo estaba con su mujer.
Milena y Francesca no podían creer que esas mujeres estuvieran vivas y más hermosas que nunca si cicatrices ni marcas.
—Bienvenidos, ahora comencemos. —Cada uno de esos hombres llevaba a un acompañante bien sea esposa o amante.
—Esta reunión se organizó porque según ustedes una mujer no tiene lo necesario para este puesto y les digo que es su problema, tengo suficientes socios y el que se quiera desligar lo puede hacer. —Hablo tan altiva como siempre
—Estás viva. —Le preguntó su padre
—Eres muy observador... Hola Sandro, me recuerdas. —Dijo y este tembló.
—Que está sucediendo aquí ya sé que es la viuda del pakhan, pero si no nos da confianza será imposible trabajar con usted, traiciono a su prometido, quedó embarazada de otro y si eso se lo hizo a él. —Dijo y ella sonrió haciendo temblar a su hermana y a Milena.
—Una mujer en este negocio no se asustará cuando vea morir a alguien, podrá con el puesto. —Hablo otro mafioso.
—Eso no tiene nada que ver, somos adultos problemas personales se deben separar, pero solo para limpiar nuestros nombres se los voy a aclarar. —Dijo causando intriga en todos.
—y para su pregunta no diré palabras, solo les mostraré a la rata que nos ha estado robando y la traición se paga caro. —Mostró evidencia del hijo de Volkov robando y luego hizo que lo sacarán del auto.
Volkov abrió sus ojos y negó
—Que demonios hiciste, sé cómo se paga la traición, pero no me hagan matarlo. —Dijo mirando a Fiorella.
Ella sonrió siniestramente, tomó la pistola de su bolso de mano y le disparó en la frente, dejando a todos fríos y con varias mujeres asustadas.
—Ya demostré mi primer punto, saquen a la basura de aquí... —Dijo fría.
—Ahora voy con lo demás... —Sonrió de oreja a oreja y pidió a su siguiente invitado.
El doctor Javier entró y más blanca no se pudieron poner Milena y Francesca, los hermanos de Fiorella solo estaban consternados aunque felices de ver a su hermana viva.
—Él es Javier Rosso ginecólogo y el encargado de mi supuesto embarazo. —Comenzó ella.
—bueno, ahora hable y muestre pruebas o la pequeña Laila será la próxima atracción del sex infierno. —Él asintió y comenzó a mostrar videos en una pantalla que había mandado a instalar Fiorella antes de llegar, con uno de sus socios de confianza.
La tensión era grande, esos hombres miraban a sus ex y a su hija y no podían creer lo que veían.
En el vídeo salía Javier hablando del plan con Milena y Francesca, le explicaban qué hacer, salió el doctor falsificando las pruebas porque él se cubrió la espalda con esos vídeos.
Mostró varias pruebas de paternidad de Francesco con Fiorella dónde eran compatibles y mostró un vídeo de cuando le ordenaron hacerle una prueba a Francesco con su hija de ADN y las falsificó, por pedido de Francesco y su hombre de confianza Andrés.
Javier era muy joven en aquel entonces y el laboratorio era de su padre apenas tenía veintitantos años.
Francesco quería matar a Milena con sus propias manos, luego dirigió su mirada a la mujer que jamás mintió.
Las mujeres negaban llorando y los hombres estaban vueltos locos, solo negaban sin emitir palabras.
—Es mentira, eso es falso —dijo Francesca, pero las pruebas eran obvias.
—Javier de quién eran las pruebas de embarazo y de quién era el eco en aquel entonces. —pregunto Fiorella.
—Nooo... —Gritó Francesca.
—Cada prueba y eco eran de Francesca y ese bebé es el pequeño Reginald... —Los ojos inyectados en sangre de Reginald se clavaron en Francesca.
—Maldita mentirosa. —Le dijo Reginald a su esposa y miro a su ex con arrepentimiento, pero en los ojos de ella solo había odio.