Ashley Larson, una joven estadounidense que, sin saberlo, se convierte en el peón de un cruel juego de venganza orquestado por Andreas Kostas Papadopoulos, un empresario griego consumido por la obsesión y el rencor. Después de la trágica muerte de Anabel, la hermana mayor de Ashley y el amor perdido de Andreas, él trama un plan diabólico para hacerle pagar, seduciendo y casándose con Ashley, quien guarda un asombroso parecido con Anabel.
Después de medio año de matrimonio Ashley sufre un "accidente", que la hace perder su embarazo y su pierna. Lo que sumerge a Ashley en una depresión y un descenso terrible, pero después de tocar fondo solo puede subir y ella lo lograra a lo grande. Y va a vengarse del hombre que la arruino la vida.
NovelToon tiene autorización de DL700 para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 23
En el elegante Café Regency, Ashley se encontraba frente a Ethan, sumida en sus recuerdos. Recordaba cómo lo había conocido tres años atrás, cuando Ethan era solo un joven intentando reunir dinero para la universidad, abriéndose paso en el mundo del modelaje.
La manera en que se conocieron fue peculiar: Ethan había lanzado una página en OnlyFans para financiar sus estudios, promocionándola en su cuenta de Instagram. Ashley, atraída por el joven al ver su página, se suscribió y terminó pagándole miles de dólares, lo que llevó a su primer encuentro en un hotel de Nuevo México, su estado natal. Ashley había vuelto seis veces más para estar con él, algo que Nikos, con quien Ashley mantenía una relación cercana, siempre había sabido y, de alguna manera, apoyado.
Volviendo al presente, Ashley rompió el silencio.
—¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez…? —preguntó con una sonrisa nostálgica.
Ethan se sonrojó, visiblemente afectado por el recuerdo.
—Ha pasado un tiempo —admitió, su voz suave.
—¿Cuánto es un tiempo para ti, cariño? —Pregunto Ashley.
En ese momento llegó el mesero con las dos tazas de café para cada uno. Ashley la tomó y sorbo un trago mientras seguía mirando a Ethan.
—Bueno… si quieres ser especifico —Respondió riendo mientras sus mejillas se coloraban más —, fue un años seis meses…
—Veinte días —termino Ashley con una sonrisa cómplice.
Ethan se atragantó, tomó un sorbo al agua y después tomó su café.
—Veo que sigues siendo tan penoso como siempre, cariño. —dijo Ashley con una sonrisa cómplice.
Eso era algo que Ethan tenía mucho, esto era curioso contando que era modelo y en sus fotos de OnlyFan no eran para nada pudorosas a ojos de Ashley.
—Eso no es cierto, Ashley —responde Ethan —. Solo que… el café esta algo caliente.
—¿Caliente? Claro cariño —Dice Ashley —. Pero no debe sorprenderme si viniste a Londres solo para verme.
Ethan río.
—No te equivoques, cariño. Estoy en Londres por que vine a ver algo de teatro, eso es todo.
—Y en Nueva York no hay teatro ¿verdad? —Pregunto Ashley en broma.
—No viví en Nueva York, si no en Atlanta.
Ashley se recargo sobre su silla y tomó otro trago a su café.
—Necesito tu ayuda, Ethan —continuó Ashley, su tono volviéndose más serio—. Necesito que uses tu posición en RadarTech, seria para que lleguemos a un acuerdo para que compren nuestro software para sus radares.
Ethan soltó una risa incrédula.
—Eso va a ser difícil. Hablamos de radares militares aquí, y el ejército no quiere sistemas de software hechos o vendidos por una empresa extranjera.
Ashley, sin desanimarse, planteó una solución.
—¿Y si la fábrica estuviera en Estados Unidos? ¿Y si la directora de esa empresa fuera una mujer estadounidense?
Ethan, interesado, inclinó la cabeza.
—Bueno, Ashley, a lo que tengo entendido con respecto a tu situación… llevas años viviendo fiera de Estados Unidos. Así que sin pelos en la lengua ¿Qué estás planeando exactamente, Ashley?
Ashley delineó su estrategia con una claridad fría y calculadora. Su objetivo era ascender a una posición de influencia aún mayor dentro de Kostas Holdings.
—Mi plan es simple —explicó—. Quiero tener un puesto más influyente en el conglomerado. Ser la directora de la empresa que proporciona software al ejército sería… interesante. Esto no solo mejorará mi posición en la junta del consejo, sino que también me permitirá supervisar mi primer proyecto como directora, un proyecto que nos asegurará millones en dólares y libras.
Ethan asintió, pareciendo impresionado.
—Eso suena bien, pero, ¿acaso le debes un favor a Andreas Papadopoulos? —preguntó, su ceja levantada en señal de curiosidad.
Ashley negó con la cabeza y tomó un sorbo de su café antes de responder.
—Es algo más complicado que eso. Lo que realmente quiero es vengarme de Andreas Papadopoulos —confesó, su mirada endureciéndose con la mención de su venganza.
Ethan, claramente intrigado, se inclinó hacia adelante.
—¿Cuál es tu plan exactamente? —indagó, su voz baja, consciente de la gravedad de la conversación.
Con una sonrisa enigmática, Ashley le devolvió la mirada.
—Todo a su tiempo, Ethan. Todo a su tiempo —dijo, manteniendo el misterio.
La conversación se había convertido en un juego de ajedrez, con Ashley moviendo las piezas con una habilidad nata para la manipulación y la estrategia. Cada palabra y gesto estaban calculados para atraer, convencer y, finalmente, reclutar a Ethan en su compleja trama de venganza y ambición. Mientras tanto, Ethan, cautivado por la propuesta y la persona de Ashley, se encontraba en un cruce de caminos, entre la cautela y la tentación de sumergirse en el oscuro mundo de intrigas que Ashley estaba orquestando.