Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo XIV No he sido un buen esposo!
Una semana había pasado y Sofía empezaría la universidad el día de hoy, estaba muy emocionada porque al fin iba a realizar sus sueños.
— Me voy a poner celoso. — dijo Adrik mirando a su esposa.
— No entiendo por qué tendrías que ponerte celoso. — respondió Sofía aún entre los brazos de su esposo.
— Eres hermosa y estoy seguro de que más de uno de esos muchachos de tu edad se fijarán en ti. — dijo Madrid besando el cuello de su esposa.
— A mí esos muchachos no me interesan.
— Ah!, y se puede saber por qué no te interesan?.
— Soy tu esposa y aunque no haya amor entre nosotros... yo jure respetarte, y eso es lo que haré.
— No sientes absolutamente nada por mi?
El silencio de Sofía decepcionó a Adrik, él pensó que su esposa sentía así sea un poquito de cariño por él, pero con su silencio le estaba diciendo que no, que no podía haber nada más atracción física entre ellos, el la entendía, ya que al principio la había lastimado mucho y aún era muy pronto para que ella sintiera algo por él.
— No tienes que contestarme, sé que no he sido el mejor esposo, pero te prometo que cambiaré y cuidaré de ti siempre.
— Por qué quieres seguir casado conmigo?.
— Por qué prometí cuidar y yo siempre cumplo mis promesas.
Sofía se volteó a ver a los ojos de su esposo, y aunque sus ojos siempre eran fríos y distantes, Sofía sintió algo en su corazón, ella no sabía que era, pero era emocionante, su respiración se aceleró y sus latidos del corazón aumentaron.
Adrik beso suavemente a su esposa y por primera vez los dos se entregaron con absoluta pasión y no lo hacían por obligación, sino más bien por deseo.
— Llegaré tarde a mi primer día de clases. — dijo Sofía terminando de desayunar.
— No llegaras tarde y en caso de que pasara nadie se meterá contigo, ya que eres mi esposa y todo el país lo sabe. — explico Adrik tranquilamente.
— Entonces gozo de algunos privilegios?. — respondió ella coqueteando.
— No hagas eso si quieres ir a la universidad el día de hoy.
Sofía sonrió y termino su desayuno, Guadalupe que estaba viviendo la escena se sintió muy feliz de que los señores se llevarán mejor y no anduvieran peleando todo el día.
— Tengan feliz día, señores. — dijo Guadalupe retirándose a la cocina.
— Gracias Guadalupe. — respondió Sofía.
La pareja salió de la casa, Adrik abrió la puerta para que su esposa subiera al auto, la trataba con tanta delicadeza que Sofía se sentía conmovida.
— Estás nerviosa?. — pregunto Adrik mientras conducía.
— Si, un poco. — respondió Sofía mirando a la calle.
— Adrik tomo su mano y la acarició. — No tienes de que preocuparte, eres muy inteligente y esas materias serán pan comido para ti.
Las palabras de Adrik hicieron qué Sofía se tranquilizará un poco, pues si un hombre como Adrik pensaba que ella era inteligente, entonces ella lo creería.
Al llegar a la universidad Adrik bajo de su auto de lujo y abrió la puerta para su esposa, las miradas de todos los presentes estaban puestas en la pareja, quienes parecían muy felices, esto fue visto por Alina la hermana mayor de Sofía, Alina era casi dos años mayor que Sofía, pero como no se decía a escoger una carrera universitaria sus padres no la habían obligado a estudiar, solo cuando Sofía quiso estudiar ella se decidió, esto era para que Sofía no pudiera estudiar, ya que con la situación económica que estaban viviendo solo una de las dos podía ir a la universidad.
— Acaso esa no es tu hermana?. — pregunto Amanda la mejor amiga de Alina.
— Para mi mala suerte si, la muy zxxxx se casó con un millonario para que la mantuviera. — respondió Alina molesta.
— Pero con un hombre así hasta yo me caso. — comento Amanda.
— Mejor cállate, o es que acaso no sabes que él es despiadado y sin sentimientos. — explico Alina.
— No lo parece, por lo que estoy viendo él la trata como a una princesa. — respondió Amanda.
— Eso será puro por apariencia. — dijo Alina muerta de celos.
Mientras tanto Sofía se estaba despidiendo de su esposo.
— Vendré por ti para almorzar!. — aseguro Adrik.
— Si estás muy ocupado no deberías venir, yo puedo comer algo en la cafetería de la universidad. — dijo Sofía acomodando la corbata de su esposo.
— Yo también tengo que almorzar y la sede de las empresas no queda tan lejos, así que no te preocupes.
— Está bien, entonces me llamas cuando estés cerca.
— Hablando de eso, no puedo permitir que mi esposa siga usando ese celular tan viejo, así que en tu mochila tienes algo nuevo.
Adrik subió a su auto y aceleró dejando a Sofía confundida, cuando estaba por entrar a la universidad, escucho un sonido que venía de su bolso, al abrir para ver qué era se encontró con un teléfono de última generación y cuando vio quien la llamaba se quedó sorprendida.
— Espero te haya gustado tu regalo. — dijo Adrik al otro lado de la línea.
— Sabes que esto no es necesario, pero igual gracias. — respondió ella.
— Te llamo luego y por favor pórtate bien y aléjate de esos muchachos inmaduros.
Las palabras de Adrik hicieron sonreír a Sofía era increíble que un hombre como él aún sintiera celos de esos muchachos insípidos, después de despedirse de su esposo Sofía entro a la universidad sin darse cuenta de que su hermana la estaba esperando.
— Eres una zxxxx, lograste que un hombre como Adrik Ivanov se fijara en ti. — le gritó Alina frente a algunos estudiantes.
— No quiero problemas contigo Alina, mejor sigue tu camino y déjame en paz. — respondió Sofía tranquilamente y sin alzar la voz.
— Siempre con cara de mosca muerta. — comento Alina.
Sofía quiso ignorarla y seguir su camino, pero Alina no permitiría que Sofía la humillara dejándola ahí con la palabra en la boca, así que la agarró por la muñeca y la detuvo.
— No te he dado permiso de irte. — gritó Alina exasperada.
— Sofía soltó el agarre que tenía Alina sobre ella, luego se acercó a su hermana y muy sutilmente y con elegancia la amenazó. — en tu vida vuelvas a ponerme una mano encima, yo ya no pertenezco a tu familia así que no me tocaré el corazón para destruirte.
Con esas palabras Sofía siguió su camino con la frente en alto, algo que ella tenía seguro era que Adrik no iba a permitir que nadie menospreciara a su esposa y menos que la humillara.