En esta nueva obra veremos la vida de Dominica, un hombre frío y calculador, a quien la vida le ha marcado desde su infancia dejando cicatrices casi imposible de borrar. Tessa llegará a su vida para demostrarle qué no todo en la vida está planeado, ella le enseñará la belleza del verdadero amor.
NovelToon tiene autorización de Libeth Causado para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 24 Pececito
Narra Tessa
Dos semanas han pasado desde el repentino viaje de trabajo de Dom, puedo asegurar que no lo he extrañado, pero eso no quita lo ofendida que me siento, el muy cretino se largó sin importarle nada de mí, esta es la hora que no ha llamado ni siquiera para saber cómo estoy, está bien que todo esto es solo un montaje, pero al menos debería interesarse un poco, aunque sea por educación.
Estos días me he concentrado en mis estudios y dejar todo listo para el receso universitario, quiero irme unos días a la casa en la playa de mis padres, les diré que estoy con Dom para que mamá no me siga atosigando con sus constante preguntas sobre mi matrimonio.
Paso la tarde ocupada organizando mi trabajo sobre la importancia de la política a través de la historia y el impacto en la sociedad, pero el sonido de mi celular me saca de mi concentración
− Hija, tu padre y yo iremos de viaje – ese es el frio saludo mi madre
− Está bien madre – digo sin interés
− Creo que deberías venir con nosotros – me convida
− No lo creo madre, Dom y yo saldremos de viaje – miento
− Pero si tu padre tiene programado reunirse con él esta misma semana en donde él se encuentra– dice mi madre y me deja sorprendida – ¿no lo sabias? – pregunta con intriga
− No madre, no lo sabía, Dom no me mantiene informada de todos sus movimientos, pero ahora que lo pienso si sería bueno viajar con ustedes, quiero darle una sorpresa a mi querido esposo – acepto el ofrecimiento de mis padres
− Está bien, salimos mañana a primero hora – dice mi madre
− ok, madre descansa – me despido
Camino furiosa hasta el armario, tomo mi maleta y comienzo a empacar como loca lo primero que veo, luego voy directo a la cama.
La mañana llega y con ella el afán, pues mi maldito despertador no me despertó, o, mejor dicho, no lo escuche. Me baño apresurada y salgo rápidamente hasta la casa de mis padres, quienes me esperan furiosos, le doy el resto de los días libre a Duck y voy directo al jet, mi padre me da una mirada de reproche, mientras mi madre me da su sermón, dice que debo tomar responsabilidad de mi mala costumbre de llegar tarde a todo.
El vuelo dura algunas horas y antes de medio día ya estamos en el aeropuerto principal de la ciudad, los tres subimos a un auto completamente escoltado por personal de la campaña electoral de mi padre, mi madre pide que hagan una parada en el hotel Devil Diamond
− Espero que tengan habitaciones disponibles – dice mi madre un poco fatigada
Llegamos al hotel y espero que mis padres consigan la habitación, me sorprende saber que el infeliz de Dom, ya les tenía una habitación presidencial a mis padres, mientras que yo me quedo sin donde descasar
− Señorita, necesito una habitación para mi – pido una
− Lo lamentamos señorita, pero el hotel está copado, el señor Devil ha alojado a algunos huéspedes importantes – menciona la recepcionista con indiferencia de mi mal
− Ella es la esposa del señor Devil, ella no debería pedir una habitación, ¡dele las llaves de la habitación del señor Devil¡ – habla mamá con molestia
− Lo lamento señora, pero no estoy autorizada para eso – dice inexpresiva la recepcionista
− ¿Tess? – es la voz de Eliot
− Eliot, ¿verdad…? – pregunto sin recordar si es su nombre correcto
− Soy un hombre difícil de olvidar ¿no te parece? – responde con gracias mientras se acerca para darme un abrazo
− ¿usted es? – pregunta mamá
− Él es la mano derecha de Dominic, un gusto saludarlo – dice mi padre mientras estrecha la mano de Eliot
− Dele la llave de la habitación del señor Devil – le dice Eliot a la sorprendida recepcionista
− Aquí tiene señora Devil, lamento mucho mi torpeza – se disculpa
− No se preocupe, usted no lo sabía – le respondo ante su sonrisa de agradecimiento
Me despido de todos y voy directo a mi habitación, al entrar veo todo impecable, de verdad este hombre es un maniaco del orden, abro mi equipaje y busco algo para descansar un poco, pero antes quiero darme un baño, ordeno un poco mi cosas en el armario y el olor de su colonia invaden mis fosas nasales, tomo una de sus camisas y me lleno de ese exquisito y embriagador olor, aprisiono la prensa sobe mi piel he inexplicablemente siento la necesidad de pasar su ropa por mi piel, quizás para que su olor se quede impregnado en mí, quito mi ropa con lentitud he imagino como lo haría el, talvez lo haría de una manera salvaje, pero puede que también le guste hacerlo lento mientras roza su nariz por mi cuerpo desnudo, no sé en qué momento estoy totalmente desnuda, así que voy a la bañera y aprovecho el agua caliente sobre mi cuerpo ardiente, la sensación de querer tocarme me invade y no me cohíbo, aprovecho la soledad y mis dedos navegan por mi entrepierna mientras me imagino aquel hombre despiadado, pero jodidamente sensual
− ¿te gusta? – es la voz de Dom que me saca de armonioso y arrítmico 0rgasm0
− ¿Qué haces aquí? – pregunto jadeando mientras intento regular mi respiración
− Pues venía a cambiarme para una cena, pero al llegar me di cuenta de que no estaba solo – responde
− ¿Porque no tocaste la puerta? – le reprocho
− Es mi baño, además no sabía que eras tú, tampoco sabía que estarías haciendo ese tipo de cosas – dice con una sonrisa de burla
− Ahora me dirás que eres de esos tipos que creen que el placer solo es para los hombres – le respondo molesta
− No princesita, pero creo que te falta más practica y experiencia en el asunto – dice con una maldita sonrisa retorcida que me hace querer algo más de él, pero jamás lo sabrá
− Conozco mi cuerpo, se perfectamente como complacerme – le respondo mientras me levanto furiosa para salir del baño y busco la toalla
− ¿buscas esto? – dice él mientras la sostiene en su mano
− ¡dámela! – ordeno
− ¡ven por ella! – responde con voz ronca y sensual
No lo pienso dejar ganarme y voy por ella, lo que no me esperaba era que este me atrapara entre sus brazos
− ¿Qué haces? – pregunto temerosa, pero ansiosa
− Te enseñare – responde
Me toma de la mano y me lleva hasta la habitación, pone mis mano contra la pared y se posa detrás de mí, puedo sentir su dureza sobre mi cuerpo, se frota contra mi mientras sus manos navegan por mi piel ardiente y desnuda, jadeo de la excitación y luego toma mi mano y me obliga a bajar por mi vientre hasta llegar a mi humedecida intimidad, con su mano sobre la mía hace que mis pequeños dedos se empapen de mis fluidos para luego llevarlos hasta mi sensible botón, con suavidad me obliga a tocarme mientras besa mi cuello con fiereza, no puedo respirar y siento como mi cuerpo se contrae y exige más, pero no quiero que lo sepa
− Hueles delicioso pececito – dice algo que no comprendo y me sorprende, pero su caliente aliento sobre mi oreja me hace intensificar mis cl¡max
− ¡oh, oh…, oh! – jadeo
− Quiero que te mojes para mi pececito – susurra sin dejar de besar mi oreja
Es en ese momento cuando una inexplicable sensación de éxtasis y morb0 me hacen contraer mis piernas, quiero gritar mil maldiciones, pues es como si mi alma abandonara mi cuerpo y él lo sabe, no logro contenerme y siento como de mi ser sale una increíble liberación, llena de euforia y plenitud
− ¿te gusto? – me suelta haciendo que mi cuerpo falle y el equilibrio me deje, me dejo caer al suelo sin fuerza mientras observó una sonrisa de satisfacción en su rostro
− Yo- yo…, te has aprovechado de la situación – miento, para no sentirme tan mal por desearlo
− Así es, así soy yo, así que no quiero volver a verte en esa situación, porque entonces dejare de ser un caballero; juro que la próxima vez no me contendré y te enseñare lo que es un hombre de verdad – me habla de manera amenazadora mientras pasa sus dedos sobre mis labios obligándome a probarme
Luego se levanta y sale de la habitación, siento una sensación de vergüenza y satisfacción a la vez, no sé cómo describir este sentimiento. Tomo la toalla que estaba en la cama y cubro mi desnudez mientras intento comprender la sensación que tengo, no puedo negar que estoy anonadada, aun excitada y parcialmente ansiosa por él, pero en su maldito juego de macho cabrío no seré la perdedora, ya van dos veces en las que el me ve perder, pero eso solo ha sido pequeñas batallas.