Esta es la historia de seis personas, cuyas vidas se pondrían de cabeza por los azares del destino y el propio propósito de sus existencias. Amores, engaños, traiciones, pérdidas y rivalidades. Irán dando lugar al desenlace tal vez fatídico de algunos de ellos. ¿Quién será el último en quedar en pie? ¿quién se alzará con la victoria sobre aquello que los amenaza y sobre ellos mismos?
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Nadir: debo marcharme.
Isis: ¿me dejarás aquí sola?
Nadir: no puedo llevarte conmigo, no es seguro. Además si no estás aquí, cuando regrese esas mujeres me habrán dejado en la ruina. No les basta con que mantenga sus gustos caros y exclusivos sino también el de sus familias.
Isis: ¿adónde irás?
Nadir: debo encontrar a las dos que faltan, así que daré un recorrido por varias manadas para encontrarlas.
Isis: espero que vuelvas pronto.
Nadir: yo también. *Puedo ver ese pequeño rastro de tristeza en su mirada y sé que no es solo porque me marcho. No le gusta no ser la única, a mí también me desagrada esta situación pero no puedo hacer nada para cambiarla. Y lo peor es que se ha dado cuenta de que a veces la evito. Me es difícil estar cerca sin sucumbir a mis deseos*. No estes triste, no me gusta verte así.
Isis: no puedo evitarlo, vas al encuentro de otra mujer y debo aceptarlo.
Nadir: no lo digas así, sabes que ellas no significan nada para mí. Que si aún están aquí es para protegerte.
Isis: lo sé, pero no es fácil. Yo tengo tu corazón, pero no puedo tenerte y ellas que no significan nada pueden hacer lo que tú me niegas.
Nadir: por favor Isis, no lo digas así. Si he tenido intimidad con ellas es porque estoy obligado a cumplirles en su celo o porque han logrado drogarme, nunca ha sido por voluntad propia. No sabes cuánto muero por tenerte y lo que me cuesta no hacerlo. No quiero que tu vida peligre, el enemigo que nos acecha sabrá cuál de todas tiene mi atención. Por eso no quiero marcarte, ni mezclar nuestros cuerpos, lo hago para protegerte.
Isis: lo sé, prométeme que seré yo, que siempre seré yo.
Nadir: te lo prometo, no hay otra como tú.
Así partió, luego de llegar a la segunda manada en su lista encontró a Sophia,
no se desilusionó al ver que era más de lo mismo.
Nadir: ya solo falta una, ¿cuantas manadas nos quedan?
Kris: solo una, la manada Moon Light.
En esa manada se encontraba la última de sus lunas. Donde por complicasiones del destino su vida estaba atravesando un momento difíciln y no solo ella su familia también.
Mi nombre es Kiara Roberts,
soy la menor de tres hermanos, mi hermano mayor Daniel
y Kara
que es la del medio. Somos una familia ordinaria de las tantas que viven en la manada Moon Light. Mis padres Kevin y Andrea Roberts son muy amorosos.
Tenemos una vida común cómo miembros de esta manada, de más está decir que somos felices. Pero hay algo que no quiero compartir con nadie más, la verdad cuándo era más pequeña, era la típica niña llena de esperanzas e ilusiones ingenuas. Quería una historia de cuento de hadas cuándo conociera a mi mate, pero un día presencié una discusión entre mis padres. No fue la gran cosa, pero me marcó de una manera muy profunda. Mi padre estaba enojado, la verdad a mi mamá a veces se le va la mano con lo de tóxica. Podía ver su enojo y la forma en que eso doblegaba a mi madre. Ese día entendí lo que significa que una persona se convierta en tu dueño y es aterrador que otra persona tenga tal dominio sobre ti. Claro que ellos al verme se alarmaron y el ambiente se enfrió de golpe. Pero desde ese día cambié por completo mi forma de pensar, mi carácter se volvió más salvaje y atrevido. De más está decir que no pienso acorde a mi edad y todo se agravó cuándo mi hermana mayor encontró a su mate. Él era el hijo de una de las familias más influyentes, ya que su padre era parte del consejo. Todos estábamos ahí, era el día de su primera transformación, se podía ver la felicidad en su rostro al encontrar a su compañero y él no solo la rechazó en frente de todos. La humilló por ser de una familia humilde, y no considerarla digna de ser su compañera. Mi hermana aceptó su rechazo en el acto. Mi madre y yo tuvimos que tragarnos muestra ira y detener a mi hermano y a mi padre para que no le arrancaran la cabeza a ese mal nacido. Nos retiramos de ese lugar con mi hermana. Esa fue la peor noche que tubo nuestra familia. Kara casi muere por el rechazo. Podíamos sentir a su loba aullar de dolor, por suerte no murieron. Pero el cambio que tubo no pasaba desapercibido. Mis padres le pidieron al Alfa que los dejara abandonar la manada, pero él no lo permitió, no quería perder a dos de sus mejores guerreros. No nos quedó de otra que quedarnos en este lugar y soportar las burlas y habladurías de los demás. Pero cómo dice el dicho, lo que no te mata te hace más fuerte. Desde ese día mi padre y mi hermano nos entrenaron a ambas en secreto, después de todo eran de los mejores. Y así pasaron los años, pero mi hermana era el motivo de burlas y las miradas nada discretas de la gente, a pesar del tiempo transcurrido. Pero en la lucha no teníamos rival, aunque eso nadie lo sabía. Y cómo la vida a veces da, también quita. Eduardo el antiguo mate de mi hermana encontró a su segunda oportunidad. Una chica frívola y mimada. En los entrenamientos era una de las mejores, no era débil y disfrutaba humillar y acosar a mi hermana. Un día enfrente de todos la retó a un combate a muerte. Quería borrar la existencia de la otra mujer destinada a su ahora esposo. Mostraba con orgullo su marca. Yo estaba presente cuándo mi hermana vio la mordedura, algo en ella se encendió. Sus ojos tenían un brillo que nunca había visto. Pero guardó silencio, la noticia de la pelea se esparció como pólvora. Incluso llegó a los oídos del Alfa, pero todos cumplieron el capricho de esa niña consentida. Mi familia solo guardó silencio, mi padre fue con el alfa y pidió que se detuviera tal espectáculo, el solo se negó. Mi padre se retiró, no estaba preocupando por su hija, no lo necesitaba. Si bien su oponente no era débil, no le llegaba a los talones a Kara.
Kevin: ya oíste Kara, el alfa aprobó ésta pelea y estuvo de acuerdo que fuera a muerte. Hoy muéstrales la ira que has reprimido éstos años.
Kiara: *Kara asintió, cómo un soldado cumpliendo una orden. El semblante suave de mi hermana cambió. Ambas lobas se transformaron, la pelea duró menos de un minuto. Todos se quedaron inmóviles, lo único que se vio fue la cabeza de una loba café salir volando. Kara con una velocidad increíble mordió su cuello, separó la cabeza del cuerpo y los gritos de dolor de Eduardo hacen a todos volver a la realidad. Él solo la mira entre lágrimas, mi hermana aún estando transformada se puede ver en su rostro la risa burlona. Se acerca al cuerpo sin vida y de un mordisco quiebra sus huesos arrancando su corazón para después devorarlo. Nadie esperó su victoria y menos un comportamiento tan cruel. Vuelve a su forma humana completamente bañada en sangre, exponiendo su desnudez. Es hermosa, mira a los ojos a su antiguo mate y dice con burla.*
Kara: pensé que era más fuerte, pero no duró ni un minuto. *Se relame los labios*, carece de sabor. Supongo que en su caso sabe cómo es, insípida.
Kiara: *mi padre trae una manta y cubre su cuerpo.*
Kevin: espero que estén satisfechos por el resultado, ya que aprobaron algo tan absurdo.