Por estar en el lugar y la hora equivocada, Karol termina siendo drogada. Al despertar, se da cuenta de que está en una lujosa habitación, vestida de novia, con un hombre observándola, para darse cuenta de que ahora se encuentra casada con un hombre muy poderoso, pero de corazón frío y arrogante. Sin embargo, ella, debido a su personalidad única, pondrá su mundo de cabeza, despertando sentimientos o simples tentaciones...
NovelToon tiene autorización de Tatiana Márquez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAP 24 Promesa
Black se despierta por los rayos del sol que atraviesan la ventana. Comienza a palpar la cama y se encuentra solo. Se levanta y mira la hora: 7:04 AM. Busca con la mirada, sin éxito, y decide ir a ver si Karol está en el baño, pero nada, él se dada duna ducha rápida. Un poco intrigado sobre dónde puede estar, al estar listo se dispone a salir y se encuentra con uno de sus hombres en el camino.
Black: Buenos días. ¿Dónde está mi esposa? —dice serio.
—Buenos días, señor. Según tengo entendido, la señora se encuentra en el gimnasio —responde inclinándose. Black sigue su camino hasta llegar a dicho lugar y queda impactado al verlas, totalmente sudada, boxeando con Marcos. Él solo la observa; sus movimientos son buenos y ágiles, y termina derribando a Marcos. Ella lo ayuda a levantarse.
Marcos, al ver a Black, se levanta y se hace a un lado para que él entre al cuadrilátero. Ella sonríe al verlo, con la respiración agitada.
Karol: ¡Negro sabroso! ¿Te animas a luchar conmigo? —se acerca a él. Solo mira a Marcos, que está ahí, quitándose los guantes de box, pero no le importa. Así que se acerca a ella y la toma por la cintura, atrayéndola hacia él, quedando tan cerca que él posiciona sus manos en su trasero y ella pone los brazos en sus hombros. La temperatura sube.
Black: Sí lo hago y te gano, ¿cuál es mi premio? —ella sonríe.
Karol: Haré lo que usted me pida. —Él sonríe ladinamente, con astucia, y comienza a besarla, levantándola ahircajada en él. Mientras tanto, Marcos no sabe si irse o quedarse, así que se va en silencio. Ellos quedan envueltos en un beso que es lento pero profundo, para separarse.
Black: Si gano, repetimos lo de anoche esta noche. — rozando sus labios y quedando frente a frente, sin importarles que ella esté sudada; por alguna razón, no le molesta. Al contrario, le gusta su olor natural.
Karol: ¿Y si yo gano? —sonríe, alzando una de sus cejas.
Black: Pide lo que quieras y te lo daré.—
Karol: Si te pido a ti, bombón.— Estando tan cerca que podría volver a comerse en cualquier momento, pues ambos se deseaban, sus cuerpos eran dos imanes que se atraían.
Black: Solo dilo y haré lo que desees, Sra. Black.—
Karol: Me gusta eso.— Para besarlo con pasión, de esos besos que se te olvida hasta el nombre. Para separarse, ella se acerca a su oreja, mordiendo el lóbulo de la misma.
—Si gano esta noche, te amarraré en la cama, te vendaré los ojos y te haré sentir sensaciones que te harán ir a la luna, mi negro sabroso. Recuerda, amor mío, corazón de otra: "No te puedo regalar la luna, pero te puedo hacer sentir en ella"— En tono suave, pero en la forma en que lo dijo, sintiendo una electricidad que recorre todo su cuerpo. Ella lo volvía loco con su modo descarado de ser, pero le encanta que fuera así con él: sucia, pervertida y descarada.
Mientras ella se baja, sonríe para tomar distancia. Se pone en posición de combate, mientras mueve su mano con el guante de box puesto, invitándolo a empezar.
Karol: Más acción y menos palabras— Sonríe con picardía.
Black solo la mira, tomando los guantes que había dejado Marcos para ponérselos, pero en el fondo, un hombre acostumbrado a ganar y a tenerlo todo, era una tentación más perder. Karol estudia a su negro para saber cómo atacarlo; Marcos le había dicho que era muy bueno en el boxeo, pero sus golpes no tenían fuerza. Karol se daba cuenta de que no se estaba esforzando, mientras él esquivaba los golpes de Karol, pero no la golpeaba. Así, Karol se desanima y baja sus brazos para quitarse los guantes.
Karol: Eso no es justo, ni siquiera te estás esforzando. —Desanimada, fingiendo enojo. Black la mira porque parece una niña haciendo una pataleta... para mostrar sus perfectos y hermosos dientes blancos en una sonrisa que a ella le encantó.
Black: (La mira) Lo siento, por primera vez quiero perder y que me amarres en la cama, hagas lo que desees conmigo. —Tomándola por la cintura para voltear y besar su cuello, mientras sus manos navegan en su cuerpo. Karol se deja llevar por el momento, sintiendo su tacto a través de su ropa, hasta que su mano viaja entre su pantalón deportivo para llegar a su intimidad. Ella, al sentir su contacto, se estremece, mientras su otra mano posa en sus senos. Ella está perdida, hasta ser interrumpida por uno de los hombres de Black, separándose al instante.
—Jefe, lo siento, tenemos un problema. —Black y Karol se retiran, mientras él maldice al hombre internamente, pensando que más vale que sea importante, porque lo manda a conocer el infierno sin retorno. Se va sin antes darle un corto beso.
Black: Alístate a las 10:00, paso por ti y te llevaré a un lugar. —Se va quitándose los guantes, mientras Karol solo sonríe al sentirse caliente.
Karol: ¿Para dónde? —Intrigada.
Black: Haremos una parada en una de mis empresas y luego te llevaré a un lugar que solo sabrás cuándo lleguemos. Karol quiere conocerte. —Se va, sin mirarlo, solo pensando que él la está volviendo loca, pero porque siente que algo ha cambiado en él. Mi tiempo con él se acaba, solo pagaré mi deuda y me iré... No puedo quedarme. Esto no es amor, sino deseo. El deseo y el amor son similares, pero el deseo se acaba cuando la persona queda satisfecha; solo es algo efímero, mientras que el amor requiere esfuerzo y libertad, sin convertir al otro en un objeto. No todo lo que se desea se ama. Únicamente se sienta un momento ahí, filosofando un rato, un poco perdida tratando de entenderlo, para salir de ese sitio y encontrarse con Renata, que la saluda, toma de la mano y la lleva al jardín para desayunar. Karol solo observa a Renata, feliz y hermosa con ese vestido color lila. Ambas se sientan en la mesa.
Karol: ¿Cómo estás? —con amabilidad.
Renata: Estoy bien. Me di cuenta de que es verdad lo que dijiste ayer sobre los cuatro, nunca de la vida.
Nunca debemos poner límites.
Nunca agaches la cabeza ante nadie, aunque tengas miedo, porque no debemos permitir mostrarnos débiles y, si no somos lo suficientemente fuertes, finjamos serlo; nadie notará la diferencia.
Nunca digas que no puedes.
Nunca debemos dejar de creer en uno mismo. Gracias, no sabes lo que significaron esas palabras. Karol (ella la mira y le sonríe).
—Sé que te conozco desde ayer, pero no hace falta conocer tanto a una persona para saber su calidad de ser humano. Tú eres una mujer fuerte, decidida, centrada y con un corazón que vale oro. Ayer me defendiste sin conocerme bien, me diste valor, por eso me atrevo a pedirte algo...—
Karol la mira intrigada; en su rostro mostraba seriedad, sabía que le iba a pedir algo importante porque estaba tomando valor para hacerlo.
—¿Dime lo que pasa? Si te puedo ayudar, lo haré—. Renata toma su mano mientras ella la mira expectante.
Renata: Quiero que prometas una cosa. Sé que eres la indicada... En una o dos semanas saldré de cuentas. —(Acaricia su barriga, suspira para tomar valor).
—Quiero que me prometas que si algo me pasa, tú, Karol, protegerás a mi hija con mi hermano; tú la criarás como tuya—. Karol queda desconcertada por lo que le pide Renata, queda sin palabras, pues no esperaba eso.
—Prométemelo, Karol. Si algo me pasa, no permitas que Marx se la lleve, prométemelo, Karol—, tomando su mano. Para Karol, solo resonaban esas palabras en su cabeza.
Karol: Nada te va a pasar. Sé que Black y Marcos harán todo para protegerte. Yo solo soy pasajera en la vida de tu hermano, pero solo puedo prometerte que, mientras esté aquí, las protegeré con mi vida. —
Renata: No, tú eres la mujer que quiere y necesita mi hermano. Has entrado a su vida y se la has puesto de cabeza, y él no te dejará. Sabes por qué: él tiene sentimientos por ti, pero ambos se niegan a reconocerlo. Puedo ver cómo tu mirada cambia cada vez que lo mencionas. Karol, solo dame tranquilidad; si algo me pasa o Marx viene por mí, tú vas a estar para ella, es lo más valioso. — con sus ojos llorosos.
Karol: No llores, mi reina. Mírame. (Tomando su cara para hacer que la mire). — Te lo juro que las protegeré con mi vida, a esa princesa. Pero con dos condiciones... — suelta su cara y la observa limpiar sus lágrimas.
Renata: ¿Cuáles? — Intrigada.
Karol: La primera es que serás valiente, por tu bebé y por ti. Y nada te va a pasar; ese Marx lo mandaremos al infierno sin boleto de regreso. Y verás crecer a tu hija. Así serás valiente y empoderada. Cuando nazca tu bebé, te enseñaré a defenderte.
La segunda: Quiero que quites ese miedo y rompas esa barrera con Marcos. Ese hombre te ama a ti y a tu bebé, y tú lo amas. A él no le importan tus cicatrices; él te ama así como eres. Solo dale una oportunidad. Yo hablé con él en el gimnasio; ese hombre daría la vida por ti. — Ella solo sonríe.
Renata: Te lo prometo. — Sonríe limpiando sus lágrimas.
Por otro lado, Black se encuentra en su escritorio, observando al hombre que lo interrumpió con Karol.
Black: Habla. — Enojado.
— Jefe, tenemos un problema: el padre de su esposa escapó de la casa de reposo. —
pensé que ya estaba en su final
que buena narrativa
uno llora, se ríe , sufre , dispara la adrenalina y el odio hacía algunas personas
y que triste lo de Nicole
pero hizo algo bueno
me mantuvo en una montaña rusa de emociones
aunque hay mafia y violencia , está tan bien llevada que no puede dejar de leerse
ahora voy a leer la historia de eiden
Gracias a la autora por brindar una muy muy buena novela
que capítulos
muy bien narrados
espero que black llegue antes que el tal marx