Melina muere víctima del hombre que le juró amor y ahora como Lenka tiene otra oportunidad para vengar su muerte, pero lo encuentra a él en su camino de venganza.
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Cap. 24 Lenka, suéltame ahora
Lenka Sotomayor.
No se cuanto tiempo me costó dormir, pero la verdad me hacía frío hasta que no recuerdo nada, abro los ojos y estoy calentita y mis pies están felices de estar tibios.
Me remuevo para tratar de quitar la pereza hasta que escucho la gruesa voz de Otelo que dice algo que me saca de mi pereza.
< Lenka, suéltame ahora _ levanto la vista y me encuentro con los oscuros ojos de Otelo y me doy cuenta que estoy enroscada en él, ahora se por que ya no me hacía frío.
< Otelo lo siento, de verdad, no me di cuenta _ digo nerviosa mientras me separaba lo más rápido que puedo retrocediendo lo más posible y de repente…
Me faltó cama y caí como un costal de papas al suelo, ¡mierda que papelón!
Lo escucho carcajearse de mi caída y quiero matarlo, es realmente un idiota, esto no puede seguir así, de verdad quiero que la tierra me trague, ¿Cómo termine durmiendo en la cama de Otelo?, es culpa de mi bocota, pero parece que las hormonas adolescentes aun saltan en este cuerpo y me hacen perder el control, siempre fui muy sensata y no sé qué me pasa.
< Lenka, levántate, vamos a desayunar, es domingo y voy a trabajar en mi estudio, solo no entres ahí, Javier y Enzo vienen mas tarde _ me dice mientras se acerca al armario y…, OH POR DIOS, se desnuda y esta como Dios lo trajo al mundo, este desgraciado hace mucho ejercicio, un cuerpo así no sale de solo ir y volver del trabajo.
< ¿Me vas a seguir viendo o te vas a cambiar? _ me dice sin mirarme, ¿Cómo sabe cuándo lo estoy mirando como una tonta?
< No deberías desnudarte así delante mío, deberías ser más recatado _ murmuro mientras me volteo y trato de no verlo, y de verdad trato, pero es muy difícil.
< No seas mojigata Lenka, igual no represento un peligro para ti, no creo que tengas problema _ dice sin sonrojarse y me quiero morir, el impotente es él no yo, a mi me esta haciendo mucho calor en este momento.
Entro al baño para lavarme los dientes mientras él se cambia, me lavo la cara para ver si así se me quita el sonrojo en las mejillas, huy que vergüenza, esto no está bien, creo que no voy a sobrevivir a esta situación.
Cuando salgo Otelo está vestido, tiene una polera pegada a su cuerpo y unos deportivos muy pegados que le quedan de maravilla, nunca lo había visto en casa tan seguido.
Entra al baño mientras yo me visto a la velocidad de la luz, aunque sea impotente mi instinto me dice que no debería andar en bragas en su cara.
Cuando sale del baño me indica que vayamos a desayunar y solo avanzo con él, Nana Berta está en el comedor con una sonrisa.
Mientras desayunamos me pasa una tarjeta bancaria y me sorprende con lo que me dice.
< Lenka, esta tarjeta es para que puedas comprar tus útiles para la universidad, no lo malgastes, además puedes ocupar para tus copias o algo que les pidan _ me dice tranquilo mientras yo quiero saltar de alegría, ahora voy a poder comprar unos textos que me faltaron ya que no tenía mucho dinero.
< Gracias Otelo, hay unos textos que me faltaban _ digo emocionada, realmente estoy muy feliz.
Veo que saca unas llaves un poco viejas de su bolsillo y me las pasa.
< Son de tu auto, en la guantera están los vales de gasolina, ahora tienes todo para ir a la universidad y quiero que saques buenas notas, si tienes algún problema quiero que me avises _ me dice con el frío del polo norte pero creo que es buena idea tenerlo de mi lado que en mi contra.
< Lo haré, gracias de verdad _ digo y salgo como un rayo para ver mi nuevo auto y no puedo creer lo que veo.
Es un Nissan Bluebird 1982, pues es hermosos para mí, es un clásico de los Nissan y estoy tan emocionada, aunque sea antiguo fueron uno de los primeros con vidrios eléctrico y retrovisores automáticos, además que su motor e potente y sumamente espaciosos, podría vivir dentro de este auto.
Otelo sale para ver mi reacción y lo veo un poco desconcertado con mi actitud, pero si me gusta mucho mi auto de universitaria.
< Otelo gracias, esta hermoso, esta muy bien cuidado y es el color que me gusta _ corro y lo abrazo con emoción, siempre me he ganado las cosas, pero este regalo me emociona y no sé por qué, me siento como una niña mimada.
Mientras sigo prendida y colada del cuello de Otelo como una garrapata escucho un carraspeo que me hace soltarlo de inmediato, parados detrás de mí están Enzo y Javier sonrientes mientras yo siento arder mis mejillas, espero no hacerle pasar vergüenza a Otelo porque se pone creativo con sus castigos.